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Isaías 14:32 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

Profecía sobre Asiria y Filistea

 

 

 

24 Ha jurado el Señor de los ejércitos, diciendo: Ciertamente, tal como lo había pensado, así ha sucedido; tal como lo había planeado, así se cumplirá:25 Quebrantaré a Asiria en mi tierra, y la pisotearé sobre mis montes. Entonces su yugo se les quitará de encima, y su carga será quitada de sus hombros.26 Este es el plan acordado[p] contra toda la tierra, y esta es la mano que está extendida contra todas las naciones. 27 Si el Señor de los ejércitos lo ha determinado, ¿quién puede frustrarlo? Y en cuanto a su mano extendida, ¿quién puede volverla atrás? 28 El año en que murió el rey Acaz, vino esta profecía[q]:

29 No te alegres, toda tú, Filistea,
porque la vara que te hirió esté quebrada;
pues de la raíz de la serpiente saldrá una víbora,
y su fruto será serpiente voladora.
30 Los más débiles[r] comerán[s],
y los necesitados se acostarán seguros;
pero haré morir de hambre tu raíz,
y ésta matará tus sobrevivientes.
31 Gime, puerta; clama, ciudad;
derrítete[t], toda tú, Filistea;
porque del norte viene humo,
y nadie se rezaga de sus filas.
32 ¿Cómo, pues, se responderá a los mensajeros de la nación?:
Que el Señor ha fundado a Sion,
y en ella buscarán refugio los afligidos de su pueblo.

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

Amigo Cristiano Piensa Como Un Agricultor
Publicado por: Devocionales en Devocionales 0

 

 

 

“…EL QUE SIEMBRA GENEROSAMENTE, GENEROSAMENTE TAMBIÉN SEGARÁ” (2 Corintios 9:6b)

Nunca verás a un agricultor que se niega a plantar semillas, holgazaneando mientras espera una cosecha. Es posible que vaya a la iglesia regularmente, que sea un buen hombre en la familia, que pase diariamente tiempo a solas con el Señor y que comparta su fe con otros, pero no va a conseguir una cosecha sin sembrar primero. Es porque la ley de sembrar para cosechar es una de las que Dios ha puesto en su creación. “Mientras la tierra permanezca no cesarán la sementera y la siega…” (Génesis 8:22).
Y hay otra cosa más que un agricultor nunca hará: no se comerá las semillas que debería plantar, porque sabe que debe comenzar con ellas, y no con su necesidad, si quiere obtener la cosecha. Algunos de nosotros se acercan a Dios desde un punto de vista de necesidad, diciéndole: “No puedo darte porque tengo que pagar estas facturas”. Es como si un agricultor dijera: “No puedo plantar estas semillas, aunque sé que producirían una buena cosecha, porque ahora mismo tengo hambre”. Es el momento para que tu fe se ponga en acción. Cuando un agricultor planta las semillas en vez de comérselas, lo hace por fe, esperando que se conviertan en una gran cosecha. Ahora bien, él no la conseguirá inmediatamente. Debe esperar a la estación apropiada, pero pone su fe en una ley infalible que Dios puso en el universo: la de sembrar y cosechar. ¿Estás captando la idea? Cuando das, estás demostrando que tienes fe en la Palabra del Señor. Cuando Él te diga que “siembres” generosamente para que puedas “cosechar” generosamente, tu buena disposición o tu desgana para hacerlo te hará saber si realmente tienes a Dios y a sus promesas en alta estima.


“…EL QUE DA SEMILLA AL QUE SIEMBRA Y PAN AL QUE COME, PROVEERÁ… PARA TODA GENEROSIDAD…” (2 Corintios 9:10-11)

Lo que quieres “cosechar” debe ser lo que “siembras”. Y eso, ¿por qué? Porque las “semillas” que “plantas” se reproducirán conforme a su propia “especie”, sea para bien o para mal. “…todo lo que el hombre siembre, eso también segará…” (Gálatas 6:7). Date cuenta de que no “cosechas” necesariamente cuándo o dónde “siembras”, pero siempre “cosecharás” lo que hayas “sembrado”. Algunos de nosotros quieren “plantar” “malas hierbas” y sacar “rosas”. Somos rápidos para juzgar a otros, y no obstante, los primeros en pedir piedad y entendimiento cuando nos hemos metido en algún problema. Un agricultor no siembra maíz y espera cosechar patatas. A veces, sacudiendo la cabeza, nos preguntamos por qué Dios no nos bendice con una “cosecha”, olvidando que en primer lugar no hemos “sembrado” la “semilla” apropiada…

Y hay un principio más acerca de “sembrar” y “cosechar” que tenemos que comprender. No sólo “cosechamos” lo que “sembramos”, siempre “cosechamos” más: “…el que da semilla al que siembra y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará los frutos… para que seáis ricos en todo para toda generosidad…” (2 Corintios 9:10-11). Algunas personas viven por la filosofía: “Consigue todo lo que puedas, ponlo en una caja y siéntate encima de ella”. Pero, ¿por qué querrías hacer eso cuando el Señor te ha ofrecido algo mucho mejor, sostenido por la garantía de su Palabra?

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

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REFLEXION

Hogar, dulce hogar

 

 

 

 

“Si el Señor no construye la casa, el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo. Si el Señor no protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada.” Salmos 127:1 (NTV)

¿Quién no sueña con tener una casa? Con amplios ambientes para cada uno de los miembros de la familia y un hermoso jardín en el patio. Hay muchos quetrabajan y se podría decir que algunos pasan más horas en el trabajo que con la propia familia, y aunque el trabajo es bueno lo malo es ponerlocomo prioridad y dejar de lado, o postergar a la familia.

Una amiga nos compartía que de pequeña no habían tenido mucho en lo material, pero lo que a ella la marcó no fue eso sino el hecho que su padre creó en ella “momentos”, tiempos especiales de amor, aventura, comprensión, esfuerzo y mucho más, y creció valorando a las personas y a la familia; ahora ella tiene su propia familia y es una esposa idónea y una madre ideal.

Sin duda, el dinero y tener un lugar para vivir son necesarios para cobijar a nuestras familias pero no es lo esencial para que una familia sea exitosa, pues se necesita también: amor, comunión, tiempo, comprensión, servicio, empatía, perdón, respeto, apoyo, etc. y lo indispensable una relación con Dios, ya que como creador de la familia es quien guía para que tu hogar esté en armonía.

Si al construir una casa no usamos materiales y mano de obra de buena calidad, nuestra casa no tendrá mucho valor y en poco tiempo se deteriorará. Con nuestras familias pasa algo similar. Si invertimos esfuerzo y cuidados, cosechamos los beneficios de relaciones saludables. Por otro lado, si no dedicamos suficiente tiempo y esmero en nuestras familias, no podemos esperar mucho a cambio.

Has de tu morada un lugar donde haya armonía, amor y sea un refugio, pon a Dios en primer lugar y como base de tu hogar y lo demás será añadido.
Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. Mateo 6:33 (NTV)

 

 

 

 

Soraida Fuentes
CVCLAVOZ