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Proverbios 5:15 La Biblia de las Américas (LBLA)

Advertencias sobre la mujer extraña

 

 

Hijo mío, presta atención a mi sabiduría,
inclina tu oído a mi prudencia,
para que guardes la discreción,
y tus labios conserven el conocimiento.
Porque los labios de la extraña destilan miel,
y su lengua[a] es más suave que el aceite;
pero al final es amarga como el ajenjo,
aguda como espada de dos filos.
Sus pies descienden a la muerte,
sus pasos sólo logran el Seol.
No considera[b] la senda de la vida;
sus senderos son inestables, y no lo sabe.

Ahora pues, hijos míos, escuchadme,
y no os apartéis de las palabras de mi boca.
Aleja de la extraña[c] tu camino,
y no te acerques a la puerta de su casa;
no sea que des tu vigor a otros
y tus años al cruel;
10 no sea que se sacien los extraños de tus bienes[d],
y tu esfuerzo vaya a casa del extranjero;
11 y al final te lamentes,
cuando tu carne y tu cuerpo se hayan consumido,
12 y digas: ¡Cómo he aborrecido la instrucción,
y mi corazón ha despreciado la corrección!
13 No he escuchado la voz de mis maestros,
ni he inclinado mi oído a mis instructores.
14 He estado a punto de completa ruina
en medio de la asamblea y la congregación.

15 Bebe agua de tu cisterna
y agua fresca[e] de tu pozo.
16 ¿Se derramarán por fuera tus manantiales,
tus arroyos de aguas por las calles?
17 Sean para ti solo,
y no para los extraños contigo.
18 Sea bendita tu fuente,
y regocíjate con la mujer de tu juventud,
19 amante cierva y graciosa gacela;
que sus senos te satisfagan en todo tiempo,
su amor te embriague para siempre.
20 ¿Por qué has de embriagarte, hijo mío, con una extraña,
y abrazar el seno de una desconocida[f]?
21 Pues los caminos del hombre están delante de los ojos del Señor,
y El observa todos sus senderos.
22 De sus propias iniquidades será presa el impío,
y en los lazos de su pecado quedará atrapado.
23 Morirá por falta de instrucción,
y por su mucha necedad perecerá.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

¿Cómo Recuperarse De Un Divorcio?
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0

 

 

“NO OS ACORDÉIS DE LAS COSAS PASADAS NI TRAIGÁIS A LA MEMORIA LAS COSAS ANTIGUAS” (Isaías 43:18)

El divorcio es una de las cosas más dolorosas que puede sufrir el corazón humano. Si has pasado por ello, sabrás que es cierto. Si no es tu caso, da gracias y ten compasión de quienes han sido destrozados por el divorcio. ¿Te ha aplastado alguien en quien confiabas? ¿Te abruma la soledad a altas horas de la noche? ¿Te sientes como si estuvieras atado de manos? ¿Te disgusta el que tus amigos no parezcan entenderte? No te desesperes, la situación actual cambiará. Te recuperarás, te restaurarás y no te quedarás siempre caído. Llevará su tiempo y tendrás que poner mucho empeño de tu parte. Habrá episodios de tristeza en el camino al triunfo, pero por la gracia de Dios aprenderás a vivir de nuevo y a amar otra vez.

Daremos algunos principios claves para responder algunas de las siguientes preguntas:

¿Cómo superar un divorcio no deseado? ¿Cómo superar el dolor de un divorcio? ¿Cómo aceptar un divorcio? ¿Cómo olvidar un divorcio? la tristeza por divorcio, la depresión por divorcio, la depresión después del divorcio ¿Cómo recuperarse de un divorcio por infidelidad?.

¿Cómo Superar Un Divorcio?

Conforme te acerques a Dios y examines Su Palabra, Él te revelará el secreto de la paz interior y cómo recuperar tu vida. Si eres la parte inocente, lee este versículo y guárdalo en tu corazón: “Él sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas” (Salmo 147:3). Si eres la parte culpable, recuerda que el pecado cometido no es imperdonable. Tus fallos pueden ser perdonados y olvidados. Dios te promete: “Yo, sí, Yo solo, borraré tus pecados por amor a Mí mismo y nunca volveré a pensar en ellos” (Isaías 43:25 NTV). Tanto si eres la parte inocente como la culpable, la palabra de hoy para ti es: “Olvidad las cosas de antaño; ya no viváis en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! … Estoy abriendo un camino” (Isaías 43:18-19 CST).

¿Cómo Recuperarse De Un Divorcio? “YO OS RESTITUIRÉ LOS AÑOS” (Joel 2:25)

Recuperarse de un divorcio y aprender a vivir de nuevo lleva tiempo. Por eso, ten paciencia. Seguramente atravesarás las mismas etapas que si se tratara del duelo:

1) La negación.
Tratarás de pasar por alto o minimizar lo ocurrido con la esperanza de que desaparezca. Temes la confrontación y te niegas a enfrentarla. No buscas la ayuda de un profesional porque crees que “al final todo se arreglará”.

2) El enojo.
Al rechazarte alguien, tu autoestima se ve afectada y reaccionas de mala manera. Te expresas despiadadamente y sin prestar atención a tus palabras, debido al caos emocional que sientes, diciendo cosas como: ‘¡Bien! ¡Me alegro de que esto se haya acabado! ¡Espérate, que verás cómo encuentro a alguien que me quiera y me aprecie de verdad!’.

3) La negociación.
Tras darte cuenta de que el enojo solo te arrebata la alegría y agrava la situación, decides buscar una solución o arreglo. Y cuando no funciona, pasas a la siguiente fase.

