Hechos 10:25-26 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

Pedro en casa de Cornelio

 

 

 

24 Al otro día entró en Cesarea. Cornelio los estaba esperando y había reunido a sus parientes y amigos íntimos. 25 Y sucedió que cuando Pedro iba a entrar, Cornelio salió a recibirlo, y postrándose a sus pies, lo adoró. 26 Mas Pedro lo levantó, diciendo: Ponte de pie; yo también soy hombre. 27 Y conversando con él, entró y halló* mucha gente reunida. 28 Y les dijo: Vosotros sabéis cuán ilícito es para un judío asociarse con un extranjero o visitarlo, pero Dios me ha mostrado que a ningún hombre debo llamar impuro[o] o inmundo; 29 por eso, cuando fui llamado, vine sin poner ninguna objeción. Pregunto, pues, ¿por qué causa me habéis enviado a llamar? 30 Y Cornelio dijo: A esta misma hora, hace cuatro días, estaba yo orando en mi casa a la hora novena[p]; y he aquí, un hombre con vestiduras resplandecientes, se puso delante de mí, 31 y dijo*: “Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus obras de caridad[q] han sido recordadas delante de Dios. 32 “Envía, pues, a Jope, y haz llamar a Simón, que también se llama Pedro; él está hospedado en casa de Simón el curtidor, junto al mar[r].” 33 Por tanto, envié por ti al instante, y has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí presentes delante de Dios, para oír todo lo que el Señor te ha mandado. 34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo:

Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas, 35 sino que en toda nación el que le teme[s] y hace lo justo[t], le es acepto[u]36 El mensaje[v] que El envió a[w] los hijos de Israel, predicando[x] paz por medio de Jesucristo, que El es Señor de todos; 37 vosotros mismos sabéis lo que ocurrió en toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que Juan predicó. 38 Vosotros sabéis cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder, el cual anduvo haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con El. 39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra[y] de los judíos y en Jerusalén. Y también le dieron muerte, colgándole en una cruz[z]40 A éste Dios le resucitó al tercer día e hizo que se manifestara[aa]41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que fueron escogidos de antemano por Dios, es decir, a nosotros que comimos y bebimos con El después que resucitó de los muertos. 42 Y nos mandó predicar al pueblo, y testificar con toda solemnidad que este Jesús[ab] es el que Dios ha designado como Juez de los vivos y de los muertos. 43 De éste dan testimonio todos los profetas, de que por su nombre, todo el que cree en El recibe el perdón de los pecados.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

Promesas – Usa tus Dones

¿Qué puede ser más gratificante que hacer algo que amas y ayudar a otros al mismo tiempo?

El Señor nos bendice con abundantes dones, pero ellos se multiplican cuando tomamos un talento otorgado por Él y lo ponemos al servicio de los que están a nuestro derredor.

 

 

1 Pedro 4:10
Según cada uno ha recibido un don especial,
úselo sirviéndoos los unos a los otros como buenos
administradores de la multiforme gracia de Dios.

Romanos 12:6
Pero teniendo dones que difieren, según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos: si el de profecía, úsese en proporción a la fe;

1 Pedro 4:10
Según cada uno ha recibido un don especial , úselo sirviéndoos los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.

1 Corintios 12:4
Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.

1 Corintios 12:10
a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversas clases de lenguas, y a otro, interpretación de lenguas.

1 Corintios 12:18
Ahora bien, Dios ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo según le agradó.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

EL MATAGIGANTES
Devocionales, Meditaciones, Reflexión, Richy Esparza

 

 

 



David le respondió al filisteo: —Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. 1 Samuel 17:45 (Nueva Traducción Viviente)

De tantas veces que hemos escuchado la historia de David y Goliat quizás no dimensionamos adecuadamente su hazaña. La de matar a Goliat solo con una honda. David era un jovencito de unos diecisiete años, en cambio Goliat, a quien David jamás llamó gigante sino filisteo, era un guerrero experimentado. David se negó a ponerse una armadura, en cambio su rival revistió de bronce todo su cuerpo, incluyendo un escudo y un ayudante escudero que probablemente iba delante de él. Goliat llevaba como armas espada, lanza y jabalina, en cambio el que sería rey de Israel tomó cinco piedras lisas y su honda, que eran las armas que él usaba en su oficio de pastor para defender al rebaño de su padre. Pero en esta ocasión les usaba para defender el rebaño de Dios.

Esta analogía a los ojos de los israelitas sería como si en nuestros tiempos actuales comparáramos el enfrentamiento de un campeón peso completo contra un joven peso pluma que aun es amateur. O como correr un Ferrari contra una carcacha. Como enfrentar un león y un ratón.

Era prácticamente imposible que David venciera a Goliat, siendo que en movimiento tendría que lanzar un tiro que pudiera penetrar el espacio en el que no tenía armadura Goliat. Para los hombres ello era imposible, no obstante David seguro lo profetizó:

“Hoy el Señor te conquistará, y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel” 1 Samuel 17:46 (Nueva Traducción Viviente)

Así es, David le dijo a Goliat: te cortaré la cabeza. ¿Cómo?

¿Con una honda?

Por supuesto que no, David ya había saboreado la victoria que el Señor le daría antes de que ocurriera.

Él sabía que Dios no solamente dirigiría su tiro sino que le quitaría a Goliat su propia espada para cortarle la cabeza. 

Ese tipo de confianza tuvo David en Dios.

¿Hay retos en tu vida que parecen gigantes?

¿Pareciera que Dios te ha puesto en frente de algo imposible?

Si es así, te recuerdo que Jesús mora en ti.

Y Él aniquila lo que para los hombres son gigantes. Jesús derrotó al gigante de la muerte y el pecado y le cortó la cabeza en el Calvario.

Sé como Jesús, un matagigantes.

Y al igual que David, dale honra y honor a Dios al enfrentar lo que otros temen. 

Profetízales a tus gigantes y hazles saber la manera en que con la ayuda de Jesús les cortarás la cabeza.

APLASTA AQUELLO QUE OTROS LLAMAN GIGANTES.
Autor: Richy Esparza