Lucas 1:17

La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista

 

 

 

Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, cierto sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, que tenía por mujer una de las hijas de Aarón[f] que se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios, y se conducían intachablemente en todos los mandamientos y preceptos del Señor. No tenían hijos, porque Elisabet era estéril, y ambos eran de edad avanzada[g].

Pero aconteció que mientras Zacarías[h] ejercía su ministerio sacerdotal delante de Dios según el orden indicado a su grupo, conforme a la costumbre del sacerdocio, fue escogido por sorteo para entrar al templo del Señor y quemar incienso. 10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora de la ofrenda de incienso. 11 Y se le apareció un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. 12 Al verlo, Zacarías se turbó, y el temor se apoderó de[i] él. 13 Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y lo llamarás[j] Juan. 14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento. 15 Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. 16 Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios. 17 E irá delante de El en el espíritu y poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto.

18 Entonces Zacarías dijo al ángel: ¿Cómo podré saber esto? Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada[k]. 19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy en[l] la presencia de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas. 20 Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo. 21 Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de su tardanza en el templo. 22 Pero cuando salió, no podía hablarles, y se dieron cuenta de que había visto una visión en el templo; y él les hablaba por señas, y permanecía mudo. 23 Y[m] cuando se cumplieron los días de su servicio sacerdotal, regresó a su casa.

24 Y después de estos días, Elisabet su mujer concibió, y se recluyó[n] por cinco meses, diciendo: 25 Así ha obrado el Señor conmigo en los días en que se dignó mirarme para quitar mi afrenta entre los hombres.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

Promesas – Aprende a Soltar y deja que Dios se encargue del asunto

Promesas-> No te aferres hoy a una situación negativa que pueda estarte robando vitalidad, energía, creatividad y el entusiasmo de vivir.

Como dice el dicho: Aprende a Soltar y deja que Dios se encargue del asunto.

Confía en que el Señor te guiará hacia el consejo sabio y las nuevas oportunidades que tiene reservadas para ti.

Filipenses 3:13-14
Olvidando ciertamente lo que queda atrás.
y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta del supremo llamamiento
de Dios en Cristo Jesús.

Romanos 8:28
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.

Romanos 11:29
porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables.

1 Corintios 9:24
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos en verdad corren, pero sólo uno obtiene el premio? Corred de tal modo que ganéis.

Filipenses 3:3
porque nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no poniendo la confianza en la carne,

Colosenses 2:18
Nadie os defraude de vuestro premio deleitándose en la humillación de sí mismo y en la adoración de los ángeles, basándose en las visiones que ha visto, hinchado sin causa por su mente carnal,

2 Timoteo 1:9
quien nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad,

Hebreos 3:1
Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad a Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe.

Hebreos 6:1
Por tanto, dejando las enseñanzas elementales acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez, no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas y de la fe hacia Dios,

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

REFLEXION

No recibo lo malo – Reflexiones

Devocionales

 

 



En una oportunidad un hombre insultaba a un sabio quien se mantuvo en un estado de imperturbable serenidad y silencio.

Al terminar el hombre con los insultos, el discípulo del sabio se sintió impotente por los insultos que recibió su maestro. El sabio le dijo: “Si yo te regalara un caballo pero tú no lo aceptas ¿de quién es el regalo?” El discípulo contestó: “Si no lo acepto sería tuyo todavía”.

El sabio respondió: “Pues no acepto los insultos de este hombre, así que estos se quedarán con él”.

Todo lo bueno, todo lo justo, todo lo honesto, lo abrazo. Todo lo malo no me afecta porque no lo recibo, va de vuelta con el que me lo envió.

Así debemos obrar en la vida, cuando recibimos algo negativo de parte de quien sea. Debe quedarse con el que lo dijo, esto requiere de una fuerza de espíritu grande, pues sin duda que lo primero que nos viene a la mente, es devolverle la ofensa, o el insulto a quien nos lo dijo.

Personalmente yo no reacciono de entrada, pero una vez que medito en el tema, lo retomo y lo aclaro, si es que vale la pena hacerlo. Hay veces que no debemos aclarar nada, porque entendemos que los que dirigen palabras duras contra nosotros no saben realmente lo que dicen.

Pero otras, nos damos cuenta que esa persona tiene realmente un problema con nosotros y es mejor tratarlo, máxime si las ofensas se repiten.

Por ejemplo, esto sucede en algunas familias; a mí me tocó tener un padre que no medía sus palabras, y que fue muy difícil convivir con él, no sólo para mí, sino para el resto de mi familia.

Otro lugar fue el trabajo, y especialmente si conocen tu forma de pensar en cuanto a Dios, también va a ser motivo de “cargadas” de diferentes tipos.

Recuerdo que cuando trabajaba en una oficina, mi jefa era una mujer buena, y me permitía poner algún cuadro que hablara de Dios, y los que entraban a mi despacho decían: “llegamos a la capillita”, eso no era en realidad ofensivo para mí; lo tomaba en broma, aunque sonara un poco sarcástico. Y también entre el círculo de cristianos lamentablemente, hay mucha crítica respecto de los métodos que usamos para hacer tal o cual cosa.

