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Filipenses 2:9-11 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

Humillación y exaltación de Cristo

 

 

Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto[a] y compasión, haced completo mi gozo, siendo[b] del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito. Nada hagáis por egoísmo[c] o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. Haya,pues, en[d] vosotros esta actitud[e] que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo[f] tomando forma de siervo, haciéndose[g] semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, 10 para que al[h] nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

¿Cómo Pedirle a Dios Un Monte? ¿Piensas Que Estas Viejo?

 

 

¿Cómo Pedirle a Dios Un Monte? ¿Piensas que tu ministerio acabo?

 

 

“DAME, PUES, AHORA ESTE MONTE…” (Josué 14:12)

 

¿Por qué alguien le va a pedir a Dios un monte? Porque cuando te enfrentas a algo más grande que tú mismo:

1) creces;

2) aprendes a depender de Dios;

3) consigues grandes victorias. Caleb dijo: “…He aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; conservo todo mi vigor de entonces, para combatir, y para ir y venir. Dame, pues, ahora este monte, del cual habló el Señor aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Si el Señor está conmigo, los echaré, como me prometió el Señor” (Josué14:10-12 RVR1977).

Cualquiera puede ocupar la llanura pero se necesita fe en Dios para ocupar el monte. Además, ahí es donde vivían los anaceos (los gigantes), quienes eran tan altos que diez de los espías de Moisés dijeron “…comparados con ellos, parecíamos langostas…” (Números 13:33 NVI). Se podría pensar que a los 85 años Caleb hubiera pedido una casita cómoda en el valle. Pero no, quería otra batalla y otra victoria antes de retirarse. Deja de pedir a Dios una vida sin dificultades, o te morirás de aburrimiento. Al resolver problemas y superar pruebas te conviertes en la persona que Dios quiere que seas. Así que pídele una tarea en la que tengas que seguir aprendiendo, creciendo, en la que te sientas incómodo y continúes realizándote. Cuando oras ‘Dios úsame’, prepárate para cuatro cosas: aventura, peligro, riesgo, y recompensa. ¿Estás listo para un poco de emoción?

“TODAVÍA ESTOY TAN FUERTE COMO EL DÍA EN QUE MOISÉS ME 
ENVIÓ…”(Josué 14:11)

Caleb Y El Monte Hebrón

Dios tiene un monte que lleva tu nombre. ¿Sabes por qué? Porque sólo floreces cuando enfrentas dificultades. Josué y Caleb dieron un buen informe de la tierra que habían espiado, pero sólo Josué fue nombrado líder cuando partió Moisés.

Caleb podía haberse retirado enojado y resentido, pero en lugar de eso dedicó su vida a los demás. Era un hombre mayor y sus contemporáneos estaban muriendo, por lo que tuvo que crearse un nuevo círculo de amigos. Así lo hizo, convirtiéndose en tutor, guía y animador de una nueva generación. Llevó a cabo esa tarea con tal entusiasmo que todos querían que el Caleb de 85 años les dirigiera cuando iban a tomar posesión de sus montes. Lo que se emprende por el bien común une a la gente, mientras que la búsqueda de la comodidad conduce al aislamiento, y el aislamiento conduce a la muerte.

Quizás digas ‘Soy demasiado viejo para influir en nadie’. Dios no lo cree así “Hasta vuestra vejez… os sostendré… y os guardaré” (Isaías 46:4). Sigue haciendo planes, ¡atrévete a soñar! La vida no es todo comodidad, sino que consiste en decir ‘Dios, dame otro monte’. Alguien comentó que si todo te sale bien es porque vas por el lado equivocado de la calle. Vivir la aventura que Dios dispuso para ti no es una mera tarea más; es la razón por la que naciste. ¿Cómo identificas tu monte? No hay una fórmula exacta, y al igual que las otras áreas de crecimiento personal tu monte será distinto al de los demás. Pero lo reconocerás, porque se encuentra en la confluencia de tus mejores capacidades y tu gran pasión.

