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Eclesiastés 2:6 La Biblia de las Américas (LBLA)

Vanidad de las cosas terrenales

 

 

Entonces me dije[a]: Ven ahora, te probaré con el placer; diviértete[b]. Y he aquí, también esto era vanidad. Dije de la risa: Es locura; y del placer: ¿Qué logra esto? Consideré en mi mente[c] cómo estimular mi cuerpo[d] con el vino, mientras mi mente[e] me guiaba con sabiduría, y cómo echar mano de la insensatez, hasta que pudiera ver qué hay de bueno bajo el cielo que los hijos de los hombres hacen en los contados días de su vida. Engrandecí mis obras, me edifiqué casas, me planté viñedos; me hice jardines y huertos, y planté en ellos toda clase de árboles frutales; me hice estanques de aguas para regar[f] el bosque con árboles en pleno crecimiento. Compré esclavos y esclavas, y tuve esclavos nacidos en casa[g]. Tuve también ganados, vacas y ovejas, más que todos los que me precedieron en Jerusalén. Reuní también para mí plata y oro y el tesoro de los reyes y de las provincias. Me proveí de cantores y cantoras, y de los placeres de los hombres, de muchas concubinas[h]. Y me engrandecí y superé a todos los que me precedieron en Jerusalén; también la sabiduría permaneció conmigo. 10 Y de todo cuanto mis ojos deseaban, nada les negué, ni privé a mi corazón de ningún placer, porque mi corazón gozaba de todo mi trabajo, y ésta fue la recompensa de toda mi labor. 11 Consideré luego todas las obras que mis manos habían hecho y el trabajo en que me había empeñado[i], y he aquí, todo era vanidad y correr tras el viento[j], y sin provecho bajo el sol.

12 Yo volví, pues, a considerar la sabiduría, la locura y la insensatez, porque ¿qué hará el hombre que venga después del rey sino lo que ya ha sido hecho? 13 Y yo vi que la sabiduría sobrepasa a la insensatez, como la luz a las tinieblas.

14 El sabio tiene ojos en su cabeza,
mas el necio anda en tinieblas.
Pero yo sé también que ambos corren la misma suerte.

15 Entonces me dije[k]: Como la suerte del necio, así también será la mía[l]. ¿Para qué, pues, me aprovecha haber sido tan sabio? Y me dije[m]: También esto es vanidad. 16 Porque no hay memoria duradera[n]ni del sabio ni del[o] necio, ya que todos serán olvidados en los días venideros. ¡Cómo mueren tanto el sabio como[p] el necio! 17 Y aborrecí la vida, porque me era penosa[q] la obra que se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y correr tras el viento.

18 Asimismo aborrecí todo el fruto de mi trabajo con que me había afanado bajo el sol, el cual tendré que dejar al hombre que vendrá después de mí. 19 ¿Y quién sabe si será sabio o necio? Sin embargo, él tendrá dominio sobre todo el fruto de mi trabajo con que me afané obrando sabiamente bajo el sol. También esto es vanidad. 20 Por tanto me desesperé en gran manera[r] por todo el fruto de mi trabajo con que me había afanado bajo el sol. 21 Cuando hay un hombre que ha trabajado con sabiduría, con conocimiento y con destreza, y da su hacienda[s] al que no ha trabajado en ella, esto también es vanidad y un gran mal. 22 Pues, ¿qué recibe el hombre de todo su trabajo y del esfuerzo de su corazón con que se afana bajo el sol? 23 Porque durante todos sus días su tarea es dolorosa y penosa; ni aun de noche descansa su corazón. También esto es vanidad.

24 Nada hay mejor para el hombre que comer y beber y decirse que su trabajo es bueno[t]. Esto también yo he visto que es de la mano de Dios.25 Porque ¿quién comerá y quién se alegrará sin El[u]? 26 Porque a la persona que le agrada[v], El le ha dado sabiduría, conocimiento y gozo; mas al pecador le ha dado la tarea de recoger y amontonar para dárselo al que agrada a[w] Dios. Esto también es vanidad y correr tras el viento.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION 

¿Cómo Amar a La Gente? 5 Maneras Para Comenzar
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0

 

 

“QUE OS AMÉIS UNOS A OTROS” (Juan 15:12).
Amar a la gente es un concepto muy vago, a menos que hagamos estas cinco cosas:

1) Muchas personas son inseguras; bríndales confianza. 
Detrás de su fachada se ocultan recuerdos de un pasado doloroso y la angustia de lo que se les avecina. Diles lo que Dios dice: “No te desampararé ni te dejaré” (Hebreos 13:5). Cuando ninguna otra cosas da resultado, la Palabra de Dios es efectiva.

