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Jueces 2:10 La Biblia de las Américas

 

 

Muerte de Josué

 

 

Después que Josué despidió al pueblo, los hijos de Israel fueron cada uno a su heredad para tomar posesión de la tierra. Y el pueblo sirvió al Señor todos los días de Josué, y todos los días de los ancianos que sobrevivieron a[d] Josué, los cuales habían sido testigos de[e] la gran obra que el Señor había hecho por Israel. Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, murió a la edad de ciento diez años. Y lo sepultaron en el territorio de su heredad, en Timnat-sera[f], en la región montañosa de Efraín, al norte del monte Gaas. 10 También toda aquella generación fue reunida a sus padres; y se levantó otra generación después de ellos que no conocía al Señor, ni la obra que Él había hecho por Israel.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

¿Qué deseas?

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

Todos tenemos deseos que quisiéramos cumplir, sueños y metas que queremos alcanzar, y estos anhelos son parte de lo que tenemos en el corazón. ¿Qué deseos tienes?

¿Qué deseos hay en tu corazón?

Lo que hay en nuestro corazón y mente, lo que nos gusta, nuestras prioridades, lo que realizamos con amor y entrega, será lo que genere los deseos que queremos alcanzar.

En Colosenses, el Apóstol Pablo transmitía por medio de una carta los anhelos que había en su corazón:

Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.

Colosenses 2:1-3 (RVR 1960)

Él tenía deseos conforme a su llamado, Dios ocupó el primer lugar en su vida, por ello estaba tan comprometido con el evangelio y su expansión a todos los lugares del mundo. Su relación personal con Dios hizo que brotaran en él deseos dignos de honra y gloria para el Señor.

Aliméntate de Dios para tener buenos deseos

Así como nos alimentamos físicamente, con buenos y sanos ingredientes que aportan a nuestro cuerpo, debemos alimentar nuestro ser con el alimento que Dios pone a nuestra disposición, y así se generará en nosotros buenos deseos.

Si consumimos cosas malas que corrompan nuestra mente y corazón, nuestros deseos se alejarán de lo bueno:

¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

Santiago 3:11-18 (RVR 1960)

Esforcémonos en nuestra comunión con Dios para tener anhelos que estén dentro de su voluntad y esos, serán buenos para nosotros.

Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.

Salmos 37:4 (NTV)

Soraida Fuentes

CVCLAVOZ