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Levítico 26:11 La Biblia de las Américas (LBLA)

Bendiciones de la obediencia

 

 

26 “No os haréis ídolos, ni os levantaréis imagen tallada ni pilares sagrados, ni pondréis en vuestra tierra piedra grabada para inclinaros ante[a] ella; porque yo soy el Señor vuestro Dios. “Guardaréis mis días de reposo, y tendréis en reverencia mi santuario; yo soy el Señor. “Si andáis en mis estatutos y guardáis mis mandamientos para ponerlos por obra, yo os daré lluvias en su tiempo, de manera que la tierra dará sus productos, y los árboles del campo darán su fruto. “Ciertamente, vuestra trilla os durará hasta la vendimia, y la vendimia hasta el tiempo de la siembra. Comeréis, pues, vuestro pan hasta que os saciéis[b] y habitaréis seguros en vuestra tierra. “Daré también paz en la tierra, para que durmáis sin que nadie os atemorice. Asimismo eliminaré bestias dañinas de vuestra[c] tierra, y no pasará espada por vuestra tierra. “Y vosotros perseguiréis a vuestros enemigos y caerán a espada delante de vosotros; cinco de vosotros perseguirán a cien, y cien de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a espada delante de vosotros. “Me volveré hacia vosotros y os haré fecundos y os multiplicaré y confirmaré mi pacto con vosotros. 10 “Y comeréis de las provisiones almacenadas y tendréis que sacar lo almacenado para guardar lo nuevo. 11 “Además, haré mi morada[d] en medio de vosotros, y mi alma no os aborrecerá. 12 “Andaré entre vosotros y seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. 13 “Yo soy el Señor vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto para que no fuerais esclavos de ellos; rompí las varas de vuestro yugo y os hice andar erguidos.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

Versículos Bíblicos Con 25 Principios Para Este Año Nuevo
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Año Nuevo 0


Año Nuevo: Amar más profundamente
Y es mi oración que vuestro amor abunde más y más. Filipenses 1:9

Con el Año Nuevo delante de nuestros ojos, es un buen momento para reflexionar sobre cómo podemos amar más profundamente a los demás. A veces resulta difícil mostrar amor a todos, especialmente a aquellos que han causado profundo dolor en nosotros. Es en estos momentos que podemos buscar el poder de Dios para amar incondicionalmente, así como somos amados por Cristo.

Nuestro amor se expresa más allá de las palabras y es revelado por nuestras acciones. Juan escribió:

“Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.” (1 Juan 3:17-18).

El amor de Dios es un compromiso activo en los corazones de sus hijos. Somos las manos, los pies y el corazón de Jesucristo para ministrarnos unos a otros y al mundo. Cuando amamos en vez de devolver el odio, somos más parecidos a nuestro Señor.

¿Cómo podemos amar profundamente en el Año Nuevo?
Amar más profundamente pidiéndole al Señor que haga nuestros corazones más sensibles a las necesidades de los demás (1 Juan 3:17).

Amad más profundamente buscando el poder de Dios para amar a los que nos odian (Lucas 6:27).

Amad más profundamente dando lo mejor de nosotros en dones y ofrendas para el reino de Cristo (2 Corintios 9:7).

Amad más profundamente mostrando misericordia a los que no la merecen (Lucas 10:37).

Ama más profundamente sometiéndote humildemente a aquellos que son nuestros líderes (Hebreos 13:17).

Amar más profundamente usando nuestros dones espirituales y talentos naturales para edificar la iglesia de Cristo (Efesios 4:11-13).

Amar más profundamente resistiendo el chisme y hablando solamente palabras de fe (Efesios 4:29).

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Año Nuevo: Versículos Bíblicos y Principios para Seguir

Comienza el Año Nuevo: Orar más intensamente
La oración eficaz del justo puede mucho. Santiago 5:16

A veces es difícil seguir orando cuando no vemos la evidencia de nuestras oraciones. Personalmente he tenido momentos en los que he luchado con perseverancia a través de la oración. Hay veces que siento un gran mover en el Espíritu como si las cosas que no puedo ver estuvieran en movimiento. Más aún, un poco más tarde, siento que mis oraciones no van a ninguna parte. Es en esos momentos soy más tentado a dejar de orar.

Sin embargo, cuando quiero detenerme y pasar a otra cosa, estoy obligado por el Espíritu de Dios a seguir orando sin importar cómo me siento o lo que veo en el sentido natural. Dios conoce el principio y el final de cada historia de la vida. Debido a que Él está finalmente en control, puedo tener paz sobre mi oración aunque no vea que las cosas estén sucediendo según mi entendimiento.

