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1 Reyes 1:5-10 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

Rebelión de Adonías

Entretanto Adonías, hijo de Haguit, se ensalzaba diciendo: Yo seré rey. Y preparó para sí carros y hombres de a caballo y cincuenta hombres que corrieran[b] delante de él. Su padre nunca lo había contrariado[c]preguntándole: ¿Por qué has hecho esto? Era también hombre de muy hermoso parecer, y había nacido[d] después de Absalón. Y había consultado[e] con Joab, hijo de Sarvia, y con el sacerdote Abiatar, que respaldaban a Adonías. Pero el sacerdote Sadoc, Benaía, hijo de Joiada, el profeta Natán, Simei, Rei y los valientes que tenía David, no estaban con Adonías. Y Adonías sacrificó ovejas, bueyes y animales cebados junto a la piedra de Zohélet[f], que está al lado de En-rogel; e invitó a todos sus hermanos, los hijos del rey, y a todos los hombres de Judá, siervos del rey. 10 Pero no invitó al profeta Natán, ni a Benaía, ni a los valientes, ni a Salomón su hermano.

11 Entonces Natán habló a Betsabé, madre de Salomón, diciendo: ¿No has oído que Adonías, hijo de Haguit, se ha hecho rey y que David nuestro señor no lo sabe? 12 Ahora pues, ven, voy a darte un consejopara que salves tu vida y la vida de tu hijo Salomón. 13 Ve ahora mismo[g] al rey David y dile: “¿No has jurado tú, oh rey mi señor, a tu sierva, diciendo: ‘Ciertamente tu hijo Salomón será rey después de mí y se sentará en mi trono’? ¿Por qué, pues, se ha hecho rey Adonías?” 14 He aquí, mientras estés aún hablando con el rey, yo entraré tras de ti y confirmaré tus palabras.

15 Y Betsabé vino a ver al rey en la alcoba. El rey era muy anciano, y Abisag sunamita le servía[h]. 16 Entonces Betsabé se inclinó y se postró ante el[i] rey. Y el rey dijo: ¿Qué deseas?[j] 17 Ella le respondió: Mi señor, tú juraste a tu sierva por el Señor tu Dios, diciendo: “Ciertamente tu hijo Salomón será rey después de mí y se sentará en mi trono.” 18 Y he aquí, ahora Adonías es rey; y tú, mi señor el rey, hasta ahora no losabes. 19 El ha sacrificado bueyes, animales cebados y ovejas en abundancia, y ha invitado a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Joab, comandante del ejército, pero no ha invitado a Salomón tu siervo. 20 Y en cuanto a ti, mi señor el rey, los ojos de todo Israel están sobre ti, para que les hagas saber quién ha de sentarse en el trono de mi señor el rey después de él. 21 Pues sucederá que en cuanto mi señor el rey duerma con sus padres, yo y mi hijo Salomón seremos tenidos por culpables[k].

22 Y he aquí que mientras ella estaba aún hablando con el rey, entró el profeta Natán. 23 E informaron al rey, diciendo: Aquí está el profeta Natán. Cuando éste entró a la presencia del rey, se postró ante el[l] rey rostro en tierra. 24 Entonces Natán dijo: Mi señor el rey, ¿has dicho tú: “Adonías será rey después de mí y se sentará en mi trono”? 25 Porque él ha descendido hoy y ha sacrificado bueyes, animales cebados y ovejas en abundancia, ha invitado a todos los hijos del rey, a los comandantes del ejército y al sacerdote Abiatar, y he aquí, están comiendo y bebiendo en su presencia, y gritan[m]: “¡Viva el rey Adonías!” 26 Pero ni a mí, tu siervo, ni al sacerdote Sadoc, ni a Benaía, hijo de Joiada, ni a tu siervo Salomón ha invitado. 27 ¿Ha sido hecho esto por mi señor el rey, y no has declarado a tus siervos[n] quién había de sentarse en el trono de mi señor el rey después de él?

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

[Devocional_Diario] Solo no estoy.

 

Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Devocional Diario, Dios 0


Miren que la hora viene, y ya está aquí, en que ustedes serán dispersados, y cada uno se irá a su propia casa y a mí me dejarán solo. Sin embargo, solo no estoy, porque el Padre está conmigo.
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡Anímense! Yo he vencido al mundo. Juan 16:32-33.

