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Amós 4:4-5 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria,
las que oprimís a los pobres, quebrantáis a los menesterosos,
y decís a vuestros maridos[a]: Traed ahora, para que bebamos.
El Señor Dios[b] ha jurado por su santidad:
He aquí, vienen sobre vosotras días
en que os llevarán[c] con garfios,
y a vuestro remanente con anzuelos.
Saldréis por las brechas,
una tras[d] otra,
y seréis expulsadas[e] al Harmón —declara el Señor.

Entrad en Betel y pecad,
multiplicad en Gilgal las transgresiones;
traed vuestros sacrificios cada mañana,
vuestros diezmos cada tres días.
Ofreced[f] también pan[g] leudado en ofrenda de gratitud,
y proclamad ofrendas voluntarias, dadlas a conocer,
puesto que así os place, hijos de Israel
—declara el Señor Dios.

Yo también os he dado dientes limpios en todas vuestras ciudades,
y falta de pan en todos vuestros lugares;
pero os no habéis vuelto a mí —declara el Señor.
Y además os retuve la lluvia
cuando aún faltaban tres meses para la siega;
hice llover sobre una ciudad
y sobre otra ciudad no hice llover;
sobre una parte llovía,
y la parte donde no llovía, se secó.
Así que de dos o tres ciudades iban tambaleándose a otra ciudad para beber agua,
y no se saciaban;
pero no os habéis vuelto a mí —declara el Señor.
Os herí con viento abrasador y con añublo;
y la oruga ha devorado
vuestros muchos huertos y viñedos, vuestras higueras y vuestros olivos;
pero no os habéis vuelto a mí —declara el Señor.
10 Envié contra vosotros una plaga, como la plaga de Egipto,
maté a espada a vuestros jóvenes, junto con vuestros caballos capturados,
e hice subir hasta vuestras narices el hedor de vuestro campamento;
pero no os habéis vuelto a mí —declara el Señor.
11 Os destruí como Dios destruyó a Sodoma y a Gomorra,
y fuisteis como tizón arrebatado de la hoguera;
pero no os habéis vuelto a mí —declara el Señor.
12 Por tanto, así haré contigo, Israel;
y porque te he de hacer esto,
prepárate para encontrarte con tu Dios, oh Israel.
13 Pues he aquí el que forma los montes, crea el viento
y declara al hombre cuáles son sus pensamientos,
el que del alba hace tinieblas
y camina sobre las alturas de la tierra:
el Señor, Dios de los ejércitos, es su nombre.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

Enseñanzas De La Historia De Lázaro
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0


“PERO TAMBIÉN SÉ AHORA” (Juan 11:22)


Primera enseñanza: Jesús sabe cómo te sientes. Jesús lloró en la tumba de Lázaro. Luego dijeron los judíos: ¡Mirad cuánto lo amaba!(Juan 11:35-36). Este relato demuestra que servimos a un Dios que no sólo tiene poder de resucitar a los muertos, sino que también puede identificarse con nosotros (ver Hebreos 4:15). Por lo tanto, si estás pasando por el duelo, vete a Dios y deja que Él te consuele. Segunda enseñanza: Jesús te puede devolver lo que la vida te ha quitado. Él puede “devolverte los años” que te han sido quitados (ver Joel 2:25). Reclama esa promesa; aplícala en el área donde más hayas perdido y pide que Dios lo sustituya y renueve. Marta dijo a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará”. (Juan 11:21-22). En lugar de hacer una oración de ¿qué hubiera pasado si?, ora “pero también ahora sé”. No es demasiado tarde, Dios puede actuar a tu favor.
Tercera enseñanza. Jesús puede liberarte. “Clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas” Jesús les dijo: Desatadlo y dejadlo ir” (Juan 11:43-44). La Palabra de Dios es mayor que las cosas que te han atado, limitado o esclavizado. Aunque no lo entiendas totalmente con la mente, deja que tu espíritu responda a Dios. Ora con el salmista: “Dame entendimiento, guardaré tu Ley y la cumpliré de todo corazón. Guíame por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo mi voluntad”(Salmo 119:34-35). Cuando oras esa clase de oración, aumentará tu fe y las circunstancias que parecen imposibles serán cambiadas por Dios.

PARA QUE EL HIJO DE DIOS SEA GLORIFICADO POR ELLA. (Juan 11:4)
Consideremos otras tres enseñanzas del episodio de Lázaro:
1) Dios tiene un plan mejor y más grande. Cuando llegó Jesús, Lázaro ya llevaba
cuatro días muerto. Cuando el Señor espera, es por dos razones: a) Para ser glorificado. Los fariseos creían que el espíritu abandonaba el cuerpo en el cuarto día. Si Jesús hubiera intervenido antes, habrían dicho: “No estaba muerto del todo”. Jesús dijo a sus discípulos: “Esta enfermedad es” para la gloria de Dios” (Juan 11:4). Cuando consideramos las cosas en retrospectiva, podemos ver claramente la mano de Dios en la situación; b) Para que nuestra fe sea afirmada. Jesús dijo: “y me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que creáis” (Juan 11:15). En la vida, las crisis van y vienen. La próxima que pases será diferente a la anterior, pero lo que debe permanecer inmutable es tu fe.
2) Dios te pedirá que te quites las vendas y elimines el “hedor”.
Jesús dijo: “Quitad la piedra. Marta” le dijo: Señor, hiede ya, porque lleva cuatro días. (Juan 11:38-39). ¿Estás orando para que Dios te de una respuesta en un área mientras que Dios te está diciendo que muevas la piedra para eliminar el “hedor” que está enterrado en otra área? Ríndete a Él, si no, ¡no puedes ganar! Cuando tu corazón sea correcto delante de Dios, tus oraciones serán contestadas.
3) Dios quiere hacer de ti un testimonio vivo.
A cualquier lugar al que iba Lázaro, sin tener que decir ni una palabra, su vida declaraba que Jesús era Señor. Así debe ser con nosotros. Dios te ha salvado y levantado para que seas un testimonio vivo de Su gracia y Su bondad.

 

 

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

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REFLEXION

¡Atrápala!

 

 

Posiblemente hemos estado teniendo una idea equivocada de lo que son las oportunidades; podemos creer que algo bueno nos puede pasar para ganar más dinero, alcanzar el éxito, para conseguir lo que queremos, pero en realidad es un momento propicio para algo y cómo la aprovechamos depende de nosotros.
Estos momentos se nos presentan a todos, sin excepción, y lo que Dios quiere es que aprovechemos esas oportunidades para aumentar nuestra fe, para crecer y madurar espiritualmente y tomar decisiones acertadas.
“Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos.” Eclesiastés 9:11 (RVR-1960)
Debes tener en cuenta que las oportunidades no se presentan todo el tiempo, no creas que porque conozcas a Dios te lloverán estos momentos únicos, no vaya a ser que cuando quieras tomarla ya sea tarde. Y es que uno de los problemas más grandes que tiene el ser humano es el de no decidirse y por ende desaprovechar las ocasiones que se le presentan.
Abre los ojos y mira la situación que tienes en frente, Dios quiere bendecirte, pero tu indecisión, temor y ceguera no te lo están permitiendo. Como en un juego, atrapa la pelota y aprovéchala para ganar.
Cuando Dios te dé esa oportunidad no respondas que lo vas a pensar o meditar si conviene o no, dile “Sí Señor”, Él no te dejará solo cuando la tomes.

 

 

 

Telma Céspedes
CVCLAVOZ