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Juan 7:37-39 La Biblia de las Américas (LBLA)

La gran invitación

 

 

37 Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba[h]. 38 El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser[i] brotarán ríos de agua viva.” 39 Pero El decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía[j], pues Jesús aún no había sido glorificado. 40 Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: Verdaderamente este es el Profeta. 41 Otros decían: Este es el Cristo[k]. Pero otros decían: ¿Acaso el Cristo[l] ha de venir de Galilea? 42 ¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén, la aldea de donde era David? 43 Así que se suscitó una división entre la multitud por causa de El. 44 Y algunos de ellos querían prenderle, pero nadie le echó mano.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

Nunca Pierdas La Esperanza
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0


PERMANECEN LA FE, LA ESPERANZA Y EL AMOR… (1 Corintios 13:13)

En 1914 Sir Ernest Sackleton preparó la primera expedición que atravesaría la Antártica. Pero su barco, el Endurance, quedó atrapado en el hielo y fue aplastado. Shackleton y su tripulación de 27 miembros quedaron perdidos a 1.200 millas de la civilización. Ellos flotaban en masas de hielo y con sólo tres rudimentarios botes salvavidas, unas tiendas y escasas provisiones.

Por fin consiguieron llegar a un islote y casi toda la tripulación se quedó allí mientras Shackleton y unos pocos hombres usaron uno de los botes y navegaron 800 millas por un mar embravecido, rumbo a un puerto ballenero. Shackleton volvió con un barco de rescate y los 27 expedicionarios sobrevivieron a la terrible aventura de 18 meses de duración.

¿Qué hizo para que sus hombres no perdieran la esperanza?
Primero, fue un modelo de optimismo. Shackleton, que define el optimismo como “el verdadero aliento moral”, siempre creyó que él y sus hombres sobrevivirían, y los que le rodeaban se contagiaron de ese optimismo.

Segundo, les hizo sentir a todos importantes. Involucraba a todos y cada uno en la toma de decisiones. Shackleton les pedía tareas específicas que les hicieran sentir que eran parte de la solución.
Tercero, los alentó. Hizo que reinara un ambiente de alegría y buen humor. Shackleton sabía que en situaciones de máxima tensión, la capacidad de levantar el ánimo contrarrestaba el temor, facilitaba el que no perdieran de vista su cometido, les daba fuerzas y les hacía prevalecer sobre obstáculos desalentadores.

Es curioso destacar que una de las pocas cosas que rescataron del barco encallado fue un banjo. Lo hizo para que el grupo pudiera tener música. Shackleton es un ejemplo excelente de cómo se puede mantener viva la esperanza.

Nunca Pierdas La Esperanza
Si conoces a alguien que está pasando por una prueba dura, tus palabras amables y bondadosas, tu confianza en ellos y tu capacidad de ponerle buen humor a las cosas podrán contribuir a que no pierdan la esperanza.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

Todo con equilibrio.

 

 

El equilibro, según el diccionario, es el estado de inmovilidad de un cuerpo sometido a dos o más fuerzas de la misma intensidad que actúan en sentido opuesto, por lo que se contrarrestan o anulan.
Este concepto se aplica en todo ámbito de la vida. Nuestras relaciones, gustos, creencias y hasta los pasatiempos deben tener un límite y un control en nuestra vida, no debemos aferrarnos a una sola cosa porque puede ser contraproducente. Un ejemplo podría ser el ejercicio, puede que éste sea una fuente de trabajo, un hobbie o tal vez una forma de mantenernos saludables y no tiene nada de malo, pero que nos obsesionemos por hacer eso todo el tiempo o que nuestra mente, energías, tiempo y corazón estén enfocadas sólo en eso, harán que perdamos de vista otras cosas que nos dan equilibrio.

Muchos hablan de que el fanatismo por Cristo es un exceso y que es malo porque todo extremo es dañino; es muy cierto el concepto de que todo exceso es contraproducente, sin embargo, debemos entender que el amar a Cristo sobre todas las cosas no es una posición que hace contrapeso, sino es la balanza que nos ayuda a pesar todo lo que da equilibrio a nuestra vida.

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Eclesiastes 3:1 (RVR-1960)

Entendamos que Dios nos dio tiempo para todo en esta tierra, y por eso mismo quiere que tengamos el momento para hacer y disfrutar todo lo que Él nos regala. Si de algo debemos ocuparnos todo el tiempo es de amar a Dios con nuestra vida.

Hoy te invito a vivir con equilibrio, sin inclinarte totalmente por algo, intenta vivir cada cosa en su momento. Nada merece tu entrega total en esta tierra, vive todo en su tiempo y enfócate en lo eterno.

 

 

 


Telma Céspedes
CVCLAVOZ