Cuando hemos decidido vivir una vida justa, nuestras oraciones son más poderosas de lo que podríamos imaginar. Satanás quiere que nos rindamos porque sabe que nuestras oraciones inhiben sus planes malignos. Cuando Daniel oró, Dios inmediatamente envió una respuesta; pero, el ángel fue retenido por el diablo durante 21 días (Daniel 10:12-13). Hay una batalla espiritual que se está llevando a cabo, y nuestras oraciones son una parte de la armadura espiritual (Efesios 6:18). ¿Cómo podemos orar con poder en este Año Nuevo?

Podemos orar con poder con un tiempo constante diario para orar (Efesios 6:18).

Podemos orar con poder al confesar y arrepentirnos de nuestros pecados (1 Juan 1:9).

Podemos orar con poder cuando estamos unidos con otros creyentes (Mateo 18:20).

Podemos orar con poder hablando la palabra de Dios a Él (Salmo 119:170).

Podemos orar con poder cuando andamos por fe y no por visto (2 Corintios 5:7).

Para este Año Nuevo: Estudie más diligentemente
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,.. que usa bien la palabra de verdad. 2 Timoteo 2:15

Muchos de nosotros peleamos la buena batalla de la fe. Queremos ser más fieles, queremos expresar una fe genuina en Dios, y queremos esforzarnos por vivir no por lo que vemos, sino por lo que creemos. Más aún, si no hacemos un tiempo para leer y estudiar las Escrituras diligentemente, nuestra fe será anémica y raquitica.

Pablo escribió en Romanos 10:17, “Así que la fe viene del oír, y del oír por la palabra de Dios”. Nuestra habilidad para crecer en fe proviene de nuestra capacidad de escuchar, conocer y vivir la palabra de Dios. El descuidar la disciplina de estudiar la palabra hace que nuestra fe sea sacudida en tiempos difíciles.

La lectura diaria de la Palabra de Dios, aun en pequeños incrementos, puede edificar nuestra fe. El Espíritu Santo puede hablar a nuestros corazones con la verdad de las Escrituras. Cuando sentimos duda, temor, arrepentimiento o amargura en nuestros corazones, es la palabra de Dios la que nos mantiene en el camino correcto.

Nuestro llamado de Dios va más allá del conocimiento de las Escrituras. Estamos llamados a ser hacedores de la palabra y no solamente oidores (Santiago 1:22-25). A medida que vivimos la Palabra de Dios, nuestra fe se fortalece y nos encontramos caminando en nuestro llamado. ¿Cómo podemos estudiar la palabra de Dios más diligentemente?

Podemos hacer tiempo todos los días para leer y meditar en las Escrituras (Josué 1:8).

Podemos escuchar a los predicadores de sana doctrina mientras nos enseñan de la palabra de Dios (Romanos 10:14-15).

Podemos anotar de lo que hemos leído en nuestra Biblia (Jeremías 30:20).

Podemos profundizar en nuestros estudios de las Escrituras para buscar el significado original de las palabras (2 Timoteo 2:15).

Podemos leer libros, blogs o artículos de sana doctrina que nos ayudan a aplicar la palabra de Dios (Tito 1:9).

Año Nuevo: Perdonar más libremente
Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Salmo 32:1

Ser perdonado del pecado es uno de los momentos más liberadores de la vida del creyente. Nuestros pecados pueden separarnos de Dios y perseguirnos con arrepentimiento, culpabilidad y vergüenza. Cuando experimentamos el perdón de Dios, también podemos perdonar a otros de sus transgresiones contra nosotros. El perdón es una elección que hacemos por gratitud y obediencia al Señor.

A veces puede ser difícil perdonar y olvidar, especialmente si la otra persona o personas permanecen sin arrepentimiento por sus pecados contra nosotros. Es en estos momentos podemos orar al Señor y trabajar en perdonar a los que nos hicieron daño. Al hacer esto, podemos ser libres de guardar amargura contra ellos. El Espíritu Santo hace una gran obra interna en nuestros corazones, y somos liberados para cumplir los propósitos que Él ha puesto en nosotros.

Perdonar más libremente no significa ser libre del dolor que nos causaron. Las consecuencias de sus acciones pueden permanecer a pesar de nuestro perdón. Al perdonar a los demás, nos libramos del engaño de buscar venganza y dejamos que Dios cuide de nuestros enemigos. ¿Cómo podemos perdonar más libremente?

Perdonamos más libremente cuando elegimos perdonar por obediencia (Lucas 6:37).

Perdonamos más libremente cuando pedimos al Señor que sane nuestros corazones de las heridas de los malvados (Salmo 147:3).

Perdonamos más libremente cuando recordamos que hemos sido perdonados de nuestros pecados (Colosenses 3:13).

Perdonamos más libremente cuando aceptamos que Dios será nuestro Vengador (Romanos 12:19).

Perdonamos más libremente cuando dejamos ir una actitud no perdonadora (Hebreos 12:1).