Hay predicadores que quiero y respeto muchísimo, que son literalmente “bombardeados” con palabras hirientes e irrespetuosas.

Mi pastor sabiamente dice: “sean libres de la gente”, esto es algo que debemos tener presente todos los días de nuestra vida.

Él comenta que uno nunca tiene problemas con el gato o con el perro, los problemas tanto como las bendiciones vendrán a través de las personas. Por eso es necesario aprender a tratar a la gente.

La humillación es una de las experiencias universales que hasta el mismo Jesús pasó. ¿Quién no fue maltratado, humillado por una pareja, por un amigo, por un compañero de trabajo? Ser humillado según el diccionario, es sentirse rebajado, inferiorizado, sometido, ultrajado por otro. Ser humillado no es lo mismo que hacer una broma. Humillar a alguien tiene el objetivo de destruir a esa persona, destruir su corazón, su vida, su sueño.

En la Biblia se habla de que cuando Saúl fue elegido rey, hubo gente que lo menospreció, por eso algunos dijeron:

“¿Cómo nos ha de salvar éste? Y le tuvieron en poco, y no le trajeron presente, más él disimuló”.

Esa fue una actitud correcta de parte de Saúl, en lugar de “hacerse el fuerte” y empezar a hacer uso de la autoridad que se le había conferido por medio del profeta Samuel, hizo de cuenta que no había escuchado nada y tampoco hizo caso al hecho de que no le trajeron regalos.

En los países orientales, el honor del soberano y el esplendor de su casa real se apoyaban no en una tarifa fija de impuestos, sino en los obsequios traídos en ciertas épocas por oficiales y hombres de recursos, desde todas partes del reino, según las riquezas del individuo, las cuales tenían un valor reconocido.

Por eso al rehusar, llevarle ese tributo, Saúl no pudo establecer su reino por un tiempo. Pero el disimuló, soportando el insulto con prudencia y magnanimidad, cualidades muy útiles en el principio de su gobierno.

¿Cómo relacionamos esto con nuestra vida? No van a faltar situaciones en las que algo semejante nos pueda pasar, quizás te ascendieron en el trabajo y hubo algunas caras disgustadas, o te sacaste la mejor nota en un examen y no faltó el envidioso que te dijo algo para molestarte, y lamentablemente en muchos hogares también pasa, cuando nos comparan con nuestros hermanos y nunca es suficiente lo que hacemos para agradarles a nuestra familia, “siempre nos falta algo” nunca logramos satisfacerlos del todo.

Por eso el consejo de Dios para tu vida es NO RECIBAS LO MALO.

No dejes que te traspasen las críticas, los desprecios, las palabras negativas, los insultos NO TIENES QUE PERMITIR QUE ENTREN A TU CORAZÓN.

Yo sé que no es fácil, y más si convives con un maltratador verbal. Pero quiero decirte que va a haber un día en que eso se va a terminar en tu vida. En gran medida depende de ti, si ya eres mayor de edad, para pedirle a Dios que te ayude a encaminar tu vida de tal manera que ya no tengas que escuchar más ninguna palabra que te lastime.

CUANDO NOS ANIMAMOS A CAMBIAR DEJAMOS DE SER VÍCTIMAS.

Debo Perdonar y soltar de mi vida a todos los que me lastimaron:

Perdonar es algo que haces por vos, no por el otro.

Perdonar no es olvidar: “No pasó nada”, “Ya fue”.

Perdonar es: “Me lastimaste, tengo derecho a venganza, pero no me voy vengar, Dios es mi venganza”.

Y te desatas de esa persona, porque si no perdonas llevas esa carga; a esa persona, en el mundo espiritual, la llevas encima de ti, pero el perdón nos coloca por encima de la autoridad de nuestro ofensor; nos pone en un nivel espiritual más alto, porque ya “lo solté de mi vida”. Cuando esto sucede en tu vida, en ese momento Dios puede comenzar a sanar tu herida.

Siempre detrás de tus sueños va a haber cuervos: gente que te va a venir a molestar; gente que odia que vos sueñes lo que soñás.

Dicen que los cuervos molestan a las águilas; pero las águilas nunca atacan a los cuervos: levantan vuelo. Porque los cuervos no pueden levantar tanto vuelo.

Yo quiero decirte: si hay cuervos delante de ti, levantá vuelo; volá más alto.

Decí: “Yo no tengo ningún enemigo, porque Dios me ha dicho: estás volando tan alto que has pasado a todos los cuervos que te han querido molestar.” Decí: yo sigo levantando vuelo.

No pelees con los cuervos.

¿Saben cuánto vuela un águila? mil ochocientos metros sobre el nivel del mar ¿Y un cuervo? no sé cuánto vuela; pero mil ochocientos metros no, ¡los perdí de vista ya no sé cuándo!

Autora: Silvia Truffa