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Isaías 42:1 La Biblia de las Américas (LBLA)

Promesa de Dios a su Siervo

 

 

42 He aquí mi Siervo, a quien yo sostengo,
mi escogido, en quien mi alma se complace.
He puesto mi Espíritu sobre El;
El traerá justicia a las naciones[a].
No clamará ni alzará su voz,
ni hará oír su voz en la calle.
No quebrará la caña cascada,
ni apagará el pabilo mortecino;
con fidelidad traerá justicia[b].
No se desanimará ni desfallecerá
hasta que haya establecido en la tierra la justicia[c],
y su ley[d] esperarán las costas[e].

Así dice Dios el Señor,
que crea los cielos y los extiende,
que afirma[f] la tierra y lo que de ella brota[g],
que da aliento al pueblo que hay en ella,
y espíritu a los que por ella andan:
Yo soy el Señor, en justicia te he llamado;
te sostendré por la mano y por ti velaré,
y te pondré como pacto para el pueblo,
como luz para las naciones,
para que abras los ojos a los ciegos,
para que saques de la cárcel a los presos,
y de la prisión a los que moran en tinieblas.
Yo soy el Señor, ése es mi nombre;
mi gloria a otro no daré,
ni mi alabanza a imágenes talladas[h].
He aquí, las cosas anteriores se han cumplido,
y yo anuncio cosas nuevas;
antes que sucedan[i], os las anuncio.

 

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

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Una Oración de Año Nuevo Para Los Siervos Cansados
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Año Nuevo 0


Pero cuando vino el cumplimiento de los tiempos, Dios envió a su Hijo” (Gálatas 4:4).

Jesús, viniste en “el cumplimiento de los tiempos”.

Pero, ¿cuántos de tus hijos que vivían durante años de maravillas se sorprendieron de tu demora? Mil años transcurrieron entre Abraham y David. Entonces otros mil pasaron entre la edad de oro de David y el momento en que el tiempo sea cumplido.

Y cuántos se volvieron cínicos, diciendo: “¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que los padres se durmieron, todas las cosas continúan como desde el principio de la creación”(2 Pedro 3:4).

Entonces de repente, Jesús, viniste en “el cumplimiento de los tiempos”.

Nos visitasteis como el amanecer, dando “luz a los que están en las tinieblas y a la sombra de la muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz” (Lucas 1,78-79). Pero como una supernova, tu visita omnipotente fue tan efímera. Y cuando te fuiste, dijiste: Sí “vengo pronto” (Apocalipsis 22:20).

Una oración de fin de año para los siervos cansados
Así que de nuevo nosotros, tu pueblo, te estamos esperando. Nosotros, como nuestros predecesores, caminamos en este mundo oscuro a la luz de tu Palabra (Salmo 119:105). Y otro año más ha pasado, sumándose a los dos mil y más anteriores. Supongo que no deberíamos sorprendernos. Guerras, rumores de guerras, matanzas, desastres, enfermedades y hambrunas han llenado estos siglos. Líderes brillantes, eruditos e innovadores han brillado a través de nuestros cielos y han desaparecido. Millones de padres han llorado sobre sus hijos muertos mientras el “vengo pronto” se está cumpliendo. Muchos ojos deseando y amando tu venida se han cerrado en la muerte (2 Timoteo 4:8).

¡Oh Jesús! ¿Cuándo será el “vengo pronto”? Sabemos que no eres tardo para cumplir tu promesa “como un Señor de lentitud” (2 Pedro 3:9). Perdónanos cuando sentimos la “tardanza” en nosotros. Tu sabes que somos polvo (Salmo 103:14) y que nuestros cortos años están llenos de trabajo y de angustia (Salmo 90:10). Muchos de nosotros estamos cansados y luchamos por mantener la perspectiva. Nuestros errores, más los problemas y la espera nos tienta al cinismo del tan “vengo pronto” como se espera a lo largo de los siglos. Sí creemos, Jesús; ¡ayuda a nuestra incredulidad!

Así que nuestra oración al final de este año nuevo es simplemente: ¡”Ven, Señor Jesús” (Apocalipsis 22:20)! Te esperaremos el tiempo que sea necesario. Confiamos en que tu vendrás cuando el tiempo sea cumplido. Que esa hora sea pronto. Dijiste que lo sería. Amén. Ven, Señor Jesús.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

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Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


Cimientos firmes.

Una casa, un puente, una autopista o cualquier otra construcción requiere de estudios especiales, evaluación de suelos, materiales, planificación, pruebas y muchas cosas más que puedan asegurar que lo que vayamos a construir no se caerá rápidamente.

Nadie que valore lo que está construyendo se animará a poner la primera piedra sin tener por lo menos un esquema de lo que quiere ni utilizará los peores materiales del mercado. Todos sabemos que para que algo perdure en el tiempo debe estar bien construido y se debe usar lo mejor.
Los cimientos que pongamos serán los que determinen cuán grande pueda ser la obra arquitectónica. Nadie sensato se animará a construir un edificio de 20 pisos con fundamentos de una casa de una planta y menos en suelo arenoso.

Lo mismo sucede con nuestras vidas, lo que lleguemos a ser y cómo enfrentemos las diferentes circunstancias de nuestras vidas dependerán esencialmente de nuestros cimientos, del fundamento que tengamos. Cuando nos dedicamos a decorar la casa antes de edificar los fundamentos los problemas llegan y se llevan lo poco que hayamos podido adquirir.

En Mateo 7:24 - 27 hay un relato de dos hombres que construyeron sus casas, uno sobre la Roca al que califica como sabio; y el otro conocido como el hombre necio que edificó sobre la arena. Cuando llegó la inundación el agua golpeó contra la primera casa y no pudo moverla más para el segundo fue grande su ruina.

Es muy difícil saber qué intensidad tendrán las tormentas o cuánto subirán las aguas en nuestras vidas, pero si nuestros cimientos son firmes, nada nos derribará. Es por eso que la gente que conoce su propósito, que ha edificado su vida con principios firmes, ha podido enfrentar y pasar mejor las crisis de la vida y ha crecido con cada adversidad. En cambio, aquellas personas que viven porque hay que hacerlo, que viven sin un propósito, sin una meta son las primeras en caer ante la más leve tormenta.

Nuestras vidas son una obra maestra y debemos cuidar de construirlas con los cimientos necesarios para llegar a ser lo que Dios quiere que seamos. ¿Dónde están los cimientos de tu vida?

“Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?” Salmos 18:31

El gran secreto para que podamos enfrentar las tormentas de la vida, para que alcancemos nuestros sueños y Dios pueda concretar su propósito en nosotros es que debemos tener cimientos firmes y poner nuestros pies sobre la Roca.

 

 

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