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Éxodo 9:32 La Biblia de las Américas (LBLA)

Séptima plaga: el granizo

 

 

13 Entonces dijo el Señor a Moisés: Levántate muy de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: “Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: ‘Deja ir a mi pueblo para que me sirva. 14 ‘Porque esta vez enviaré todas mis plagas sobre ti[l], sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra. 15 ‘Porque si yo hubiera extendido mi mano y te hubiera herido a ti y a tu pueblo con pestilencia, ya habrías sido cortado de la tierra. 16 ‘Pero en verdad, por esta razón te he permitido permanecer[m]: para mostrarte mi poder y para proclamar mi nombre por toda la tierra. 17 ‘Y todavía te enalteces contra mi pueblo no dejándolos[n] ir. 18 ‘He aquí, mañana como a esta hora, enviaré[o]granizo muy pesado, tal como no ha habido en Egipto desde el día en que fue fundado hasta[p] ahora. 19 ‘Ahora pues, manda poner a salvo tus ganados y todo lo que tienes en el campo, porque todo hombre o[q] todoanimal que se encuentre en el campo, y no sea traído a la casa, morirá cuando caiga sobre ellos el granizo.’” 20 El que de entre los siervos de Faraón tuvo temor de[r] la palabra del Señor, hizo poner a salvo a sus siervos y sus ganados en sus[s] casas, 21 pero el que no hizo caso a[t] la palabra del Señor, dejó[u] a sus siervos y sus ganados en el campo.

22 Y el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo para que caiga[v] granizo en toda la tierra de Egipto, sobre los hombres, sobre los animales y sobre toda planta del campo por toda la tierra de Egipto. 23 Y extendió Moisés su vara hacia el cielo, y el Señor envió[w] truenos[x] y granizo, y cayó fuego sobre la tierra. Y el Señor hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto. 24 Y hubo granizo muy intenso, y fuego centelleando continuamente[y] en medio del granizo, muy pesado, tal como no había habido en toda la tierra de Egipto desde que llegó a ser una nación. 25 Y el granizo hirió todo lo que había en el campo por toda la tierra de Egipto, tanto hombres como animales; el granizo hirió también toda planta del campo, y destrozó todos los árboles del campo. 26 Sólo en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.

27 Entonces Faraón envió llamar a Moisés y Aarón y les dijo: Esta vez he pecado; el Señor es el justo, y yo y mi pueblo somos los impíos. 28 Rogad al Señor, porque ha habido ya suficientes truenos y granizo de parte de Dios; y os dejaré ir y no os quedaréis más aquí. 29 Y Moisés le dijo: Tan pronto como yo salga de la ciudad, extenderé mis manos[z] al Señor; los truenos cesarán, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es del Señor. 30 En cuanto a ti y a tus siervos, sé que aún no teméis[aa]al[ab] Señor Dios. 31 (Y el lino y la cebada fueron destruidos[ac], pues la cebada estaba en espiga y el lino estaba en flor; 32 pero el trigo y el centeno no fueron destruidos[ad], por ser tardíos.) 33 Y salió Moisés de la ciudad, de la presencia de Faraón, y extendió sus manos[ae] al Señor, y los truenos y el granizo cesaron, y no cayó más[af] lluvia sobre la tierra.34 Pero cuando Faraón vio que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, pecó otra vez, y endureció[ag] su corazón, tanto él como[ah] sus siervos. 35 Y se endureció[ai] el corazón de Faraón y no dejó ir a los hijos de Israel, tal como el Señor había dicho por medio[aj] de Moisés.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

5 Oraciones Por tu Marido Que Pueden Romper Su Corazón
Posted by: Devocionales in Articulos Cristianos 0

 

 

 

 

Parte de ser una esposa cristiana amorosa es orar a veces “oraciones duras” en favor de su marido cuando usted prefiere tomar el camino más fácil.

Casi desde el principio de nuestro matrimonio ore para que mi marido sea preocupado en su salud. Quería esto desde hace mucho tiempo. Bueno, oré por más de 9 años antes de Él decidirse a intentar serlo. Él ama la vida saludable, perdió mucho peso, fortaleció su corazón y hoy es un hombre mucho más saludable y más feliz. ¡La oración funciona!

Estoy agradecida por el número de buenos websites, libros y conferencias que alientan a las esposas a servir a sus maridos según la Escritura con sus dones y las animan y orar por ellos con regularidad. Pero esto no siempre es un trabajo fácil. De hecho, algunas de las cosas por las que debemos orar por nuestros maridos son difíciles de por sí.

Su marido no solo necesita oración para tener un buen día, o para que todo le vaya bien, y camine con Jesús. Estas no son malas peticiones, sino que son más bien oraciones genéricas que tienen muy poca dirección específica detrás de ellas. Lo que nuestros maridos necesitan de nosotras son oraciones específicas, “oraciones duras”, para su crecimiento en el amor y la piedad. Amo a mi marido y yo quiero lo que es mejor para él. Y lo mejor para él es ser un hombre que vive para la gloria de Dios.

1. Convicción de pecado
Oro para que el Espíritu Santo nunca permita que mi marido sea insensible con respecto al pecado en su vida, que redarguya su pecado y le recuerde su necesidad de arrepentimiento para mudar su vida espiritual. Un hombre redargüido nunca será un hombre orgulloso. Un hombre que es redargüido encuentra la gracia de Dios en Jesús y seguirá siendo un hombre agradecido. Ore para que Dios siga presionando en el corazón de su marido para que él continue siendo sensible al pecado y el Espíritu y continúe en el camino de la piedad.