En este Año Nuevo: Servir más Diligentemente
10. Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. 1 Pedro 4:10

Desde pequeño, enseño a mi hijo a servir. Muchas veces no entiende el significado de la palabra, pero esto no importa, el entiende la actitud del servicio.

Como discípulos del Señor Jesucristo, tenemos el poder de Dios para servir a otros dentro de nuestros ministerios, en nuestros trabajos, en nuestros hogares y en nuestra comunidad. Nuestro servicio dado a otros (sea que se lo merezcan o no) habla de nuestro amor a Dios y de Su gracia dada a nosotros. Muchas veces las personas que servimos son amables y agradecidas. Pero, hay quienes no son agradecidos y no están dispuestos a mostrar gracia por lo que se les ha dado. Aún así, no les servimos a ellos, sino al Señor.

Cuando nos enfocamos en servir a Cristo, sentiremos la paz y el gozo de Su Espíritu Santo, aun en medio del trato con la gente difícil. Somos fortalecidos por el conocimiento de que Dios tiene recompensas eternas para aquellos que sirven a otros. ¿Qué debemos hacer para servir más diligentemente este año?

Servir a Dios y no a la gente. Efesios 6:7.

Servir en los dones espirituales dados por el Espíritu Santo (1 Corintios 12:4-11).

Servir con una actitud de amor y gracia a los que viven en la familia de la fe (Gálatas 6:9-10).

Servir en el poder de Cristo (1 Pedro 4:10-11).

Sirve a otros para que den gloria a Dios (Mateo 5:16).

Oración Para Este Año Nuevo
Amado Dios, quiero amar más profundamente en este Año Nuevo. Necesito que Tu Espíritu me dé poder más allá de mis habilidades naturales para mostrar tu amor. Señor, quiero ser un guerrero de oración más constante en este Año Nuevo. Por favor renueva mi llamado a interceder y que confíe en Ti con todo mi corazón.

Señor Jesús, quiero conocer mejor tu palabra. Oro por fortaleza para ser consistente en mi lectura diaria, estudiando y viviendo tus mandamientos. Quiero mi Dios perdonar más libremente en este Año Nuevo. Necesito Tu ayuda para quitar mi necesidad de venganza. Padre confío en Ti para corregir todos mis errores.

Padre bueno, quiero servir más diligentemente este año. Ayúdame a discernir espiritualmente para servir donde Tú quieres que vaya. En el nombre de Jesús, amén.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


Buscadores de diamantes.

Una antigua leyenda persa cuenta que Al Jaffed, un hombre rico que poseía una gran granja, una noche escuchó a un visitante contar acerca de las inmensas cantidades de diamantes que se podían encontrar en otros países.

Pensando en esto vendió su finca y empezó a viajar por el mundo buscando las fabulosas riquezas de las que le habían hablado. Sin embargo, sus esfuerzos no tuvieron los frutos que esperaba y ya en la miseria y desesperado se suicidó.

Mientras tanto, el hombre que había comprado la granja un día mientras abría un surco, se dio cuenta de una piedra que brillaba. Se acercó y, asombrado, sacó un gran diamante.

Una de las cosas más comunes en nuestros tiempos es caer en el error de este hombre rico. Soñamos con la vida que tienen otros, con la fortuna y la fama que nos vende la televisión, descuidando o menospreciando lo que Dios nos ha dado.

Todos tenemos un tesoro en nuestras manos, puede ser nuestra familia, empleo, dones, talentos, amigos e inclusive tu fe.

Mucha gente piensa que podría tener un trabajo en el que le pagarían muchísimo dinero y se pasa la vida buscándolo, protestando y encontrando defectos a cualquier lugar al que lleguen, otros deciden que es mejor ir de una iglesia a otra porque Dios no respondió una oración de la forma como esperaban, así que no sólo cambian de iglesia, sino de religión. Hay quienes creen que no valen nada y lejos de poner en práctica los talentos que Dios les dio empiezan a intentar imitar a los demás cayendo en fracasos reiterativos y una vida llena de frustración. También están aquellos que por buscar cosas materiales y pasajeras dejan a su familia, la ponen en segundo o tercer plano sin percatarse de que esas personas podrían ser su mayor bendición.

Dios nos hizo únicos, no sólo físicamente, sino emocional e intelectualmente, puso en nosotros dones y talentos únicos y nos ha entregado una granja que cuidar. No descuides aquello que se te confió, porque cada persona, cosa o misión que nos da es de gran valía y la ha puesto en tus manos por una razón.

Que cuando nos presentemos ante Él, pueda decirnos: “Bien hecho, mi buen siervo fiel. Has sido fiel en administrar esta pequeña cantidad, así que ahora te daré muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar conmigo!”. Mateo 25:23 (NTV)

No descuides tu granja, tu diamante podría estar enterrado ahí mismo, sólo debes trabajar la tierra que se te confió. Podrías ser más rico de lo que imaginas.

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