Apocalipsis 4:8-11  La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

Visión del trono de Dios

 

 

Después de esto miré, y vi[a] una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que yo había oído, como sonido de trompeta que hablaba conmigo, decía: Sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de éstas. Al instante estaba yo en el Espíritu[b], y vi[c] un trono colocado en el cielo, y a uno sentado en el trono. Y el que estaba sentado era de aspecto semejante a una piedra de jaspe y sardio[d], y alrededor del trono había un arco iris[e], de aspecto semejante a la esmeralda. Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y sentados en los tronos, veinticuatro ancianos vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en la cabeza. Del trono salían relámpagos, voces[f]y truenos; y delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Dios. Delante del trono había como un mar transparente semejante al cristal; y en medio del trono y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo ser era semejante a un becerro; el tercer ser tenía el rostro como el de un hombre, y el cuarto ser era semejante a un águila volando. Y los cuatro seres vivientes, cada uno de ellos con[g] seis alas, estaban llenos de ojos alrededor y por dentro, y día y noche no cesaban de decir[h]:

Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios,

el Todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir.

Y cada vez que[i] los seres vivientes dan gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postran[j] delante del que está sentado en el trono, y adoran[k] al que vive por los siglos de los siglos, y echan[l] sus coronas delante del trono, diciendo:

11 Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen[m] y fueron creadas.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Tarta de manzanas vs Pastel de cerezas

 

 

Cuenta una historia que un hombre fue invitado a la casa de unos amigos para cenar. La comida estuvo muy rica a excepción de la tarta de manzana. A pesar de ello, él encontró algo bueno que decir sobre ella.

Luego de varias semanas, el hombre visitó nuevamente a sus amigos, esta vez el postre fue un pastel de cereza que estaba absolutamente delicioso pero el visitante no dijo ni nada al respecto. Esto molestó a la anfitriona, por lo que finalmente dijo: “La última vez que estuviste aquí, serví un pastel del cual me sentí avergonzada, sin embargo dijiste varias cosas buenas del mismo y ésta noche he servido lo que creo que es la mejor tarta que he hecho, y no has dicho ni una sola palabra sobre ella. ¿Por qué?”

El hombre sonrió y respondió: “El pastel de cerezas de esta noche estuvo riquísimo pero la tarta de manzanas de aquella vez que no estaba tan buena necesitaba más elogios”.

En muchas ocasiones me he topado con personas que siempre tienen algo negativo que decirme. Hace unas semanas decidí cambiar el color de mi cabello, lo cual nunca lo había hecho, yo me sentí muy cómoda y muchas personas me dijeron lo bien que me quedaba, pero me encontré con otras que hasta me dijeron que no debí hacerlo o tal vez sí, pero de otra forma. Estos últimos comentarios me hicieron dudar si debí hacerlo o no, pero cuando las demás personas empezaron a decirme lo bien que me quedaba empecé a sentirme mejor.

Las palabras tiene mucho poder: “La muerte y la vida están en el poder de la lengua y el que la ama comerá de sus frutos” Proverbios 18:21 (RVR 160). Las palabras negativas y positivas que expresas pueden levantar o hundir a los demás. Cada vez que dices una palabra, estás dando muerte o vida, y si hablas demasiado cosecharán las consecuencias (Proverbios 18:21 NTV).

En este ejemplo, el hombre encontró algo positivo que decir aún cuando la tarta de manzanas no salió tan rica. Lo mismo sucede en nuestro diario vivir, porque encontraremos personas que necesitarán más aliento que otras. Sin importa los defectos que tengan los demás, debes ser capaz de encontrar algunas características que puedas elogiar. Si no tienes algo bueno que decir, es mejor que te quedes callado, evita hacer comentarios negativos. Recuerda que con tus palabras puedes edificar o destruir a una persona.

“Las palabras calmadas de una lengua bondadosa son tan refrescantes como el roció y tan reconfortantes como un bálsamo. En cambio los comentarios malintencionados de una lengua perversa le aplastan el ánimo a cualquiera” Anónimo.

 

 

Lourdes Villarroel
CVCLAVOZ

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

Jovenes Cristianos – OLOR DE PAZ

 

Pasaje clave: Levítico 3.

 

Ofrenda de PAZ.

Muchas veces no disfrutamos de la paz de Dios porque nuestra comunión no es tan fuerte o porque no estamos totalmente entregados a Él. Aunque creo que la razón más común está en la inclinación que aún tenemos a pecar. Nuestra conciencia nos acusa y nos sentimos intranquilos, nerviosos o preocupados, entonces necesitamos volver a recuperar esa paz en nuestros corazones. Esto es lo que representa la ofrenda de paz.

Sin defecto. Esto era lo más importante. Significa libre de pecados y de imperfecciones. Tú ya sabes que el único con estas características fue Jesús.

Poner las manos sobre el animal. Esto significa identificación y unión. El animal es sacrificado pero es como si la misma persona hubiera sido sacrificada. Cuando Jesús moría, tú y yo moríamos con Él.

La sangre derramada. Representa a la sangre que Jesús derramó en la cruz por nosotros. Es un simbolismo de su vida entregada. Su sangre, además de borrar tus pecados también limpia tu conciencia para que nada pueda perturbarte. Si confesaste tus pecados a Jesucristo y le pediste que te limpie ¡no dejes que nada ni nadie te haga sentir culpable!

¡Todo el mundo busca paz! Todos tratan de sentirse tranquilos, inclusive tú y yo. Pero ¿sabes cuál es el problema? El problema es tratar de buscar la paz y la tranquilidad en los lugares equivocados.

Hay una paz auténtica, real y duradera y hay una paz falsa y aparente. La falsa y aparente es la que te ofrece el mundo que te rodea. Ella se basa en el “tener cosas”, “hacer cosas” o en “probar cosas”. Mientras tienes lo que quieres o mientras pruebas o haces algo determinado te sientes momentáneamente tranquilo, pero cuando “eso paso”, otra vez la locura, el malhumor, la intranquilidad interior. Y de nuevo… a probar las mismas cosas para llegar a los mismos inútiles resultados.

¿Qué cosas “prueban” los que están más cerca de ti para tratar de calmar sus conciencias y tener paz?

Y tú como hijo de Dios, ¿cuántas veces te enganchaste a querer probar esas mismas cosas?

¿Lograste una paz con Dios duradera o aumentaron los sentimientos de culpa y la intranquilidad interior?

¿Cuántas veces sentiste que por tener o lograr determinada cosa ibas a estar más tranquilo? Tal vez en el momento te sentiste fantástico, pero ¿después qué?

Piénsalo.

Solamente en una relación íntima y diaria con Dios aprenderás a disfrutar su paz, aún en medio de las situaciones más difíciles que te toquen vivir. Porque la paz de Dios se agranda en medio de las situaciones complicadas cuando tu vida es totalmente para Él. No pierdas tu tiempo tratando de tener o de probar nuevas cosas para sentir paz.

Búscalo a Dios y duerme tranquilo.

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Éxodo/Levítico”

 

 

 

Por Edgardo Tosoni