Apocalipsis 12:10

La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

La mujer, el dragón y el niño

 

 

 

12 Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con[a] la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; estaba encinta, y gritaba*, estando de parto y con dolores de alumbramiento. Entonces apareció otra señal en el cielo: he aquí, un gran dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas había siete diademas[b]Su cola arrastró* la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo cuando ella diera a luz. Y ella dio a luz un hijo varón, que ha de regir[c] a todas las naciones[d] con vara de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tenía* un lugar preparado por Dios, para ser sustentada[e] allí, por mil doscientos sesenta días.

Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles lucharon, pero no pudieron vencer[f], ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero[g]; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él. 10 Y oí una gran voz en el cielo, que decía:

Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo[h], porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado. 11 Ellos lo vencieron por medio de la sangre del Corderoy por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte. 12 Por lo cual regocijaos, cielos y los que moráis en ellos. ¡Ay de la tierra y del mar!, porque el diablo ha descendido a vosotros con[i] gran furor, sabiendo que tiene poco tiempo.

13 Cuando el dragón vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. 14 Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila a fin de que volara de la presencia[j] de la serpiente al desierto, a su lugar, donde fue* sustentada por un tiempo, tiempos y medio tiempo. 15 Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para hacer que fuera arrastrada por la corriente[k]16 Pero la tierra ayudó a la mujer, y la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había arrojado de su boca.17 Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y salió para hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

Promesas – Valor es…

Valor es:

Resistirse al temor, controlarlo,
no ausencia de temor.

No permita que el pánico le impida tomar acción durante una situación adversa. ¡Haga lo que tenga que hacer!

Salmo 23:4
Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento.

Salmos 3:6
No temeré a los diez millares de enemigos que se han puesto en derredor contra mí.

Salmos 16:8
Al SEÑOR he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme.

Salmos 27:1
El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor?

Salmos 46:2
Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios, y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares;

Salmos 48:14
Porque este es Dios, nuestro Dios por siempre jamás; El nos guiará hasta la muerte.

Salmos 49:5
¿Por qué he de temer en los días de adversidad cuando la iniquidad de mis enemigos me rodee,

Salmos 71:21
Aumenta tú mi grandeza, y vuelve a consolarme.

Salmos 91:5
No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día,

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

REFLEXION

¡ESFUÉRZATE POR AMOR A DIOS!

 

 



El amor de Dios para con nosotros es indiscutible, no podemos poner en tela de juicio el gran amor con el que nos ha amado, tan grande es su amor que no le importo morir por ti y por mi, ¿Lo merecíamos?, No, pero Él considero que si lo merecíamos.

Al leer la Palabras de Amor que Dios dijo a su pueblo, me conmueve en gran manera, porque no hay diferencia entre su pueblo antiguo y nosotros, pareciera que el tiempo no ha pasado porque padecemos de los mismos errores, a pesar que tenemos el conocimiento para no cometerlos.

En el Libro de Oseas podemos leer algunos versos que de leerlos con conciencia y con disposición de nuestro corazón pueden hablarnos directamente, Dios le dice a su pueblo:

“Dios le dijo a su pueblo: «Israel, cuando eras un país joven, yo te demostré mi amor por ti. Yo te saqué de Egipto porque eres un hijo para mí. Pero mientras más te llamaba, más te alejabas de mí, y les presentabas ofrendas a tus ídolos y dioses falsos.” Oseas 11:1-2 (Traducción en lenguaje actual)

Leer estas palabras nos deberían llevar a pensar lo que Dios ha hecho por nosotros, sacándonos del Egipto en donde vivíamos, ¿Sabes por qué lo hizo?, porque somos como un hijo para Él, pero lastimosamente mientras más nos llama el Señor, más nos alejamos. 

¿Qué es lo que Dios te ha estado hablando los últimos días?,

¿Qué actitud estas tomando?,

¿Estas acercándote a Él o te estas alejando?

