Levítico 1:3

La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

La ley de los holocaustos

 

 

 

 

1 El Señor llamó a Moisés y le habló desde la tienda de reunión, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: “Cuando alguno de vosotros traiga una ofrenda[a] al Señor, traeréis vuestra ofrenda[b] de animales del ganado o del rebaño. “Si su ofrenda es un holocausto del ganado, ofrecerá un macho sin defecto; lo ofrecerá a la entrada de la tienda de reunión, para que sea aceptado delante del Señor. “Pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y le será aceptado para hacer expiación por él. “Entonces degollará el novillo[c] delante del Señor; y los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre y la rociarán[d] por todos los lados sobre el altar que está a la entrada de la tienda de reunión. “Después desollará el holocausto y lo cortará en pedazos. “Y los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego en el altar, y colocarán leña sobre el fuego. “Luego los sacerdotes hijos de Aarón arreglarán las piezas, la cabeza y el sebo sobre la leña que está en el fuego sobre el altar. “Pero las entrañas y las patas las lavará él con agua. Y el sacerdote lo quemará todo sobre el altar como holocausto; es ofrenda encendida de aroma agradable para el Señor.

10 “Mas si su ofrenda para holocausto es del rebaño, de los corderos o de las cabras, ofrecerá un macho sin defecto. 11 “Y lo degollará al lado norte del altar, delante del Señor; y los sacerdotes hijos de Aarón rociarán la sangre sobre el altar, por todos los lados. 12 “Después lo dividirá en sus piezas, con su cabeza y el sebo, y el sacerdote los colocará sobre la leña que está en el fuego sobre el altar. 13 “Pero las entrañas y las patas las lavará con agua, y el sacerdote lo ofrecerá todo, quemándolo sobre el altar; es holocausto, una ofrenda encendida de aroma agradable para el Señor.

14 “Mas si su ofrenda para el Señor es un holocausto de aves, entonces traerá su ofrenda de tórtolas o de pichones. 15 “Y el sacerdote la traerá al altar, le quitará la cabeza y la quemará sobre el altar; y su sangre será exprimida sobre el costado del altar. 16 “Le quitará también el buche con sus plumas y lo echará junto al altar, hacia el oriente, en el lugar de las cenizas[e]. 17 “La henderá después por las alas, sin dividirla; y el sacerdote la quemará en el altar, sobre la leña que está en el fuego; es holocausto, una ofrenda encendida de aroma agradable para el Señor.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

REFLEXION

S.O.S.


“Dedíquense a la oración con una mente alerta y un corazón agradecido” Colosenses 4:2 (NTV)

 

 

 

 


En el libro “Compañeros de Oración” de John Maxwell, hay una historia que cuenta que en una noche de 1968 el piloto de un avión de pasajeros con destino a Nueva York se dio cuenta de que el tren de aterrizaje de su jet estaba trabado.

Al acercarse cada vez más a su destino, continuaba luchando con los controles tratando de que las ruedas cayeran en su lugar, pero sin éxito.

Dando vueltas alrededor del aeropuerto, pidió instrucciones a la torre de control.

El personal de tierra, respondiendo a la inminente crisis, roció la pista con espuma y los vehículos de emergencia se colocaron en posición.

Le dieron instrucciones al piloto de que aterrizara lo mejor que pudiera.

La tripulación pidió a los pasajeros que se prepararan para lo peor y se colocaran en posición de descenso.

Momentos antes del aterrizaje el piloto anunció por el intercomunicador:

“Estamos comenzando nuestro descenso final, es mi obligación informarles que si creen en Dios, deben comenzar a orar”.

Entonces, el avión hizo un aterrizaje de barriga y milagrosamente se detuvo sin causar daños a los pasajeros.

Si aquel piloto no se hubiera encontrado en una crisis ese día, sus pasajeros nunca hubieran utilizado el recurso más importante que tenían:

la oración.

Pero, ¿no ocurre lo mismo con la mayoría de las personas?

Mientras todo va bien, rara vez piensan en hablar con Dios pero cuando el asunto es de vida o muerte, se vuelven a Él para pedir ayuda.

Lo relevante es que muchos piensan que la oración es tediosa y que sólo lo hacen las personas de la tercera edad; se conforman con decir: “Dios es bueno”, “Dios es misericordioso”, “demos gracias por nuestros alimentos” y esto es suficiente para ellos.

Pero, contrariamente a todo esto, la oración es un tiempo de comunicación con nuestro creador, es como el matrimonio, si no hay una buena comunicación éste se destruye.

Si usted observa algunas parejas de matrimonios que conoce, podrá darse cuenta de que en una buena relación de esposos, estos hablan de todas las cosas, su comunicación es espontanea, transparente y franca.

En cambio, cuando en un matrimonio no hay una buena comunicación estos tienden a deteriorarse y acaban muy mal.

Nuestra relación con Dios también debe ser de esta forma, cada día debemos dedicarle un tiempo de oración de por lo menos una hora.

¿Te parece mucho?

Si dedicas a hablar con tus amigos más de una hora, ¿por qué no puedes hacerlo con Dios?

No seas como los pasajeros de ese avión que esperaron hasta el último momento para pedirle ayuda a Dios, al contrario mantén una buena comunicación con Él a través de la oración.

“Dios no está más lejos de usted que a la distancia de una oración”.

(William A. Ward)

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

 

REFLEXION

Cristiano permanece firme e inconmovible
Publicado por Devocionales

 

 



“…ESTAD FIRMES Y CONSTANTES, CRECIENDO EN LA OBRA DEL SEÑOR SIEMPRE…” (1 Corintios 15:58)

El 99% de todos los fracasos ocurre al abandonar demasiado pronto. Escucha este extracto parafraseado del diario de John Wesley:

“El día 5 de mayo:

MAÑANA: Prediqué en Santa Ana; me pidieron que no volviera.

TARDE: Prediqué en San Juan; los diáconos dijeron:

‘Váyase y no vuelva ’.

El día 12 de mayo:

MAÑANA: Prediqué en San Judas; no puedo volver allí.

TARDE: Prediqué en San Jorge; me echaron de nuevo.

El día 19 de mayo:

MAÑANA: Prediqué en San Andrés; los ancianos convocaron una reunión especial y me dijeron que no regresara.

TARDE: prediqué en la calle y tuve que salir huyendo.

El día 26 de mayo:

MAÑANA: Prediqué en un campo; soltaron un toro que me persiguió.

El día 2 de junio:

MAÑANA: prediqué en las afueras de la ciudad; la policía me obligó a marcharme.

TARDE: Prediqué en un pasto ¡y vinieron diez mil personas!”.

Escucha: “…estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre…” (1 Corintios 15:58).

¿Y si Wesley se hubiera rendido?

¿Qué hubiera sido de las multitudes que él guió a Cristo?

Don Owens dijo: “La gente fracasa porque cree que si uno no tiene éxito al principio, debe intentar otra cosa.

No, el fracaso está asegurado para los que creen esto… Las visiones se cumplen porque los visionarios se niegan a abandonar.

Ellos nunca permiten que la decepción lleve ventaja.

La adversidad simplemente los insta a realizar mayores esfuerzos”.

Nadie se enfrentó a desafíos más grandes que Pablo; sin embargo, él escribió: “…esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria…” (2 Corintios 4:17).

¡Así que, resiste! ¡Muchas veces es la última llave del llavero la que abre la puerta!