http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/

http://unencuentroconlapalbra.blogspot.com.co/

https://www.facebook.com/unencuentroconlapalbra

http://www.amigosporisrael.org/

 

 

Hechos 24:23 La Biblia de las Américas (LBLA)

Defensa de Pablo

10 Después que el gobernador le hizo una señal para que hablara, Pablo respondió:

Sabiendo que por muchos años tú has sido juez de esta nación, con gusto presento mi defensa, 11 puesto que tú puedes comprobar el hecho de que no hace más de doce días que subí a Jerusalén a adorar. 12 Y ni en el templo, ni en las sinagogas, ni en la ciudad misma me encontraron discutiendo con nadie o provocando un tumulto[n]. 13 Ni tampoco pueden probarte de lo que ahora me acusan. 14 Pero esto admito ante ti, que según el Camino que ellos llaman secta, yo sirvo al Dios de nuestros padres[o], creyendo todo lo que es conforme a la ley y que está escrito en los profetas; 15 teniendo la misma esperanza en Dios que éstos también abrigan, de que ciertamente habrá una resurrección tanto de los justos como de los impíos[p]. 16 Por esto, yo también me esfuerzo por conservar[q] siempre una conciencia irreprensible delante de Dios y delante de los hombres. 17 Y, después de varios años, he venido para traer limosnas[r] a mi nación y a presentar ofrendas; 18 haciendo lo cual me encontraron en el templo, después de haberme purificado, no con multitud ni con alboroto. Pero estaban allí ciertos judíos de Asia[s], 19 y que deberían haberse presentado aquí ante ti y acusarme si tuvieran algo contra mí. 20 O si no, que éstos mismos digan qué delito encontraron cuando comparecí ante el concilio[t], 21 a no ser por esta sola declaración[u] que hice en alta voz mientras estaba entre ellos: “Por la resurrección de los muertos soy juzgado hoy ante vosotros.”

22 Entonces Félix, conociendo con mayor exactitud acerca del Camino, pospuso el fallo, diciendo[v]: Cuando venga[w] el comandante Lisias decidiré vuestro caso. 23 Y dio órdenes al centurión de que guardara a Pablo[x] bajo custodia, pero con alguna medida de libertad, y que no impidiera a ninguno de sus amigos[y] que lo sirvieran.

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

SUELTA FE, ESPERANZA Y AMOR
Por Edgardo Tosoni 0


SUELTA FE, ESPERANZA Y AMOR


Pasaje clave: 1º Corintios 13.

Sabemos que Dios se mueve por fe. La fe es el lenguaje que Dios entiende. Pero no el único, ya que para Dios antes que la fe, está el amor. Jesús no se entregó por fe, sino por amor. Y Dios, así como nos dio fe, puso también el amor en nosotros.

El amor es lo más importante que los seres humanos tenemos. Ahora bien, para muchos su significado puede estar distorsio­nado.

Hay gente que dice: “Robé por amor”, “Soporto los golpes de mi pareja porque lo amo”. ¿Conocés a alguien en esta situación? Estas personas piensan que hacen las cosas por amor, pero, en realidad, tienen una confusión de lo que es el amor y como tal, lo usan de manera equivocada. Dios va a enseñarnos el verda­dero amor. El verdadero amor siempre es inteligente.

El verdadero amor siempre es inteligente.


En el libro de 1 Corintios: 13 Pablo lo describe diciendo lo si­guiente: “El amor no es un sentimiento, no es lo que las cancio­nes ni la cultura de hoy dice. El amor para funcionar tiene que ser inteligente”(parafraseado). Y agrega: “Hoy tenemos la fe, la esperanza y el amor, pero el mayor de los tres es el amor.”

La fe es la capacidad sobrenatural de la cual Dios nos provee para mover las montañas.

La esperanza es lo que espero, es la capacidad de visualizar un sueño, es sobre aquello que pongo mi fe. Entonces: “La fe es poderosa porque mueve montañas, la esperanza es poderosa porque da perseverancia, pero el que abre la puerta a estas dos, es el amor”, dijo Pablo.

Una persona que se mueve con amor inteligente puede llevar una palabra de fe o sembrar un sueño con mucho más resulta­do que una persona sin amor.

El amor inteligente es el hermano mayor que abre la puerta a la fe y a la esperanza.

Mateo 9:20-22. Conocemos la historia de la mujer que sufría una hemorragia. Había gastado todo su dinero en los mejores médicos, a cambio de ser sanada. Hacía doce años que esta mujer sangraba, pero no sólo físicamente, sino emocionalmente. En su mente había una compulsión por dar, por derrochar.

¿Sabías que el dinero es símbolo de los afectosí Se maneja afec­tivamente. El avaro es avaro de afectos; el derrochador, es de­rrochador de afectos.

Si tu corazón no está sano, los afectos serán el patrón que ma­nejarán las finanzas.

