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Apocalipsis 21:6 La Biblia de las Américas (LBLA)

Un cielo nuevo y una tierra nueva

 

 

21 Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo. Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo[a], y Dios mismo estará entre ellos[b]. El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado. Y el que está sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y añadió*: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas. También me dijo: Hecho está[c]. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El vencedor[d] heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo. Pero los cobardes, incrédulos[e], abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia[f] en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION
ANHELABAN UNA [PATRIA] MEJOR, ESTO ES, CELESTIAL (Hebreos 11:16)
Publicado por: Devocionales en Devocionales 0.

 

 

Abraham no tenía ni idea de adónde le llevaba Dios; lo único que sabía era que no podía quedarse donde estaba. ¡Imagínate explicando algo así a tus amigos! Pero en lugar de cuestionar a Dios, leemos: “Por la fe Abraham” salió sin saber a dónde iba (Hebreos 11:8). En ningún momento consideró volverse a casa cuando las cosas se pusieron difíciles. Sabía que en su caso particular, Dios no estaba en el lugar de donde había salido. La Escritura recuerda a Jefté por su victoria espectacular contra los amonitas y por un voto que hizo antes de ir a la batalla, un voto que cumplió: “Le he dado mi palabra a Jehová y no podré retractarme” (Jueces 11:35).

Israel permaneció estancado en el desierto porque seguía añorando Egipto. Cada vez que Dios les ordenaba: “Id a Canaán”, ellos decían: “Pero allá en Egipto teníamos” Muchos de nosotros no disfrutamos de la vida cristiana porque anhelamos lo bien que lo pasábamos antes. Al igual que el pueblo de Israel, pensamos en los ajos y los puerros de Egipto mientras estamos en medio del desierto alimentándonos con el maná. Si esa es tu forma de pensar, ¡siempre acabarás volviendo al punto de partida! Es posible que el lugar de donde saliste parezca atractivo, pero Dios no está allí; Él está en tu futuro. Medita en estas palabras: “Pues si hubieran estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad” (Hebreos 11:15-16). Cuando caminas con Dios, ¡no hay vuelta atrás!.

Si hoy estas pasando por una situación difícil, donde ves que no hay más salida. Piensa que Dios esta contigo empujando y sosteniendo tu vida para no retroceder. No olvides que Mayor es el que esta en ti que el que esta en el mundo.
Que tengas un día sobrenatural hacia adelante siempre en los planes de Dios.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

El testamento.

 

Se cuenta que Juan Eyre, cuyo nombre figura en las memorias de la criminología inglesa como ladrón, a pesar de que poseía una fortuna de 30.000 libras, cantidad inmensa en su tiempo, tenía un tío que hizo testamento en favor de un servidor de Dios para fines caritativos. Sin embargo, poco antes de su muerte, cuando se hallaba senil, cambió de opinión e hizo un nuevo testamento, dejando toda su fortuna a su sobrino y un legado al mencionado pastor de sólo 500 libras.

El avaricioso sobrino, poco después de la muerte de su tío, encontró el último testamento y al observar dicho legado para obra benéfica, pensando que él era el único heredero como pariente más próximo, sin ningún tipo de escrúpulo, destruyó el testamento y tomó posesión de toda la fortuna del fallecido.

Pocos días después recibió la visita del referido pastor quien le preguntó si su tío no había hecho un testamento antes de morir, a lo que el sobrino respondió negativamente, con toda desfachatez. ¡Cuál no fue su sorpresa cuando vio al recién llegado sacar el primer testamento del difunto en el cual le nombraba a su visitante heredero de todo, excepto de un legado de 200 libras para el sobrino!. Como no tenía ninguna prueba para demostrar que su tío había cambiado de parecer, y el testamento destruido no se hallaba registrado, tuvo que entregar para obra benéfica, no tan sólo las 500 libras, sino todos los bienes de los que había tomado.
Familias destruidas, asesinatos, guerras, vidas perdidas e incluso algunas enfermedades tienen su origen en el amor al dinero, en el afán de querer tener más, poniendo de lado las cosas que realmente importan.

“Después de todo, no trajimos nada cuando vinimos a este mundo ni tampoco podremos llevarnos nada cuando lo dejemos. Así que, si tenemos suficiente alimento y ropa, estemos contentos. Pero los que viven con la ambición de hacerse ricos caen en tentación y quedan atrapados por muchos deseos necios y dañinos que los hunden en la ruina y la destrucción. Pues el amor al dinero es la raíz de toda clase de mal; y algunas personas, en su intenso deseo por el dinero, se han desviado de la fe verdadera y se han causado muchas heridas dolorosas”. 1 Timoteo 6:9-10 (NTV)

Posiblemente no tengamos todo lo que deseamos o quizás pensemos que es injusta la forma cómo está distribuida la riqueza y puede ser cierto, pero el que tengamos más dinero o menos no nos hará felices, y basta ver la cantidad de celebridades que recurren a los vicios o al suicidio pese a tener “todo”; si no sabemos ser agradecidos con lo poco que tenemos tampoco seremos con más cosas, por el contrario siempre buscaremos tener más.

“Los que aman el dinero nunca tendrán suficiente. ¡Qué absurdo es pensar que las riquezas traen verdadera felicidad!” Eclesiastés 5:10 (NTV)

Dios, en su infinita sabiduría y bondad nunca nos deja desamparados, siempre provee para nuestras necesidades en el momento justo. Agradece a Dios por lo que tienes y disfruta de las bendiciones que diariamente recibes de nuestro Padre.

 

 

 


Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