1 Tesalonicenses 4:16

La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

La venida del Señor

 

 

 

13 Pero no queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen[i], para que no os entristezcáis como lo hacen los demás que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios traerá con El a los que durmieron[j] en[k] Jesús. 15 Por lo cual os decimos esto por la palabra del Señor: que nosotros los que estemos vivos y que permanezcamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron[l]. 16 Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz[m] de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. 17 Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre. 18 Por tanto, confortaos[n] unos a otros con estas palabras.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

 

Promesas – Me Cuidarás

Bajo la sombra estaré de tus alas por siempre,
ya no tengo nada que temer porque Tú me sostendrás, y
el abrigo de tu amor siempre me cubrirá.
¡Tu me cuidarás!

 

 

 

 

 



Salmo 91

El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día.

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

REFLEXION

¿SON POCOS LOS QUE SE SALVAN?

 

 

 




Todos quieren llegar al cielo y salvarse, basta con tocar el tema para darse cuenta de que no hay persona que no tenga ese deseo.

Sin embargo, ¿Te has preguntado cuántos realmente se salvarán?

“Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén.

Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán”. Lucas 13:22-24

A la pregunta “¿Son pocos los que se salvan?” Jesús responde: esfuércense, porque muchos procurarán entrar y no podrán ¿Qué significa esto? ¿Por qué muchos procurarán entrar y no podrán?

Debemos entender primero que la puerta es angosta y esto se debe a que Jesús es la única puerta, no hay otras.

He aquí la respuesta a porqué muchos no podrán entrar: eligen que llegarán al cielo utilizando otras puertas y no la verdadera y única que es Jesucristo.

Entrar por la verdadera puerta tiene un requisito: el arrepentimiento. Nadie podrá entrar si no está dispuesto a arrepentirse y cambiar su estilo de vida.

Aquí es donde las palabras de Jesús cobran vida porque muchos procurarán entrar sin arrepentirse y como consecuencia no podrán y se perderán.

“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. Mateo 7:13-14

Muchas personas eligen la puerta ancha porque ésta no demanda a nadie arrepentimiento, ni una vida sacrificial.

Ofrece placeres y satisfacción para uno mismo, no condena el pecado, hace que la vida sea más placentera. No quieren venir a Jesús porque no están dispuestos a renunciar a esa comodidad.

Lo más triste de todo es que muchos procuran llegar al cielo con buenos deseos, pero no es suficiente.

Cuando alguien muere, la expresión más utilizada por muchas personas que no conocen a Dios es: “Se fue al cielo” o “Ahora está con el Señor” Sin embargo, la palabra de Dios dice que es necesario conocer a Jesús como Salvador, llevar una vida como Dios demanda, en Santidad y rectitud de corazón, luchando cada día con el pecado que nos aleja de Dios.

Querido(a) amigo (a) debes examinar tu vida cada día y ver si estás llevando una vida de arrepentimiento, santidad, rectitud de corazón, y comunión con Jesucristo.

Si no es así, es tiempo de tomar una decisión de arrepentirte, disponer tu corazón y pedirle a Dios que te ayude a llevar una nueva vida.

¿Quieres ir al cielo? ¡Esfuérzate por entrar por la puerta angosta y sigue sus pasos!