2. Humildad de corazón
Un hombre orgulloso piensa demasiado alto de sí mismo, demasiado poco de todo el mundo, y pierde la visión de Dios. Un marido orgulloso no estará abierta al reproche o la corrección necesaria, y se colocará a sí mismo primero antes que otros. Sin embargo, un hombre humilde que es enseñable, independientemente de su carácter, buscará para sí mismo la palabra de Dios. Oro para que mi marido continue creciendo en la humildad de como seguir a Jesús, y que esta sea una de las marcas dominantes de Cristo en él.

3. Paciencia en la vida
A mi marido no le importaría que te diga que no es, naturalmente, un hombre paciente. Pero la falta de paciencia de un hombre es la imagen destorcida de Dios en él. Dios es paciente con nosotros en toda nuestra debilidad y obstinación, y todo lo que hacemos en la vida debe reflejar este atributo de nuestro Creador y Redentor. Y esto es importante porque un hombre impaciente es rápido para quejarse, rápido para la ira, y por lo tanto es más propenso a culpar a otros, e incluso a Dios, por lo que le molesta. Mientras que mi marido no llega ser así, una de sus mayores necesidades es aprender la paciencia en la vida. No sólo porque Dios lo manda, si no por que los niños (y yo) necesitamos que sea paciente. Un esposo paciente es un hombre que sabe que ha recibido mucho más de lo que merece, y ha sido el destinatario de la paciencia de Dios en su vida, y que encuentra un gran gozo en el sufrimiento y en las cosas grandes y pequeñas de la vida.

4. El amor a Dios
Quiero que mi marido ame a Dios más que a mi o a nuestros hijos. ¿Por qué? Porque si él nos ha ama más que a Dios nos servirá como ídolos, y finalmente dejará a Dios en segundo lugar. No somos buenos dioses. Más aún, un marido que ama a Dios por encima de todas las personas en su vida atesorará a Dios siempre. Un hombre como él sabe que fuera de Jesucristo sus más grandes tesoros en la tierra se encuentran en su casa, en la vida de Dios y los hijos dados a él por el Señor. Oro para que mi marido me ame menos de lo que ama al Señor, y que su amor por Dios sea intenso y sin fin. Sé que si ama a Dios en primer lugar, me va a amar mejor de lo que puedo imaginar.

5. La disciplina de Dios
¿Alguna vez siente que su marido no está caminando en el camino correcto? Y esto no significa que tenga que ver con recordarle que debe recoger su ropa del piso o cuarto de baño (Molesta, pero no es una crisis). Aunque, habrá momentos en la vida de los esposos, al igual que sus esposas, comiencen a descuidar su amor, atención y cuidado en su caminar cristiano. Habrá momentos en que necesitamos que Dios intervenga y discipline a nuestros maridos para llamar su atención, mostrarles el peligro de su pecado, y los rescate del peligro potencial que hay por delante de ellos.

Cuando nuestros maridos están haciendo las cosas bien no solo debemos alabar a Dios, sino que también debemos orar para que Dios haga lo que sea necesario con el fin de mantener el corazón de nuestros hombres centrados en Él (Dios).

Hay mucho más que se puede decir de cómo debemos orar por nuestros maridos, pero vamos a empezar comprometiéndonos a orar “oraciones duras” a favor de ellos. Espero que mi marido ore “oraciones duras” a mi favor también.

 

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

Antes muerto

 

 

Un duque estaba de caza, persiguiendo a un armiño blanco que se detuvo delante de una zanja llena de fango. En vez de pasar la zanja el animal se echó al suelo, dando unos gemidos raros.
Asombrado por la actitud del animal el duque preguntó a su compañero por qué el armiño no había cruzado la zanja, de ese modo podría haber escapado. Su acompañante le explicó que los armiños están más dispuestos a morir que a ensuciar su piel blanca.

El duque se llevó al animal vivo a su palacio y se hizo muy amigo de él.

Todos nosotros deberíamos tomar el ejemplo del armiño y estar dispuestos a morir antes de contaminarnos con el pecado.
Muchas veces, por vergüenza, comodidad o por agradar a otros, cedemos ante aquellas cosas que sabemos que nos dañaran, que mancharan nuestros corazones y cuyas consecuencias pueden ser fatales para nuestras vidas. Sin duda alguna no es fácil vivir en santidad, pero no hay nada imposible con la ayuda de Dios.

“pero ahora sean santos en todo lo que hagan, tal como Dios, quien los eligió, es santo. Pues las Escrituras dicen: «Sean santos, porque yo soy santo»”. 1 Pedro 1:15,16 (NTV)

Dios no nos pide nada imposible, sabe que tenemos debilidades, que flaqueamos y que fallamos porque somos humanos, pero Él siempre está atento a nuestras oraciones y acude a ayudarnos siempre que se lo pedimos. Además, cuando nos equivocamos, si nos arrepentimos genuinamente y le pedimos perdón, Dios nos espera con sus brazos abiertos como el Padre amoroso que es.
Reconozcamos y valoremos todos los días el inmenso sacrificio de Jesús por nosotros; busquemos vivir como el armiño, dispuestos a morir antes que manchar nuestras vestiduras blancas.

 

 

 

 

 

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