En los siguientes versos del Libro de Oseas se puede leer:

“»Israel, por el gran amor que te tengo te llevé de la mano como a un niño, te enseñé a caminar, te di de comer y te ayudé en tus problemas; pero no te diste cuenta de todos estos cuidados.” Oseas 11:3-4 (Traducción en lenguaje actual)

¿Se identifican con estos versos?,

¿Se dan cuenta de cuantos años han pasado desde que el Señor le dijo esto a su pueblo y aun nos identificamos con sus palabras?

Me duele en el corazón saber como le pagamos a Dios, pensar que por su gran amor me llevo de la mano, me enseño a caminar, me dio de comer, me ha ayudado en todos mis problemas, pero aun y con todo eso, no me doy cuenta de los cuidados que Él ha tenido hacia mi.

Vivimos quejándonos por no tener lo que no necesitamos o por no ver lo que no necesitamos ver para vivir. Vivimos una vida como que si Dios tendría que cumplir cada uno de nuestros caprichos sin darnos cuenta TODO LO QUE ÉL YA HA HECHO EN NUESTRA VIDA.

¿Cómo estamos retribuyendo los cuidados que Dios ha tenido para con nosotros?, 

¿Viviendo una vida a nuestra conveniencia?, 

¿Yendo tras el pecado sin hacer la mínima resistencia?,

¿Olvidándonos de Él y de servirle por hacer otras actividades que no son necesarias?

Pero sabes lo que más me conmueve de todo, es que a pesar de nuestras malas actitudes hacia Dios, Él nos sigue amando y no puede abandonarnos, en los siguientes versos lo podemos leer:

“»Israelitas, ¡yo no puedo abandonarlos! ¡No sería capaz de hacerlo! ¡No podría destruirlos, como destruí a la gente malvada de Admá y Seboím! ¡Mi gran amor por ustedes no me lo permite!” Oseas 11:8 (Traducción en lenguaje actual) 

Leer estos versos nos tendría que llevar a darnos cuenta de la magnitud del amor de Dios y debería llevarnos a una profunda reflexión acerca del andar de nuestra vida.

Quizá no seamos lo mejores cristianos ni los mas perfectos, quizá tengamos montañas enormes de errores, sin embargo Dios nos sigue amando y no nos abandonará,

¿Sabes por qué?, Porque Él cree en ti y en lo que Él hará en tu vida.

Quizá tu creas que no eres merecedor de su gran amor, quizá has pensado rendirte en lugar de seguir luchando porque crees que lo único que haces es defraudar a Dios, pero la realidad es que Dios no esta defraudado de ti, Él te ve con ojos de amor, Él sabe que si no te rindes Él terminara la obra que comenzó en ti.

Reflexionemos seriamente sobre nuestra vida, ¿Cómo estamos agradeciéndole al Señor todo lo que Él ha hecho, esta haciendo y hará en nuestras vidas?

No se tú, pero yo quiero esforzarme el doble a partir de hoy, pues vale la pena sacar fuerzas donde no las hay por tal de agradar a Dios, si Él ha estado dispuesto a hacer TODO por mi, yo tengo por lo menos que intentar dar todo de mi para Él.
Hoy te motivo a hacer un nuevo esfuerzo, a luchar por amor al Señor, a tener la determinación de dejar de hacer aquello que sabes que no le agrada, a que tengas el valor de decir NO a esa tentación que constantemente te esta asechando y todo por el amor que le tienes a Dios.

Que la próxima vez que te enfrentes a algo que sabes que no le agrada al Señor, traigas a tu mente la forma con la que Él te ha amado y que eso sea la razón suficiente para sacar fuerzas y poner en practica ese dominio propio que Dios te ha dado para serle fiel y cuando lo hagas sentirás una satisfacción enorme de saber que puedes ser fiel a Él cuando de corazón te lo propones.

¡POR AMOR A DIOS PODEMOS ESFORZARNOS Y HACER TODO LO QUE NOS PROPONGAMOS!

 

 



Autor: Enrique Monterroza