Proverbios 27:12-13 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

 

27 No te jactes del día de mañana,
porque no sabes qué traerá el día.
Que te alabe el extraño, y no tu boca;
el forastero, y no tus labios.
Pesada es la piedra y pesada la arena,
pero la provocación del necio es más pesada que ambas.
Cruel es el furor e inundación la ira;
pero ¿quién se mantendrá ante los celos?
Mejor es la reprensión franca
que el amor encubierto.
Fieles son las heridas del amigo,
pero engañosos[a] los besos del enemigo[b].
El hombre[c] saciado aborrece[d] la miel,
pero para el hombre[e] hambriento todo lo amargo es dulce.
Como pájaro que vaga lejos de su nido,
así es el hombre que vaga lejos de su hogar[f].
El ungüento y el perfume alegran el corazón,
y dulce para su amigo es el consejo del hombre[g].
10 No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre,
ni vayas a la casa de tu hermano el día de tu infortunio.
Mejor es un vecino cerca que un hermano lejos.
11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón,
para que yo responda al que me afrenta.
12 El hombre prudente ve el mal y se esconde,
los simples siguen adelante y pagan las consecuencias.
13 Tómale la ropa al que[h] sale fiador del extraño;
y tómale prenda por la mujer desconocida[i].
14 Al que muy de mañana bendice a su amigo en alta voz,
le será contado como una maldición.
15 Gotera continua en día de lluvia
y mujer rencillosa, son semejantes;
16 el que trata de contenerla[j] refrena[k] al viento,
y recoge[l] aceite con su mano derecha.
17 El hierro con hierro se afila,
y un hombre aguza a otro[m].
18 El que cuida la higuera comerá su fruto,
y el que atiende a su señor será honrado.
19 Como el agua refleja el rostro[n],
así el corazón del hombre refleja al hombre.
20 El Seol[o] y el Abadón[p] nunca se sacian;
tampoco se sacian los ojos del hombre.
21 El crisol es para la plata y el horno para el oro,
y al hombre se le prueba por la alabanza que recibe.
22 Aunque machaques con el mazo al necio en un mortero entre el grano molido,
no se apartará de él su necedad.

23 Conoce bien la condición[q] de tus rebaños,
y presta atención[r] a tu ganado;
24 porque las riquezas no son eternas,
ni perdurará la corona por todas las generaciones.
25 Cuando la hierba desaparece se ve el retoño,
y se recogen las hierbas de los montes;
26 los corderos darán para tu vestido,
y las cabras para el precio de un campo;
27 y habrá suficiente leche de cabra para tu alimento,
para el alimento de tu casa,
y sustento para tus doncellas.

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Jovenes Cristianos – TENGO MIEDO

Pasaje clave: Isaías 43:1, 5.

 

 

Hay tres clases de temores o miedos:

1. El temor natural, normal y sano que nos libra del peligro.

2. El temor reverencial, respetuoso hacia Dios, que es una virtud y nos libra del pecado.

3. El temor esclavizante que nos destruye y nos impide desarrollarnos y desarrollar nuestras capacidades. Es una emoción negativa. A este miedo también se lo llama fóbico.

Cuando hablemos de temores o miedos vamos a estar refiriéndonos a esta última clase.

¿A qué le tienes miedo? Por ejemplo:

“Todos me van a abandonar, o tal vez no me acepten como soy”.
“Esta dureza en el brazo, ¿será maligna?”.
“¿Y si fracaso en la escuela?, ¿O hago el ridículo delante de los demás?”
“¿Y si me agarra una patota y me violan?”
“Si mi papá se queda sin trabajo, ¿qué va a pasar con nosotros?”
Cuando estas ideas comienzan a anidarse en nuestras mentes, el miedo se apodera de nosotros. Nos angustiamos y vivimos inseguros.

Estos temores son producidos en el mismo infierno, y Satanás muy hábilmente los introduce en nuestras mentes produciéndonos ansiedad, perturbación y nerviosismo.

Son temores que nos quitan la paz y la alegría. De noche no podemos descansar bien por miedo a que suceda lo que hemos estado pensando o por miedo a otras cosas. Surgen sueños desagradables o pesadillas y ya no podemos recobrar el sueño. El temor se produce cada vez que creemos las mentiras de Satanás esperando que suceda lo que él anuncia.

En la Biblia hay varios ejemplos de personas que tuvieron miedo:

Uno de los amigos de Job. (Job 32:6). 
David. (Salmo 31:13).
Job. (Job 3:25).
Los discipulos de Jesús. (Marcos 4:41).
Satanás aprovecha nuestros temores para hacernos dudar de las VERDADES de Dios.