“JOSUÉ ENTONCES LO BENDIJO, Y DIO A CALEB… [EL MONTE EN] HEBRÓN…” (Josué 14:13)

Cuando Rich Stearns se comprometió para casarse, su prometida quería comprar una vajilla de porcelana fina. Pero él le dijo: ‘Mientras haya niños que mueren de hambre en el mundo no compraremos porcelana, cristal o plata. Rich tenía dotes extraordinarias para dirigir. Le gustaba crear estrategias, levantar equipos y cumplir misiones. Veinte años más tarde fue nombrado consejero delegado de Lenox, el mayor fabricante de cerámica de los Estados Unidos. Un día recibió una llamada de World Vision (organización misionera) pidiéndole que se planteara trabajar con ellos. Rich se fue a Rakia, Uganda, el área considerada como el epicentro de la epidemia de SIDA. Allí se sentó en una choza para conversar con un joven de 13 años llamado Richard.

Un montón de piedras fuera de la puerta marcaba el lugar donde habían enterrado al padre del muchacho que había muerto de SIDA. Otro montón de piedras marcaba el lugar donde habían enterrado a su madre, que también había muerto de SIDA. Rich habló un buen rato con el joven, quien ahora era el cabeza de familia y tenía que cuidar de sus dos hermanos menores, y le preguntó ‘¿Tienes una Biblia?‘ El joven dijo ‘Sí’ y fue a otra sala y trajo el único libro que había en la casa. ‘¿Sabes leerla?’ Preguntó Rich, y la cara del niño se iluminó. ‘Me encanta leer el evangelio de Juan porque dice que Jesús ama a los niños’ contestó el muchacho.

Profundamente conmovido Rich Stearns dejó su trabajo, su casa y su título y pidió a Dios un nuevo monte. Si no lo has hecho todavía, pídele a Dios el tuyo.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

En las manos de Dios

 

 

Aunque no se tiene ningún antecedente de la aparición de Egipto, muchos historiadores concuerdan en que empezó todo con el establecimiento de algunas familias a orillas del rio Nilo.

Se cree que en un tiempo todo lo que ahora es un desierto era un lugar fértil, pero el cambio drástico en aquella tierra y en el clima, hizo que muchas personas migraran en distintas direcciones y algunas llegaron a orillas de los ríos para aprovechar sus aguas.

El oficio principal en esos momentos era la agricultura y la crianza de ganado, que en un principio sólo era destinada a favorecer a la misma familia. Con el tiempo se fueron perfeccionando las técnicas de cultivo y ganadería, atrayendo a más personas para comprar alimentos y, la gran mayoría, para solicitar trabajo.

Los egipcios observaron que había algunas semillas que crecían mejor con un riego mesurado pero constante y otras tenían que estar inundadas de agua.

Las leyendas de los egipcios atribuían la técnica del sembrado del grano de arroz a un hombre que fue tomado como loco, y casi es sometido a torturas hasta morir, debido a que tomaba las semillas y las arrojaba al Nilo.

Sin duda esa acción a simple vista parece un desperdicio, pero la semilla podía crecer tranquilamente estando todo el tiempo inundada de agua, la marea constante empujando las semillas a la orilla evitaba que se pierda y cuando la marea bajaba, dejaba extensiones inmensas de lodo que guardaban en su interior granos de arroz que continuaban aprovechando la humedad.

Eclesiastés 11:1 dice: “Echa tu pan al agua; después de algún tiempo lo encontraras.” Versión Dios Habla Hoy.

La técnica egipcia para sembrar arroz parece bastante descabellada, pero la palabra de Dios en el versículo mencionado lo parece mucho más aún. Cuando el pan se mantiene en remojo por mucho tiempo éste se disuelve y no existe manera de volverlo a recuperar.

Pero, ¿por qué era tan descabellada la idea de la siembra echando semillas al mar?
Porque los sembradores dejaban de tener el control. Los egipcios habían desarrollado un sistema social que le permitía ejercer dominio y como estaban en un lugar tan desértico, tenían celo de cuidar cada detalle en cuanto a la siembra y la crianza de ganado, para evitar pérdidas.

Esa misma sensación es la que tenemos cuando Dios nos pide algo como echar nuestro pan al mar. Dejar de tener el control sobre las cosas que nos rodean es algo muy difícil.

Pero cuando nosotros somos los que dominamos, nos estamos sentando en el trono que le corresponde a Dios, entonces evitamos que Él pueda trabajar libremente.

¿Qué es lo que aún no has entregado? Familia, hermanos, hijos, economía, estudios, trabajo, la novia o novio que tienes, los sueños futuros, los planes que hiciste, problemas, enfermedades, etc.

Deja de tratar de controlarlo todo y entrégalo en las manos de Dios.

 

 

 


Héctor Colque
CVCLAVOZ