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Mateo 14:26-29  Biblia de las Américas (LBLA)

Jesús anda sobre el mar

22 Enseguida hizo que los discípulos[l] subieran a la barca y fueran delante de El a la otra orilla, mientras El despedía a la multitud.23 Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo. 24 Pero la barca estaba ya a muchos estadios[m] de tierra, y era azotada[n] por las olas, porque el viento era contrario. 25 Y a la cuarta vigilia de la noche[o], Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar.27 Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo, soy yo; no temáis. 28 Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas. 29 Y El dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste? 32 Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. 33 Entonces los que estaban en la barca le adoraron, diciendo: En verdad eres Hijo de Dios.

34 Terminada la travesía, bajaron a[p] tierra en Genesaret. 35 Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús[q], enviaron a decirlo por toda aquella comarca de alrededor y le trajeron todos los que teníanalgún mal. 36 Y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.

                                                                                                            

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA· 

REFLEXION

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¿Cómo Vencer La Tentación? Una Clave Que Te Dará Victoria
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0

SOMETEOS A DIOS; RESISTID AL DIABLO, Y HUIRÁ (Santiago 4:7)
Escribe el pastor Jon Walker: Cuando Tolstoy era niño, creó “El Club del Oso Polar”. Para llegar a ser miembro del mimo, tenías que permanecer de pie durante treinta minutos y no pensar en un oso polar. ¿Te has propuesto alguna vez no pensar en algo? ¡Es casi imposible! A veces hacemos cara a la tentación de la misma forma. Pensamos que podemos estar cerca de ella, pero que si no pensamos en ella, tendremos la victoria. El problema es que cuanto más nos esforzamos en no pensar, más se convierte en el centro de nuestra atención, cuanto más intentamos no sucumbir, más probable es que lo hagamos.

Dice la Biblia: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:7).
A menudo citamos la segunda parte del versículo, pero si lo único que haces es concentrarte en el enemigo, entonces estás fijándote en la tentación. No recomiendo que digas: “Aléjate de mí, Satanás”; lo que quiero decir es que no lo puedes hacer en tus propias fuerzas. La forma de obtener la victoria es humillarte delante de Dios y reconocer que Él es tu fortaleza. Al fijar tus ojos en Él, el Enemigo huirá, porque le estás resistiendo con tu sometimiento a Dios. Sé humilde y busca ayuda. Uno de los síntomas más claros de que estás a punto de caer, es cuando piensas: “Puedo arreglármelas por mí solo”. Esa actitud es una luz roja para que te sometas a Dios y digas: “Señor, necesito tu fortaleza y tu sabiduría. Líbrame de la tentación”. Después de orar, aléjate de lo que te produce la tentación y si fuera necesario, llama a un amigo de confianza para que ore contigo.
Quiero animarte a leer los siguientes temas Bíblicos que te ayudarán a vencer la tentación, por favor leelos, medita en ellos y coloca en practica cada consejo si realmente deseas ser victorioso sobre la tentación:

 

 

UN ENCUENTROCON LA PALABRA

REFLEXION

Pequeñas grandes heridas.

 

Tener heridas sin sanar en nuestro corazón es igual que tener lesiones físicas sin el debido cuidado, las mismas que, con el pasar del tiempo, afectan notoriamente nuestra salud.

Basta una herida pequeña que no ha sanado correctamente para que todo nuestro cuerpo se vea afectado; no interesa si es en una mano, un pie o cualquier otro lugar, el dolor producido por la lesión afecta a todo tu cuerpo y es imposible seguir con las actividades físicas normales e incluso tu vida puede correr peligro.

De la misma manera sucede en nuestro interior, cuando has sido lastimado por una decepción, rechazo, traición, culpa, etc. El no reconocer ni tratar de manera correcta las heridas pueden afectar tanto tu vida hasta el punto de destruirla. Admitir que tenemos una herida que necesita ser curada, es el primer paso hacia la sanidad y acudir a Dios por ayuda es lo que nos dará victoria. No podemos vivir de buena manera el presente sin antes estar en paz con el pasado.
Tal vez para ti sea solo una pequeña herida y sin importancia, pero a la larga puede llegar a afectarte mucho, llegando a ser pequeñas grandes heridas que te impedirán tener una buena relación con Dios y, por consecuencia, vivir sin paz.
“Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda.” Jeremías 30:17 (RVR-1960)
El único que puede curarte es nuestro Médico de médicos, entrégale tu carga y comienza con ese proceso, puede no ser fácil y dependiendo de la situación en que te encuentres podrías necesitar perdón, humildad, quererte y aceptarte tal y como eres para ser sanado. ¡Dios te sanará!.

 

 

 

Telma Céspedes 
CVCLAVOZ