Juan 1:51

 

 

 

 

Felipe y Natanael

 

 

 

43 Al día siguiente Jesús se propuso salir para Galilea, y encontró* a Felipe, y le dijo*: Sígueme. 44 Felipe era de Betsaida, de la ciudad de Andrés y de Pedro. 45 Felipe encontró* a Natanael y le dijo*: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y también los profetas, a Jesús de Nazaret, el hijo de José. 46 Y Natanael le dijo: ¿Puede algo bueno salir de Nazaret? Felipe le dijo*: Ven, y ve. 47 Jesús vio venir a Natanael y dijo* de él: He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño. 48 Natanael le dijo*: ¿Cómo es que me conoces? Jesús le respondió y le dijo: Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. 49 Natanael le respondió: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. 50 Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije que te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que éstas verás. 51 Y le dijo*: En verdad, en verdad os digo que veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

Promesas – Toda Preocupación

 

 

 



Esa preocupación que te angustia, sostenla en tu mano y entrégamela.

Yo tengo todo bajo control, sólo deja que yo haga, porque para mí No hay nada imposible.

Proverbios 29:25

El temor del hombre pondrá lazo: Mas el que confía en Jehová será levantado.

Salmos 91:1
El que habita al abrigo del Altísimo morará a la sombra del Omnipotente.

Lucas 12:4
Y yo os digo, amigos míos: no temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no tienen nada más que puedan hacer.

Salmos 119:117
Sostenme, para estar seguro, y que continuamente preste atención a tus estatutos.Proverbios 18:10 El nombre del SEÑOR es torre fuerte, a ella corre el justo y está a salvo.

Isaías 57:11
¿Y de quién te asustaste y tuviste miedo, cuando mentiste y no te acordaste de mí, ni pensaste en ello? ¿No es acaso porque he guardado silencio por mucho tiempo que no me temes?

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

REFLEXION

Tu importancia y seguridad en Dios
Publicado por Devocionales

 



“…SOMOS HIJOS DE DIOS Y AÚN NO SE HA MANIFESTADO LO QUE HEMOS DE SER…” (1 Juan 3:2)

Todos nosotros anhelamos ser valorados por lo que somos, y no solamente por lo que hacemos.

De manera que buscamos la aprobación de los demás.

Cuando eso no ocurre, buscamos aceptación adquiriendo más objetos, negocios, actividades interminables, obsesión por las apariencias, comida, o dinero.

¿Te suena eso familiar?

Mientras buscas tu importancia y seguridad en cualquier otra fuente que no sea Dios, te estás preparando para llevarte una gran decepción, porque ciertas personas, lugares y cosas siempre tendrán la habilidad de desviarte.

Así que, ¡sé inteligente! Identifica tus áreas de peligro y protégete.

La verdad es que, a no ser que cambies tu definición de importancia y seguridad y la transfieras al Único que te puede proporcionar ambas cosas, nunca las experimentarás.

Hacer esa “transferencia” implica dos pasos:

(1) Identificar las cosas y las personas de las cuales sacas tu importancia y seguridad;

(2) Reemplazarlas con la verdad de que tu importancia y seguridad están basadas en tu relación con Dios, y nada más.

Pregunta:

¿Tiendes a “meter la pata” cuando estás rodeado de ciertas personas, en determinadas situaciones, cuando estás en cierto estado de ánimo? Si es así:

(a) Ora más, haciendo que Jesús sea Señor sobre tus relaciones, deseos y estados de ánimo;

(b) Aprovecha mejor el tiempo;

(c) Deja de construir el futuro sobre tu pasado.

Si has fracasado y has caído (¿y quién no?), levántate de nuevo.

Escucha: “…somos hijos de Dios” (1 Juan 3:2).

¿De quién eres hijo?

¡De Dios! ¡Menudo parentesco! Escucha otra vez:

“…y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser” (1 Juan 3:2b).

¡Caramba!

¡Tus mejores días están aún por llegar!

Eres importante y estás seguro ¡porque eres del Señor!