Apocalipsis 9:20 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

La sexta trompeta

 

 

13 El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz que salía de los cuatro[i] cuernos del altar de oro que está delante de Dios, 14 y decía al sexto ángel que tenía la trompeta: Suelta a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates. 15 Y fueron desatados los cuatro ángeles que habían sido preparados para la hora, el día, el mes y el año, para matar a la tercera parte de la humanidad[j]16 Y el número de los ejércitos de los jinetesera de doscientos millones; yo escuché su número. 17 Y así es como vi[k] en la visión los caballos y a los que los montaban: los jinetes tenían corazas color de fuego, de jacinto[l] y de azufre; las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones, y de sus bocas salía fuego, humo y azufre. 18 La tercera parte de la humanidad[m] fue muerta por estas tres plagas: por el fuego, el humo y el azufre que salían de sus bocas. 19 Porque el poder de los caballos está en su boca y en sus colas; pues sus colas son semejantes a serpientes, tienen cabezas y con ellas hacen daño. 20 Y el resto de la humanidad[n], los que no fueron muertos por estas plagas, no se arrepintieron de las obras de sus manos ni dejaron de[o]adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no pueden ver ni oír ni andar; 21 y no se arrepintieron de sus homicidios ni de sus hechicerías ni de su inmoralidad[p] ni de sus robos.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

Jovenes Cristianos – SE MI GUIA

Pasaje clave: Números 9:15-23 y 10.

 

 

El grupo cristiano Guardian, en el tema “Sé mi guía”, dice:

“Estoy harto de escuchar

nadie a Dios quiere llamar

Ya estamos todos listos Señor Jesús.

Sé Tú la guía y ven a reinar.

Sé mi guía y yo te sigo

Guíame, Dios, yo te sigo.

En tus pasos yo te seguiré.

Sé mi guía y yo te sigo.

Guíame, Dios, yo te sigo.

¿Cómo sabían los israelitas cuándo levantar campamento y marchar, y cuándo detenerse y acampar?

Sí, la nube que cubría el tabernáculo los guiaba.

Las trompetas de plata les avisaban de los peligros o los convocaban.

Y el arca que iba delante de ellos les señalaba el camino.

¡Era imposible que le erraran!

Si ellos se mantenían atentos al mandato de Dios no había manera de equivocarse en cuanto a dónde ir o cuándo hacerlo.

Cuando Dios daba la orden ellos partían. Y cuando Dios daba la orden ellos se detenían y acampaban. Nadie hacia las cosas a su modo. Si algún delirante gritaba en medio del campamento: “¡Yo tuve una revelación, Dios me dijo que tenemos que irnos ahora!”, todos rápidamente miraban hacia el Tabernáculo y veían sobre él la nube de la presencia de Dios, quieta, inmóvil. En menos de cinco minutos a esa persona le hacían recuperar la cordura. No había lugar para delirantes.

Si avanzaban y necesitaban saber en qué lugar acampar, delante de ellos iba el arca del pacto. El símbolo de la presencia de Dios buscándoles lugar de descanso. Y en muchas otras cosas Dios los guiaba por medio de Moisés.

Piénsalo.

¿Te das cuenta? Si en vez de obrar por tu propia cuenta, tomando decisiones apresuradas, dejándote llevar por tus propios impulsos o por las “ideas” de tus amigos, lo pones a Dios delante de ti no puedes errarle en tus decisiones.

Él te va a guiar hacia el lugar correcto, en el momento correcto y vas a ser bendecido. Sabemos que deseas muchas cosas para tu vida y son muchas las que te gustaría hacer o tener. Consulta con Dios. Busca la guía en su Palabra. Habla con hermanos espirituales que te orienten con la Palabra de Dios, ¡pero huye de los delirantes! Y no te apresures a tomar decisiones.

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Números/Deuteronomio”

 

 

 

Por Edgardo Tosoni

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Como un bebé

 

 

Cuando un niño va creciendo debe ir alimentándose de acuerdo a lo que su cuerpo le exige, cuando cumple aproximadamente los 6 meses debe comenzar a variar su alimentación con papilla, por ejemplo.

El bebé no puede seguir solamente tomando la leche materna, pues ésta solamente le ayuda los primeros meses y ya después debe también recibir otras vitaminas y proteínas que le ayudarán en su crecimiento.

Al igual que esta realidad, Dios hace una comparación acerca de nuestra vida espiritual y nuestro crecimiento como hijos de Dios.

Tal vez algunos siguen tomando leche durante muchos años pues, por miedo o conformismo, no se animan avanzar y crecer.

Se puede observar cómo varias personas que llevan años en la vida cristiana siguen en el mismo punto de partida, no ha existido avance ni frutos a lo largo del tiempo que están conociendo de Dios.

¿Eres uno de ellos? Es una buena oportunidad de preguntarnos si seguimos con el mismo grado y estatura con la que conocimos a Dios hace tiempo.

Estamos esperando que todos nos sigan diciendo que hacer, no tomamos responsabilidades, retos e incluso no atendemos al llamado que Dios está haciendo.

Nuestra fe es tan frágil por falta de alimento sólido que seguimos esperando que alguien ore y haga nuestro trabajo, cuando nosotros ya deberíamos estar aptos para enfrentar toda prueba y ser quienes enseñen a otros a crecer espiritualmente.

“Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.” Hebreos 5:11-14 (RV-1960)

Hoy te animo a que anheles ese alimento sólido, busca crecer más, no te quedes estático, no permitas que el conformismo o el temor te dejen abajo.

Busca crecer y llegar a la estatura que Dios busca de ti. Es hora de madurar.

 

 

Telma Céspedes
CVCLAVOZ