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1 Corintios 5:1-13 La Biblia de las Américas

Inmoralidad en la iglesia de Corinto

En efecto, se oye que entre vosotros hay inmoralidad, y una inmoralidad tal como no existe ni siquiera entre los gentiles, al extremo de que alguno tiene la mujer de su padre. Y os habéis vuelto[a] arrogantes[b] en lugar de haberos entristecido[c], para que el que de entre vosotros ha cometido esta acción fuera expulsado de en medio de vosotros. Pues yo, por mi parte, aunque ausente en cuerpo pero presente en espíritu, como si estuviera presente, ya he juzgado al que cometió tal acción. En el nombre de nuestro Señor Jesús, cuando vosotros estéis reunidos, y yo con vosotros en espíritu, con el poder[d] de nuestro Señor Jesús, entregad a ese tal a Satanás para la destrucción de su carne, a fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús[e]. Vuestra jactancia no es buena. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Limpiad la levadura vieja para que seáis masa nueva, así como lo sois, sin levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado. Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad.

En mi carta os escribí que no anduvierais en compañía de personas inmorales; 10 no me refería a la gente inmoral de este mundo, o a los avaros y estafadores, o a los idólatras, porque entonces tendríais que salir del mundo. 11 Sino que en efecto os escribí que no anduvierais[f] en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral, o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador; con ese, ni siquiera comáis. 12 Pues ¿por qué he de juzgar yo a los de afuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro de la iglesia? 13 Pero Dios juzga[g] a los que están fuera. Expulsad de entre vosotros al malvado.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

 

REFLEXION

¿Estás seguro de a quién le perteneces?

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

Nuestros actos, nuestras palabras, toda nuestra vida refleja a quién realmente le pertenecemos, ¿a quién pertenece tu vida?

Obediencia a ciegas

El coronel La Crew, un cristiano piadoso y activo en ganar almas para Cristo, formó parte de la plana mayor del general Eisenhower cuando este estaba haciendo los planes sobre la invasión a Normandía.

Más tarde, en las reuniones que se celebraron en Viena, tuvo como compañero de mesa al delegado ruso. Se interesó por el bienestar del alma de este funcionario comunista y quiso atraerlo a Cristo. Dándose cuenta de la dirección en que el coronel La Crew siempre llevaba la discusión, el comunista interrumpió y le dijo:

Coronel La Crew, usted trata de hacer de mi un hombre religioso. Soy comunista, pertenezco al Partido. Para mí el partido está ante todo. Soy ateo, tuve que declararme como tal para ser miembro del Partido. Si el Partido me mandara a matarlo a usted, lo haría. Haría incluso lo mismo con mi esposa y mis hijos.

El Partido vive primero porque le pertenezco. Así que puede abstenerse de intentar que me interese por la religión.

El coronel La Crew se retiró a su cuarto, apenado. Allí sobre sus rodillas oró: Oh Señor, ¿a quién pertenezco? ¿A quién obedecería yo tan ciegamente?

¿Sabes a quién le perteneces?

Nuestros actos y palabras son un reflejo de lo que creemos, pensamos, sentimos, de a quién le pertenecemos.

Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo. No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.

Romanos 12:1,2 (NTV)

Nuestro sentido de pertenencia nos da una dirección y guía nuestra forma de actuar. ¿Te has puesto a pensar a quién le perteneces?

Muchas veces decimos que pertenecemos a Dios, que le hemos entregado nuestras vidas, pero, estarías dispuesto a darlo todo por Él? ¿Puedes alabarlo aún en las dificultades? A la hora de la prueba, ¿reniegas contra Él o confías en su voluntad? ¿ Estás dispuesto a obedecerlo ciegamente?

Hay mucha gente dispuesta a entregar su vida por cosas terrenales o superfluas, por una persona como ellos y tu, ¿a qué estás dispuesto por las cosas con valor de eternidad?

Ana María Frege Issa

CVCLAVOZ