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2 Reyes 14:26  La Biblia de las Américas (LBLA)

Amasías rey de Judá

14 En el año segundo de Jeoás[a], hijo de Joacaz, rey de Israel, comenzó a reinar Amasías, hijo de Joás, rey de Judá. Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre era Joadán, de Jerusalén. E hizo lo recto ante los ojos del Señor, pero no como su padre David; hizo conforme a todo lo que su padre Joás había hecho. Sólo que los lugares altos no fueron quitados; todavía el pueblo sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. Y sucedió que una vez afianzado el reino en su mano, mató[b] a los siervos suyos que habían asesinado[c] al rey su padre.Pero a los hijos de los asesinos[d] no les dio muerte, conforme a lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, tal como el Señor ordenó, diciendo: No se dará muerte a los padres por los hijos, ni se dará muerte a los hijos por los padres, sino que a cada uno se le dará muerte por su propio pecado. El mató[e] a diez mil de Edom en el valle de Sal y tomó a Sela en batalla, y la llamó Jocteel, hasta hoy. Entonces Amasías envió mensajeros a Jeoás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel, diciendo: Ven, veámonos cara a cara[f]. Y Jeoás, rey de Israel, envió mensaje a Amasías, rey de Judá, diciendo: El cardo que estaba en el Líbano envió a decir[g] al cedro que estaba en el Líbano, diciendo: “Da tu hija por mujer a mi hijo.” Pero pasó una fiera que estaba en el Líbano, y pisoteó el cardo. 10 Ciertamente has derrotado[h] a Edom, y tu corazón se ha envanecido[i]. Disfruta tu gloria y quédate en tu casa; pues, ¿por qué quieres provocar el mal de modo que caigas tú y Judá contigo?

11 Pero Amasías no quiso escuchar. Y subió Jeoás, rey de Israel; y él y Amasías, rey de Judá, se enfrentaron en Bet-semes, que pertenece a Judá. 12 Y Judá fue derrotado por[j] Israel, y huyeron cada uno a su tienda. 13 Entonces Jeoás, rey de Israel, capturó a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás[k], hijo de Ocozías, en Bet-semes; y vino a Jerusalén y derribó la muralla de Jerusalén desde la puerta de Efraín hasta la puerta del Angulo, cuatrocientos codos[l]. 14 Y tomó todo el oro, la plata y todos los utensilios que se encontraban en la casa del Señor y en los tesoros de la casa del rey, también los rehenes; y volvió a Samaria.

15 Los demás hechos de Jeoás, cuanto hizo y su poder, y cómo peleó con Amasías, rey de Judá; ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel? 16 Y durmió Jeoás con sus padres, y fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel; y su hijo Jeroboam reinó en su lugar.

17 Y Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, vivió quince años después de la muerte de Jeoás, hijo de Joacaz, rey de Israel. 18 Los demás hechos de Amasías, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá? 19 Y conspiraron contra él en Jerusalén, y huyó a Laquis; pero lo persiguieron[m] hasta Laquis y allí lo mataron. 20 Lo trajeron sobre caballos y fue sepultado en Jerusalén con sus padres en la ciudad de David. 21 Y todo el pueblo de Judá tomó a Azarías[n], que tenía dieciséis años, y lo hicieron rey en lugar de su padre Amasías. 22 El edificó a Elat y la restituyó a Judá, después que el rey durmió con sus padres.

23 En el año quince de Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, Jeroboam, hijo de Jeoás[o], rey de Israel, comenzó a reinar en Samaria, y reinó cuarenta y un años. 24 E hizo lo malo ante los ojos del Señor; no se apartó de todos los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel.25 El restableció la frontera de Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar de Arabá, conforme a la palabra que el Señor, Dios de Israel, había hablado por medio[p] de su siervo el profeta Jonás, hijo de Amitai, que era de Gat-hefer. 26 Porque el Señor había visto la aflicción de Israel, que era muy amarga; pues no había siervo ni libre, ni nadie que ayudara a Israel. 27 Pero el Señor no había decidido borrar el nombre de Israel de debajo del cielo, y los salvó por mano de Jeroboam, hijo de Jeoás[q].

