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Éxodo 17:1,6 La Biblia de las Américas (LBLA)

La peña de Horeb

 

 

17 Toda la congregación de los hijos de Israel marchó por[a] jornadas desde el desierto de Sin, conforme al mandamiento[b] del Señor; y acamparon en Refidim, y no había agua para que el pueblo bebiera.Entonces el pueblo contendió con Moisés, y dijeron: Danos agua para beber. Y Moisés les dijo: ¿Por qué contendéis conmigo? ¿Por qué tentáis al Señor? Pero el pueblo tuvo allí sed[c], y murmuró el pueblo contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos has hecho subir de Egipto para matarnos[d]de sed a nosotros, a nuestros[e] hijos y a nuestros[f] ganados? Y clamó Moisés al Señor, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? Un poco más y me apedrearán. Y el Señor dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo y toma contigo a algunos de los ancianos de Israel, y toma en tu mano la vara con la cual golpeaste el Nilo, y ve. He aquí, yo estaré allí delante de ti sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrá agua de ella para que beba el pueblo. Y así lo hizo Moisés en presencia de los ancianos de Israel. Y puso a aquel lugar el nombre de Masah[g] y Meriba[h], por la contienda de los hijos de Israel, y porque tentaron alSeñor, diciendo: ¿Está el Señor entre nosotros o no?

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

¿Estamos Dispuestos a Pagar El Precio?
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“YO REPRENDO… A TODOS LOS QUE AMO…” (Apocalipsis 3:19)
Dirigiéndose Jesús a la iglesia de los últimos días dijo: “Tú dices: Yo soy rico… de nada tengo necesidad. Pero no sabes que eres desventurado, miserable, pobre, ciego y estás desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que compres de mí oro refinado en el fuego para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez. Y unge tus ojos con colirio para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete” (Apocalipsis 3:17-19).

¡Son palabras duras! ¿Por qué habría de decirnos eso Jesús? Por varias razones:

a) en lugar de creer en el Dios de los milagros del Nuevo Testamento, decimos que Dios ya no hace milagros en nuestros días;

b) hemos tolerado la división por defender la lealtad denominacional;

c) hemos enseñado que el cristianismo consiste principalmente en no hacer ciertas cosas. Por consiguiente, hemos perdido el gozo, puesto que la intimidad con Cristo no se consigue con nuestros logros;

d) muchos de nuestros líderes han dejado de ser ejemplos de siervos y olvidado que Jesús lavó los pies de sus discípulos y que fue montado en un pollino;

e) en lugar de usar nuestras bendiciones materiales para alcanzar al mundo para Cristo y cuidarnos de los pobres, las acumulamos y derrochamos en nuestros deleites;

f) nos molesta cuando alguien usa métodos contemporáneos para alcanzar a la generación joven. En lugar de conectar con esa cultura, huimos de ella;

g) en lugar de hacer prosperar nuestros talentos mientras esperamos su venida, (véase Lucas 19:13), eludimos cualquier compromiso. Leemos novelas sobre el rapto cuando deberíamos estar orando por los que están a punto de sufrir el martirio por su fe. ¿Por qué no podemos tener esa clase de fe? ¡Sí podemos tenerla! Pero sólo si estamos dispuestos a pagar el precio.

 

 

 

 

UN ENCUENTROCON LA PALABRA

REFLEXION

No hagas caso.

 

                 

Siempre existirán personas a nuestro alrededor que sólo están esperando que las cosas nos salgan mal y que fracasemos.

Lo mismo le ocurrió a Pablo en Hechos 28:6, cuando fue tomado preso, él no se dio por vencido, continuaba sirviendo y trabajando en medio de la lluvia y el frío, era el único que traía ramas secas para el fuego e incluso fue mordido por una serpiente. Lo normal hubiera sido que él cayera muy mal y muriera por el veneno de aquel reptil y lejos de ayudarlo, las personas que estaban ahí, sólo se pusieron a criticarlo porque seguía como si nada le hubiera pasado y, además, esperaban muy pacientemente que cayera muerto.

Muchos de nosotros podemos identificarnos con este breve relato de la vida de Pablo, quizás nos encontramos en la misma situación, hemos fracasado en algo o estamos atravesando alguna prueba y el enemigo solamente se queda esperando a que caigamos sin ganas de levantarnos y muramos.

Lamentablemente, a lo largo de nuestra vida tal vez encontremos personas que lo único que harán será criticar, hagas bien o hagas mal sólo buscarán destruirte con sus comentarios; también existirán personas que esperarán tu caída, tu derrota y tu muerte, pero eso no tiene porqué suceder. Dios nos hizo más que vencedores y nos dijo: “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.” Isaías 54:17 (RVR-1960)

Hoy te animo a levantarte, no permitas que ninguna crítica o palabra terrenal usada por el enemigo te derrumbe, tú no estás solo y a pesar de las serpientes que se atraviesen en tu camino, Dios no te dejará morir. Sigue adelante y levántate.

 

 

Telma Céspedes
CVCLAVOZ