4) La depresión.
Esta te embiste en los momentos más inoportunos: cumpleaños, vacaciones y aniversarios. Brota cuando ves “vuestra” película favorita en la televisión, o vas a restaurantes que te traen recuerdos que ahora te deprimen. A las dos de la mañana estás en vela y no logras conciliar el sueño. La depresión suele ser la consecuencia de una introspección, porque no es posible pensar mal y sentirse bien a la vez. ¿Qué hacer, entonces? Aprender a disciplinar los pensamientos, marcarse nuevas metas en la vida y concentrarse en ayudar a alguien. Cuando Job oró por sus amigos, Dios lo sanó y le restituyó sus riquezas (véase Job 42:10). Y Él también te restaurará las tuyas, así que sigue confiando en Él y no desmayes.
¿Cómo Recuperarse De Un Divorcio? “AUN CUANDO NO HABÍA MOTIVOS PARA TENER ESPERANZA, ABRAHAM SIGUIÓ TENIENDO ESPERANZA” (Romanos 4:18 NTV)
Examinemos las últimas tres etapas de la recuperación tras un divorcio.

5) La aceptación.
Sí, es posible la aceptación, y llega en su debido momento. En ocasiones puedes sentir una punzada de culpa por no estar ya deprimido y triste. ¿Qué sucede? Que has dejado de luchar. La guerra interior se ha calmado y has empezado a tener paz, la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento humano (véase Filipenses 4:7).

6) La esperanza.
“Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza … De hecho, su fe se fortaleció aún más y así le dio la gloria a Dios. Abraham estaba plenamente convencido de que Dios es poderoso para cumplir todo lo que promete” (Romanos 4:18, 20-21 NTV). Algo dentro de ti surge y dice: ‘Volveré a vivir y volveré a amar. Mi vida no se ha acabado’. Ahí es cuando re-descubres el propósito, entablas nuevas amistades y empiezas a fortalecerte. Emocionalmente maduras rápido y eso se convierte en una ventaja.

7) La realización personal.
Igual que David, dirás: “No moriré; sino que viviré para contar lo que hizo el Señor” (Salmos 118:17 NTV). Ya se trate de una nueva relación, de otro trabajo o de algún logro, Dios se ocupará de que te puedas sentir realizado. Es el punto en que no se oyen quejas porque ya no necesitas revivir recuerdos del pasado relacionados con fracasos o traiciones. El Dios que dijo: “¡Yo hago todo nuevo!” (Apocalipsis 21:5 CST) te está dando un nuevo futuro y tú no vas a intercambiarlo por el dolor del pasado.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

¿Qué hacer en tiempos de angustia?

 

 

 

“Entonces clamaron a Jehová en su angustia, y los libró de sus aflicciones”. Salmos 107:6

Los tiempos de angustia generalmente están caracterizados por el dolor y la prueba. Los pensamientos parecen estar fuera de control, vienen una y otra vez, como dardos venenosos tratando de amedrentar, llenarnos de temor e incertidumbre.

De manera recurrente llega a nuestra mente la misma pregunta: ¿Y si todo sale mal? ¿Y si esta situación no cambia? ¿Qué será de mi familia? ¿Qué será de mi vida? ¿Terminaré avergonzado cuando me pregunten dónde está tu Dios?

La palabra angustia viene del latín angustĭa (“angostura”, “dificultad”), la angustia es la congoja o aflicción. Se trata de un estado afectivo que implica un cierto malestar psicológico, acompañado por cambios en el organismo (como temblores, taquicardia, sudoración excesiva o falta de aire).

Desde una mirada psicológica podemos definir la angustia como la reacción de un individuo frente a una situación traumática, cuando no puede dominar las excitaciones de origen externo o interno. Es un estado de tensión acumulada y que no pudo ser descargada.
Cuando sucede esto y con tantas preguntas en la mente, muchos procuran respuestas y en su afán, suelen buscarlas en lugares y personas equivocadas.

En su desesperación algunos consultan con la señora del barrio que se dedica a tirar las cartas, otros creyendo que lo que necesitan es tener más suerte, recurren a amuletos o supersticiones, mientras que otros comienzan a pedir una cantidad de consejos entre parientes o amigos, casi haciendo una especie de encuesta.

Abrir el corazón a las personas es peligroso y más cuando ni siquiera conocemos su estilo de vida, su sistema de valores y creencias que son en definitiva los determinantes de su comportamiento.

Cuanta gente termina aún más herida por buscar ayuda en las personas equivocadas y que tremendamente peligroso es abrir el corazón a quienes simplemente se conocen en un chat o por redes sociales, sin saber absolutamente nada de ellos.

A veces en lugar de recibir ayuda, solo se logra más dolor o el amargo sabor de la indiferencia o peor aún sentir que la situación que uno confió en privado, ahora se hizo pública sintiéndonos invadidos y traicionados en nuestra confianza.

¿Entonces es importante y correcto pedir ayuda? Por supuesto que sí y en primer lugar debemos invocar a nuestro Padre amoroso quien siempre estará disponible y sus oídos atentos a nuestra oración.

El salmista nos dice a quien es necesario invocar en el día de la angustia, ya que solo Dios es quien en realidad tiene todo poder para cambiar nuestro actual estado y proveer una real solución para nuestros problemas.

“En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.” Salmos 18:6.

En el mismo sentido, leer salmos 118:5 y Jonás 2:2.
Por lo tanto, si hoy tu vida se ha llenado de angustia, si los pensamientos te aturden y el futuro se presenta como una incierta amenaza, invoca a tu Dios, el único que tiene todas las respuestas, solo Él te ama con un amor perfecto y desinteresado. ¡Quien como Él, para cambiar tu situación actual, devolverte el gozo y la paz que sobrepasa todo entendimiento!

 

 

 


Daniel Zangaro
CVCLAVOZ