Apocalipsis 14:11 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

La siega de la tierra

 

 

14 Y miré, y he aquí una nube blanca, y sentado en la nube estaba uno semejante a hijo de hombre[h], que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz afilada.15 Entonces salió del templo[i] otro ángel clamando a gran voz al que estaba sentado en la nube: Mete[j] tu hoz y siega, porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura[k]16 Y el que estaba sentado en la nube blandió[l] su hoz sobre la tierra, y la tierra fue segada.

17 Salió otro ángel del templo[m] que está en el cielo, que también tenía una hoz afilada.18 Y otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, salió del altar; y llamó a gran voz al que tenía la hoz afilada, diciéndole: Mete[n] tu hoz afilada y vendimia los racimos de la vid de la tierra, porque sus uvas están maduras. 19 El ángel blandió[o] su hoz sobre la tierra, y vendimió los racimos de la vid de la tierra y los echó en el gran lagar del furor de Dios.20 Y el lagar fue pisado[p] fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre que subió hasta los frenos de los caballos por[q] una distancia como de trescientos veinte kilómetros[r].

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

Jovenes Cristianos – ¡¿OTRA VEZ?!

Pasaje clave: Números 5:1-4.

 

No nos gusta que nos repitan mil veces lo mismo, y no seria necesario que lo hicieran si escucháramos y tomáramos en serio lo que nos dicen. Pero no siempre lo hacemos. Nos distraemos o nos “olvidamos rápidamente” de determinadas cosas, por ese motivo necesitamos volver a escucharlas “otra vez…”

Y Dios vuelve, otra vez, a recordarle a su pueblo la importancia de la santidad.

Otra vez el pecado.

¿A quiénes debían echar del campamento? (5:1-4).

Imagínate a toda la iglesia reunida un domingo por la noche, entonces alguien dice: “Todos los que están viviendo en pecado, todos los que tienen hacia sus hermanos actitudes y reacciones que no bendicen y todos los que hablan mal y piensan mal acerca de alguien, los amargados y los que se enojan por nada, tienen que levantarse e irse afuera porque están contaminando la casa de Dios…”.

¿Cuántos quedaríamos adentro?

Y tú, ¿en qué grupo estarías? ¿En los que se quedan o en los que se van?

¡Gracias a Dios que ahora no es como antes! Dios cambió su método desde que Jesús murió en la cruz por nosotros, aunque Él mismo no haya cambiado. Su rechazo y su enojo contra el pecado y contra todo aquello que no nos bendice y edifica es tan intenso como siempre.

Otra vez Él busca en nosotros limpieza, santidad y frutos.

Al que persiste en su pecado Dios mismo se encargará de “cortarlo” y “sacarlo” para que no contamine a otros, pero en ciertas ocasiones, los mismos pastores deben tomar la drástica decisión de expulsar de la congregación a aquellos que la destruyen.

No participes de ningún pecado ajeno. Manténte puro.

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Números/Deuteronomio”

 

 

Por Edgardo Tosoni

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

El Árbol de los Problemas

 

 El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y lo hizo perder una hora de trabajo y luego su antiguo camión se negó a arrancar.

Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia.

Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación.

Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.

Posteriormente me acompañó hasta mi automóvil. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.
"Oh, ese es mi árbol de problemas", contestó. Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez.

Lo divertido es, añadió sonriendo, que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior...

Mateo 6:34
Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas.

Mateo 6:25
Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa?

Mateo 6:27
¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida?

Lucas 10:41
Respondiendo el Señor, le dijo: Marta, Marta, tú estás preocupada y molesta por tantas cosas;

Lucas 12:11
Y cuando os lleven a las sinagogas y ante los gobernantes y las autoridades, no os preocupéis de cómo o de qué hablaréis en defensa propia, o qué vais a decir;

Lucas 12:22
Y dijo a sus discípulos: Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis.

Filipenses 4:6

Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.

1 Pedro 5:7
echando toda vuestra ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de vosotros.