Estos versos me trajeron a la memoria la letra de un himno que solía cantar mi mamá, creo que la letra era algo así:
Solo no estoy, Jesús está a mi lado, amigo fiel, que no me dejará.
Solo no estoy, en tempestad o en calma, mi buen Jesús, guiandome esta.
Aunque la tempestad me azote, y el mundo me desprecie, no temeré,
Llevar la cruz, y servirle con amor,
Solo no estoy, Jesús esta a mi lado, amigo fiel, que no me dejará.
El Hijo de Dios dejó su corona, su posición y Gloria para hacerse de unos compañeros que llamó sus discípulos, pasaba mucho tiempo con ellos, todo lugar era el indicado para estar un tiempo a solas con sus amigos, junto al mar, un monte, caminos desiertos o una colina, Entonces subió Jesús a una colina y se sentó con sus discípulos (Juan 6:3). Lo importante era estar con ellos, enseñarles, abrir su corazón humano y divino y buscar que entiendan que se iría pero volvería a ellos. Me voy, pero vuelvo a Uds. (Juan 14:26).
MI madre siempre supo que nunca estaría sola, aún cuando el esposo que la tomó cuando sólo tuvo 16 años la dejó, adelantándose para irse con su Señor al que había servido por más de 50 años.
Ella cantaba como los ángeles, sólo tengo que cerrar unos segundos los ojos y viene a mi memoria su figura parada al lado del piano cantando estos himnos al lado de su amado esposo, él, con el himnario abierto y ella con su dulce voz llenando el templo de alabanza a su Señor.
Pero su esposo se fue, el compañero de toda una vida, su amigo y confidente comprensivo, el que le hacía reír sin moderación, el que halagaba todas sus comidas, (nos convenció a los once hijos que no había mejor cocinera que ella), el padre de sus hijos, el que la festejaba cada día con detalles dulces como si fuera una jovencita de quince años, se fue y la dejó sola.
Jesús estaba a punto de quedarse solo, todos sus compañeros lo fueron dejando solo, pero nos dejó esta lección: Solo no estoy, el Padre está conmigo.
Cuando visito a mamá me sienta a su lado, me pregunta cómo va mi congregación, me da consejos llenos de sabiduría, he intentado una y otra vez traerla a mi casa para pasar algunos días con mi familia, me duele el corazón al verla tan sola, ella que siempre estuvo rodeada de tantos mimos y amor, pero siempre se niega, le gusta estar en su casa, ya cumplió más de 80 años, pero sigue cocinando y cantando como un ruiseñor.
Creo que ha aprendido a no tener miedo a la soledad.
-Mamita, vamos a la casa, quiero que me acompañes, me da miedo verte tan sola-
-No he recibido un espíritu que de nuevo me esclavice al miedo, sino el Espíritu de Dios que nos ha adoptado a ti y a mí como sus hijas, por eso podemos decir: Abba Padre, tengo herencia celestial, no estoy sola, él esta a mi lado.
-Tienes tantos hijos, no tienes porque quedarte aquí, todos te queremos con nosotros.
-¿Te acuerdas cuando los discípulos se fueron cada uno a su casa? Jesús volvió también a la suya, junto a su Padre Celestial, Mi señor me espera y claro, tu papi también.
Querido amigo, cómo debemos ejercitar la fe, la seguridad, que la presencia del Señor esta a tu diestra cada segundo del día, no habría depresión, no sentirías soledad, si pudieras afirmar como Jesús:
Solo no estoy, el Padre esta conmigo. 
Pero el Señor siguió diciendo a los temerosos:
Yo les he dicho estas cosas para que en mi hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡Anímense! Yo he vencido la soledad.
Quizá el amigo que aliviaba tu soledad te dejó, o de pronto el hijo que decidió realizar sus propios sueños se alejó de ti. De pronto, el esposo que prometía fidelidad rompió sus votos y sólo dejó una duda en tu corazón.
Hay tantas razones que nos hacen sentir solos. Mira un rato tu corazón, ¿sientes sus latidosí Si vives es por Dios, deja de lamentarte, no estas sola, la aflicción que provoca la soledad se disipa cuando crees de todo corazón que Jesús esta a tu lado. Ten paz, el Señor te ha quitado la orfandad. 
Oración: Tengo miedo a la soledad, es un sentimiento que provoca inseguridad, confusión y desamparo. Pero hoy me enseñas que esto es una aflicción que tiene cura inmediata. Entonces me levantaré y gritaré al mundo: Jesús ha vencido mi inseguridad, no estoy sola, El Padre esta conmigo. Amén.
Te quiero mucho

Martha Bardales

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


Lejos y alto

Sucedió que una pobre viuda, para dar de comer a sus hijos, pasaba las horas cosiendo camisas y otras prendas ante la máquina de coser.

Un día notó que sus ojos se habían debilitado bastante, por lo que se vio obligada a ir al oculista.

- ¿Qué ve usted desde su casa? – le preguntó el médico.

- Veo las paredes de la casa de enfrente.

- ¿Y si sube al siguiente piso?

- Entonces veo los campos, el río, los montes y el cielo en lo alto.

- ¿Sube usted alguna vez?

- No tengo tiempo, señor.

- Traslade su máquina arriba, y de vez en cuando mire usted lejos y alto. Vuelva dentro de un mes- fue la receta del médico.

La mujer volvió a la fecha señalada contentísima porque sus ojos habían mejorado bastante, por lo que el médico repitió la receta.

Al igual que esta mujer, muchas veces nos enfocamos en un problema y mantenemos la vista fija en él, olvidando que nuestro socorro viene de lo alto.

“Los que buscan su ayuda estarán radiantes de alegría; ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro”. Salmos 34:5 (NTV)

No importa cuál es tu problema, levanta los ojos y busca la ayuda del Señor. Dejar tu vista fija en el problema solamente te traerá más preocupaciones, desesperación, desánimo y hasta enfermarás por enfocarte sólo en eso. En cambio, si dejas de lado tu problema y levantas la vista y miras lejos y alto, buscando a Dios, verás que Él está en control y te dará de su paz y gozo en medio de las adversidades.

Nuestros ojos físicos no son capaces de ver más allá de las circunstancias que nos rodean pero si somos capaces de confiar en Dios y con fe ver más allá de lo humanamente posible, podremos hallar la paz y la fortaleza que necesitamos para enfrentar el problema.

¿Qué esperas para levantar tu vista? Busca a Dios, Él no te avergonzará ni permitirá que nada te dañe.

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