Levítico 22 :17-25

La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

Animales para el sacrificio

17 Y el Señor habló a Moisés, diciendo: 18 Habla a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel, y diles: “Cualquier hombre de la casa de Israel o de los forasteros en Israel, que presente su ofrenda, ya sea de sus ofrendas votivas[o] o de sus ofrendas voluntarias, las cuales presenta al Señor como holocausto, 19 para que os sea aceptada, ésta debe ser macho sin defecto del ganado, de los corderos o de las cabras. 20 “Lo que tenga defecto, no ofreceréis, porque no os será aceptado. 21 “Cuando alguno ofrezca sacrificio de ofrenda de paz al Señor para cumplir un voto especial[p] o como ofrenda voluntaria, del ganado o del rebaño, tiene que ser sin defecto para ser aceptado; no habrá imperfección en él. 22 “Los que estén ciegos, quebrados, mutilados, o con llagas purulentas, sarna o roña, no los ofreceréis al Señor, ni haréis de ellos una ofrenda encendida sobre el altar al Señor. 23 “En cuanto al buey o carnero que tenga un miembro deformado o atrofiado, podréis presentarlo como ofrenda voluntaria, pero por voto no será aceptado. 24 “También cualquier animal con sus testículos magullados, aplastados, rasgados o cortados, no lo ofreceréis al Señor ni lo sacrificaréis[q] en vuestra tierra; 25 tampoco aceptaréis tales animales de mano de un extranjero por ofrenda como alimento para vuestro Dios; porque su corrupción está en ellos, tienen defecto y no os serán aceptados.”

26 Y habló el Señor a Moisés, diciendo: 27 Cuando nazca un ternero, un cordero o un cabrito, quedará[r] siete días con[s] su madre, y desde el octavo día en adelante será aceptable como sacrificio de ofrenda encendida al Señor. 28 Mas, ya sea vaca u oveja, no mataréis a ella y a su cría en el mismo día. 29 Y cuando ofrezcáis sacrificio de acción de gracias al Señor, lo sacrificaréis para que seáis aceptados. 30 Lo comeréis en el mismo día, no dejaréis nada de él para la mañana siguiente; yo soy el Señor. 31 Así, pues, guardaréis mis mandamientos y los cumpliréis; yo soy el Señor. 32 No profanaréis mi santo nombre, sino que seré santificado entre los hijos de Israel; yo soy el Señor que os santifico, 33 que os saqué de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios; yo soy el Señor.

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

Promesas – Sabiduría de Dios



Cuando seguimos la sabiduría de Dios
y evitamos lo que es perjudicial para nosotros,
la vida no solamente se disfruta más, sino que
es más productiva.

Proverbios 4:11-12
Por el camino de la sabiduría te he conducido,
por sendas de rectitud te he guiado.
Cuando andes, tus pasos no serán obstruidos,
y si corres, no tropezarás.

2 Samuel 22:37
Ensanchas mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado.

Job 18:7
Su vigoroso paso es acortado, y su propio designio lo hace caer.

Salmos 18:36
Ensanchas mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado.

Salmos 91:11
Pues El dará órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos.

Salmos 119:45
Y andaré en libertad, porque busco tus preceptos.

Proverbios 3:23
Entonces andarás con seguridad por tu camino, y no tropezará tu pie.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

REFLEXION

Orgullo vs Humildad

 

 

 

 



Ocurre que muchas veces pensamos estar bien cuando la realidad es que estamos mal, a veces vamos por la vida con actitudes que no son las que Dios quiere de nosotros pero al ser preguntados sobre que nos pasa o que nos ocurre decimos con completa libertad que no nos pasa nada, que estamos bien como siempre, cuando la realidad es que las actitudes son las que realmente reflejan lo que en nuestro corazón hay.

Hay personas que por el hecho de ser cristianos desde hace muchos años creen que todo sigue igual que al principio, pero la mayoría de gente comete el enorme error de acomodarse en la vida cristiana y a convertir lo que tendría que ser un estilo de vida en una costumbre religiosa.

Y es que a veces somos más religiosos que practicantes.

Si alguien te pregunta, rápidamente contestas que eres cristiano, pero ser cristiano no es solo decir que lo somos es actuar como tal, es vivir como tal, es pensar como tal, pero la mayoría de nosotros lo somos de nombre no de acciones.

A veces es necesario parar un momento, sentarnos a meditar y a reflexionar sobre cómo estamos viviendo nuestra vida, sobre cómo estamos reflejando el carácter cristiano que Dios quiere que reflejemos.

Posiblemente los últimos días has notado cómo tu carácter ha cambiado, cómo la tolerancia y paciencia de a poco se va acabando en tu vida, cómo hay cosas que antes no te molestaban y ahora si te molestan, cómo cosas insignificantes se vuelven una enorme incomodidad para ti.

Posiblemente has dejado de reflejar el carácter cristiano, has gritado más de la cuenta, te has enojado sin razón, has discutido sabiendo que tú eras el del error, has peleado con gente a la que dices amar, has dicho palabras que hirieron más que un golpe físico, y a pesar de todo ello no quieres reconocer que estás mal, que no eres el mismo, que tu espiritualidad ha menguado.

La Biblia dice: “Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.” Romanos 12:16 (Reina-Valera 1960).

El mayor obstáculo para poder regresar al camino correcto es la arrogancia o la falta de humildad, el hecho de no reconocer nuestros error y creernos sabios en nuestra propia opinión a pesar de saber conscientemente que no estamos en lo correcto.

En los proverbios podemos encontrar muchos consejos en contra de creernos sabios, uno de ellos dice:

“No te creas muy sabio; obedece a Dios y aléjate del mal; así te mantendrás sano y fuerte.” Proverbios 3:7-8 (Traducción en lenguaje actual).

Es hora de dejar a un lado el orgullo, es hora de abrir nuestros ojos de humildad y darnos cuenta que muchas veces simplemente estamos caminando por el sendero equivocado de la arrogancia y orgullo, senderos que nos llevaran al fracaso, por su parte Dios nos señala el sendero de la humildad y sensatez para que volvamos al camino correcto.

Hoy te invito a dejar pensar que estás bien cuando todo dice que estás mal, la gente te lo dice, tu familia te lo dice, tus hermanos espirituales te lo ha hecho saber,

¿Qué más esperas?,

¿Qué Dios con voz de trueno te lo diga?, no tendría que hacer falta esperar a que Dios audiblemente te lo diga como para regresar al camino correcto, un hombre de Dios debe ser humilde y reconocer sus errores para poder volver al camino del cual nunca debió de desviarse.

Dios te ama de una manera especial, por eso espera de ti humildad, esa humildad que te llevará a la victoria y no ese orgullo que te esta impulsando a la derrota.

Ser humilde es ir por el sendero de la victoria, pero ser orgulloso es ir directo a la derrota.

¡Tú decides!

“Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.”

Santiago 4:6 (Reina-Valera 1960)

Autor: Enrique Monterroza