La persona que no puede tener dinero, ya sea porque lo derro­cha o lo atesora, difícilmente experimenta amor en su corazón. Pero ¡tranquilo! Con Jesús tenés la paz suficiente para disfrutar de lo que tenés, sin guardarlo ni tampoco derrocharlo. Por eso, nos va a enseñar dos cosas importantes:

1º Aceptación:

Una persona que gasta mucho, en el fondo espera ser amada. Generalmente, en este grupo encontramos a las mujeres que piensan en todos y le dan todo a todos, dado que necesitan ser reconocidas. Esto le pasaba a la mujer que padecía flujo de sangre (Mateo 9), cada vez se sentía más vacía física y emo­cionalmente. Pero un día se enteró de que Jesús pasaría por donde ella estaba y creyó que si tocaba el manto de Jesús, se sanaría. Y así ocurrió, porque poder había salido de Jesús.

En esa época, a una mujer en esas condiciones se la considera­da inmunda y la Biblia decía que lo inmundo contamina lo santo. Cuando ella tocó a Jesús, éste se detuvo y preguntó: “¿Quién me tocó?” Los discípulos respondieron: “¿La multitud te aprieta y decís quién te toca?”

Jesús dijo: “Poder salió de mí.” Por primera vez, ella recibió sa­nidad en sus emociones. Cuando Jesús dijo que nadie lo había contaminado sino que algo bueno había salido de Él, ella dejó de dar, se sintió valiosa, y la sangre cesó.

Lo primero que Dios nos da cuando nos acercamos a Él, es ri­queza afectiva. Dios nos ama tal como somos.

Amor inteligente es aceptar al otro como es.

2º Dios pondrá en tus manos todo lo perdido:

Jesús la bendice por segunda vez: “Vete en paz. Te devolveré todo lo que perdiste, recuperarás la fe y caminarás en abundancia sin cul­pa, condenación, ni opresión de nadie.”

Es decir, disfrutarás de todo porque la paz de Dios estará siem­pre en tu vida.

La mujer dijo: “Si toco el manto, seré sana”. Habló fe primero. Todo lo que digas será para tu bendición, ahora te toca hablar y soltar fe a vos.

La aceptación interior se logra por fe y una vez que ésta se reve­la a tu vida, vas a vivir por siempre prosperado y en victoria.

Jesús la sanó en dos fases. En primer lugar, la sanó física y emo­cionalmente, en segundo lugar, le dio prosperidad y paz en el corazón. Lo hizo de esta forma para que no olvide que Dios es Dios de segundas oportunidades.

Quizás hayas recibido un toque de fe, pero recibirás un segun­do toque. En un encuentro con el Señor, siempre hay una nue­va oportunidad.

Si estuviste buscando aceptación, hoy Dios te quiere revelar su amor. Todo volverá a tu mano.

El amor inteligente pone límites. Cuando sepas dar, sabrás recibir. Y Jesús te dará más. Y de lo recibido, volverás a dar.

Extracto del libro “60 Principios de Fe”

Por Bernardo Stamateas

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


Ten Calma

Cuentan que en una gran escuela se declaró un incendio. Como es común en esos casos, se produjo una terrible alarma y varios niños se precipitaron unos contra otros, resultando varios de ellos heridos de gravedad.

Pero una niña se quedó sentada en su mesa, muy pálida, de sus ojos brotaban lágrimas; sin embargo supo estar quieta, sin gritar.

Después que pasó el peligro y el orden fue restablecido, le preguntaron por qué no se había levantado.

- ¡Ah!, respondió, mi padre es bombero y me ha dicho que en tales casos lo mejor que se puede hacer es quedarse quieto hasta que la puerta esté libre de personas que se atropellan o que haya pasado el peligro. Yo he creído sus palabras y por eso me quedé quieta.

En muchas situaciones de peligro, sobre todo cuando se trata de incendios, mucha gente sale corriendo sin respetar las normas de seguridad, ya sea porque no las conocen o porque en temor les hace actuar instintivamente. Pero es en esas avalanchas de gente donde hay más heridos porque por salvar sus vidas pisan a los que se caen, se lastiman por salir antes, etc.

En nuestra vida diaria es igual, muchas de nuestras decisiones son tomadas al calor del momento, guiados por nuestros miedos o por lo que otros dicen. Sin embargo, tenemos las promesas de Dios de nunca abandonarnos, de pelear por nosotros, de proveer para nuestras necesidades, de defendernos, de sanarnos y muchas más.

Creerle a Dios no siempre es sencillo porque nuestra parte humana nos lleva a sacar conclusiones adelantadas, a ver los problemas más grandes de lo que son, a querer actuar y resolver las cosas de acuerdo a nuestro razonamiento. La niña de la historia se quedó sentada, y aunque estaba pálida y lágrimas brotaban de sus ojos, se quedó ahí creyendo en lo que su padre le había dicho.

Dios promete pelear nuestras batallas, darnos la victoria en cualquier circunstancia y no abandonarnos nunca. “Pero Moisés les dijo: —No tengan miedo. Solo quédense quietos y observen cómo el Señor los rescatará hoy. Esos egipcios que ahora ven, jamás volverán a verlos. El Señor mismo peleará por ustedes. Solo quédense tranquilos.” Éxodo 14:13,14 (NTV)

La decisión de creerle a Dios es tuya, puede ser que no sea sencillo quedarse en calma esperando que Dios actúe, pero es la mejor elección porque tienes la victoria asegurada, ¿Le crees a Dios?

¡Ten calma y descansa en Él!

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