28 Los demás hechos de Jeroboam y todo lo que hizo y su poder, cómo peleó y cómo recobró para Israel a Damasco y a Hamat, que habían pertenecido a Judá, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel? 29 Y durmió Jeroboam con sus padres, con los reyes de Israel, y su hijo Zacarías reinó en su lugar.

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocional Diario – “No” — Una Bendición Disfrazada.

Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales, Devocionales Biblicos, Meditaciones Cristianas, Reflexiones Cristianas 0


“No” — Una Bendición Disfrazada

“y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio” (Hechos 16:7-10).

Muchas veces, con certeza, ya oímos, de alguno amigo, la frase: “Espero que usted consiga exactamente lo que quiere”.

¿Será qué ya paramos para reflexionar sobre ella? Estamos, constantemente, anhelando cosas que no necesitamos o que no son buenas para nosotros. “Nuestros ojos son mayores que nuestros estómagos“. El “no” de Dios frecuentemente es una bendición disfrazada y puede llevar a una misión mayor, como el apóstol Pablo descubrió al recibir el llamado del hombre de la Macedonia.

¿Cómo reaccionamos al oír un “no” en nuestras pretensionesí
¿Cerramos el semblante? ¿Murmuramos por más un fracaso?
¿Dejamos translucir nuestro malhumor culpando a todos por nuestra frustración?

Muchas veces ése “no” tiene sabor de victoria. Puede valer mucho más que un “sí”. Él puede ser el primer paso para una grande conquista. Cuando el “no” viene del Señor, debemos sonreír y cantar porque Él tendrá algo mayor y más grandioso para nosotros. Basta apenas que confiemos en él, que sepamos comprender lo que realmente anhela y aguardar las maravillas que seguirán a ése “no” bendito.

El secreto para una vida abundante y feliz es esperar siempre la voluntad de Dios. Si vivimos de esa manera, tanto el “sí” como el “no” tendrán el mismo valor y traerán el mismo regocijo para nuestro corazón.

¿Usted murmura cuando Dios contesta “no” o agradece a Él por mostrarle qué su propósito estaba equivocado?

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


¿Tienes el corazón de Jesús?

Un adolescente que iba al colegio siempre con el cabello largo, era víctima de sus compañeros, quienes se burlaban de él y además era reprendido constantemente por las autoridades educativas. Uno de sus amigos decidió escuchar su historia, entonces se dio cuenta que no llevaba el cabello largo por gusto, sino porque sus padres no podían pagar un peluquero, eran ancianos y a veces no tenían ni para la alimentación.

A veces podemos señalar, criticar o burlarnos fácilmente de alguien, caemos en el error de ser personas que lastiman o ridiculizan a un compañero en lugar de ponerse en su lugar y brindarle una mano.

Muchas personas tienen el corazón tan duro que no sienten compasión por las personas en necesidad; lo más triste es que existen cristianos que se encuentran en así, es decir, fríos, insensibles al dolor de su semejante. Lamentablemente ellos no tienen el corazón de Jesús.

“Nunca dejará de haber necesitados en la tierra, y por eso yo te mando que seas generoso con aquellos compatriotas tuyos que sufran pobreza y miseria en tu país.” Deuteronomio 15:11 (DHH)

El Señor Jesús era un ejemplo de amor, Él siempre se encontraba donde había necesidad, no escapaba como otros hacen para no ayudar, Él se involucraba en el problema como si fuera suyo y, así mismo, nos manda a ser generosos con el necesitado.

Las personas que necesitan tu apoyo no están lejos de ti, en tu colegio, trabajo, iglesia o grupo de amigos se encuentra alguien que necesita ser escuchado ¿conoces las historias de los que te rodean? Te animo a ser como Jesús, deja de pensar en ti y comienza a considerar a los demás.

No olvides que el Señor está al lado de los necesitados y cuando ellos están cerca de ti, Él está esperando que tú actúes como su hijo ¡Es tiempo de hacer la diferencia!

Shirley Chambi
CVCLAVOZ