2) Las personas necesitan sentirse especiales; diles un cumplido.
Hazlo cuando menos se lo esperan y cuando está claro de que no buscas nada a cambio. Mary Kay Ash, fundadora de una gran empresa de cosméticos estadounidense dijo: “Todo el mundo lleva un cartel invisible colgado al cuello en el que pone: “Hazme sentir importante”. Fíjate en la frecuencia con la que Dios nos dice en Su Palabra cuánto nos ama, lo especial que somos para Él y los planes que tiene para nosotros.
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3) Las personas esperan un mañana mejor; bríndales esperanza.
Hazles saber que cuando ponen a Dios en el centro de sus vidas, su futuro será mejor que su pasado. “En estos días en que buscó al Señor, Él le prosperó” (2 Crónicas 26:5).

4) Las personas necesitan ser comprendidas; escúchalas.
El problema es que escuchar demanda más tiempo de lo que estamos dispuestos a dar. Tenemos demasiada prisa para dar un consejo rápido y pasar a lo siguiente, y así no funciona. Antes de sentirse “reparado”, hace falta sentirse comprendido.

5) Las personas necesitan modelos a imitar; sé uno de ellos.
Pablo dijo a los corintios: “Sed imitadores míos, así como yo lo soy de Cristo” (1 Corintios 11:1). A menudo no somos conscientes del ejemplo que damos ni de las impresiones que dejamos. Te guste o no, todo lo que haces, o dejas de hacer, influye en los demás. Cuando te vayas de este mundo, lo único que vas a dejar atrás es tu influencia.

 

 

 

 

·        UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

·        REFLEXION

·        La mirada del Padre.

 

 

·        “Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.” (1 Pedro 3:12).

·        En una oportunidad estaba en un centro comercial junto a mi hija que tenía solo dos años en aquel momento. Ese lugar tenía un barco muy grande que los niños utilizaban para explorar y jugar por lo cual allí fue mi hija quien en poco tiempo comenzó a trepar saltar y correr incansablemente. En un momento ella paró de jugar, me buscaba con la mirada pero no me veía, sin embargo yo estaba allí y nunca la había perdido de vista. Rápidamente y antes que se angustie le grité: “Aquí estoy”. Al verme inmediatamente sonrió y recobró su sensación de seguridad y sin perder más tiempo, continuó jugando.

·        Este simple hecho cotidiano me enseñó algo que considero muy importante en mi relación con Dios. Esto es reconocer que la mirada del Padre está siempre sobre mí. Hay momentos en que parece que Dios se hubiera alejado o que no está prestándonos atención, especialmente cuando no vemos una respuesta a nuestras oraciones o bien cuando habiendo presentado alguna situación delante de Él, las cosas parecen complicarse más en lugar de solucionarse.

·        En dichos casos podríamos preguntarnos: ¿Dónde está Dios en esta situación?, ¿Qué pasa, es que no me ve o no me oye? ¿Estará distraído o se habrá alejado? ¿Estará enojado conmigo y por eso no responde? Son todas preguntas razonables y perfectamente entendibles, sin embargo la Biblia nos enseña que los ojos del Señor están sobre los justos y además Él está atento a nuestras oraciones.

·        Alguien podría decir, yo no me considero justo, pero es importante comprender que no se trata de nuestra propia justicia, sino que solo a través de Jesús quien pagó el precio de nuestro rescate con su muerte en la cruz y el derramamiento de su sangre es que podemos ser justificados por su gracia y por lo tanto presentarnos como justos delante del Padre. En el mismo sentido leemos en los salmos: “La mirada del Padre nunca se aparta. Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a su clamor.” (Salmos 34:15).

La mirada del Padre nos transmite protección, seguridad y cuidado, pero esto sucede solo cuando tenemos buena relación con Él. Por el contrario el hijo que sabe que hizo algo incorrecto, o que tiene cosas que ocultar, para él la mirada del Padre representará una amenaza, se sentirá expuesto y tratará de ponerse a la defensiva.

La mirada del Padre además nos aporta valor como hijos de Dios ya que Él está pendiente de nosotros y de cada uno de los hechos de nuestra vida, por lo cual, podemos sentirnos importantes, amados y valiosos para Él.

Quiero animarte en este día a que consideres esta verdad bíblica, que los ojos de Dios están sobre ti para cuidarte, protegerte, animarte y darte la seguridad que el mundo no puede ofrecer. Esto significa que Dios todo lo ve, Él está en pleno conocimiento y al detalle de todo lo que te sucede. Nada escapa de su control, por lo cual Tú puedes descansar y confiadamente esperar en Él. Pero para esto, sólo hará falta que tu mirada se encuentre con la del Señor, de tal manera recibirás, seguridad, protección, valor y esa paz que sobrepasa todo entendimiento.

 

 

Daniel Zangaro
CVCLAVOZ