¿Cómo puedes enfrentar tu miedo?

Mira lo qué dice David en el Salmo 34:4 y 6.

¿Cuándo nos libra el Señor? Cuando CLAMAMOS en forma específica.

Por ejemplo: “Señor, tengo miedo de que vuelvan a tratarme mal. De sentirme un inútil cuando me piden que haga algo. Libráme, Dios”.

Entonces, Dios nos libra por medio de su verdad. Nos da una palabra de verdad que nos libra del temor. Por ejemplo: “Señor, tu Palabra dice que todo lo puedo en Cristo que me fortalece y que vos me has dado capacidad y no me consideras un inútil. Creo esta palabra tuya”.

Otro ejemplo: “Señor, tengo miedo de que se me rían y me rechacen cuando les hable a mis compañeros de Jesús. Llbráme de este temor Señor, en el nombre de tu Hijo”.

Dios nos da, entonces una palabra que nos fortalece. Por ejemplo Jeremías 1:8 al 10.

Cuando David clamó, Dios le dio una palabra específica que David creyó, ¿cuál fue? (vs.7).

Cuando le creemos a Dios y rechazamos la mentira de Satanás, somos librados y nuestros temores desaparecen. Pero es necesario orar, pedirle al Señor una palabra específica sobre ese miedo que nos perturba, creerla y proclamarla en oración.

Es muy bueno que memoricés y anotés versículos bíblicos que Dios te dé, para poder recordarlos, creerlos y repetirlos cada vez que Satanás intente producirte miedo con sus mentiras.

Para cuando sientas miedo: Nehemías 6:14. Salmo 23:4, 27:3, 46:1 al 3, 56:3-4, 11. Josué 1:9. Jeremías 1:8 al 10. Daniel 10:19. Isaías 8:12b, 43:1 al 3. Salmo 91, 112:7. Juan 14:27. Hechos 11:27, 18:9-10.

 

 

 

Extracto del libro: “Verdades Que Sanan”. (Editorial Logos).

Por Edgardo Tosoni

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

¡Ten cuidado!

 

 

La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte. Santiago 1:14-15 (NTV)

La biblia relata que cuando Abel y Caín crecieron, el primero se hizo pastor de ovejas, mientras que el segundo se dedicó a cultivar la tierra. Al llegar el tiempo de la cosecha, Caín presentó algunos de sus cultivos como ofrenda para Dios. Abel también lo hizo, presentó las mejores partes de algunos de los corderos que eran las primeras crías de su rebaño. El Señor aceptó a Abel y a su ofrenda, pero no a Caín.

“¿Por qué estás tan enojado? —preguntó Dios a Caín—. ¿Por qué te ves tan decaído? Serás aceptado si haces lo correcto, pero si te niegas a hacer lo correcto, entonces, ¡ten cuidado! El pecado está a la puerta, al acecho y ansioso por controlarte; pero tú debes dominarlo y ser su amo”.

El final de esta historia es trágico, porque Caín no tomó en cuenta la advertencia que Dios le dio y terminó matando a su hermano.

Su ofrenda fue rechazada porque Dios conocía su corazón y sabía que en él no había la disposición de darle lo mejor que tenía. Caín simplemente cumplió con entregársela, no se esforzó por preparar y separar para el Señor las primicias de sus cultivos.

Las consecuencias de la desobediencia tarde o temprano nos alcanzarán, no podremos escapar de ellas; por esa razón, toma en cuenta los sabios consejos que Dios nos da en su Palabra, la Biblia y los de las personas que pone a tu alrededor para prevenirte antes que tomes una mala decisión. Huye de la tentación y no juegues con ella porque puede causarte mucho dolor.

Debes estar consciente que al pecar pones en riesgo tu permanencia en la eternidad por disfrutar momentos de placer que jamás te darán la completa felicidad. Reconoce tu condición, confiesa tus pecados y regresa a los brazos de tu Padre Celestial para vivir bajo su cobertura. No te salgas de ella ni sigas viviendo de la misma manera, determina en tu corazón ya no ceder a la tentación, aléjate de todo lo que te está apartando de Dios e impidiendo que sus planes se cumplan en tu vida porque los resultados de tus actos no solo podrían afectarte a ti sino también a las personas que amas y a tus próximas generaciones.

Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil. Mateo 26:41 (NTV)

Toda resistencia a la voluntad de Dios y a sus mandamientos, nos impedirán disfrutar de una vida abundante y crearán barreras en nuestra comunión con Él.
Esfuérzate cada día por vivir por convicciones y no solo por emociones.

 

 

 

Brisna Bustamante
CVCLAVOZ