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Job 5:7 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

Reproches de Elifaz

 

 

Llama ahora, ¿habrá quién te responda?
¿Y a cuál de los santos te volverás?
Porque el enojo mata al insensato,
y la ira da muerte al necio.
Yo he visto al insensato echar raíces,
y al instante maldije su morada.
Sus hijos no tienen seguridad alguna,
aun en la puerta son oprimidos[a],
y no hay quien los libre.
Su[b] cosecha devoran los hambrientos,
la toman aun de entre los espinos,
y el intrigante[c] ansía su riqueza.
Porque la aflicción no viene del polvo,
ni brota el infortunio de la tierra;
porque el hombre nace para la aflicción,
como las chispas vuelan hacia arriba.

Pero yo buscaría a Dios,
y delante de Dios presentaría mi causa;
El hace cosas grandes e inescrutables,
maravillas[d] sin número.
10 El da la lluvia sobre la faz de la tierra,
y envía las aguas sobre[e] los campos.
11 Para poner en alto a los humildes,
y a los que lloran levantarlos a lugar seguro,
12 El frustra las tramas de los astutos,
para que sus manos no tengan éxito.
13 El prende a los sabios en su propia astucia,
y el consejo de los sagaces pronto se frustra.
14 De día tropiezan con las tinieblas,
y a mediodía andan a tientas como de noche.
15 Pero El salva al pobre de la espada, de sus bocas
y de la mano del poderoso.
16 El desamparado, pues, tiene esperanza,
y la injusticia tiene que cerrar su boca.

17 He aquí, cuán bienaventurado es el hombre a quien Dios reprende;
no desprecies, pues, la disciplina del Todopoderoso[f].
18 Porque El inflige dolor, pero da alivio[g];
El hiere, pero sus manos también sanan.
19 De[h] seis aflicciones te librará,
y en siete no te tocará el mal.
20 En el hambre te salvará de la muerte,
y en la guerra del poder de la espada.
21 Estarás a cubierto del azote de la lengua,
y no temerás la violencia cuando venga.
22 De la violencia y del hambre te reirás,
y no temerás a las fieras de la tierra.
23 Pues con las piedras del campo harás tu alianza,
y las fieras del campo estarán en paz contigo.
24 Y sabrás que tu tienda está segura[i],
porque visitarás tu morada y no temerás pérdida alguna.
25 También sabrás que tu descendencia[j] será numerosa,
y tus vástagos como la hierba de la tierra.
26 En pleno vigor llegarás al sepulcro,
como se hacinan las gavillas a su tiempo.
27 He aquí, esto lo hemos examinado, y así es;
óyelo, y conócelo para tu bien[k].

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

¿Cómo Vencer Al Enemigo? La Historia de David Y Goliat
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 2 Comentarios

 

 

 

“…CUANDO EL FILISTEO… ECHÓ A ANDAR PARA IR AL ENCUENTRO DE DAVID, DAVID SE DIO PRISA Y CORRIÓ A LA LÍNEA DE BATALLA CONTRA EL FILISTEO” (1 Samuel 17:48)

La Biblia dice: “…por la mañana y por la tarde, y así… durante cuarenta días” (1 Samuel 17:16b), Goliat se burló de los hijos de Israel. Ahora bien, quizás tu “gigante” no lleve una armadura ni empuñe una espada, pero día y noche te recordará las facturas sin pagar, tus pecados del pasado, tu fracaso matrimonial o tu detestable trabajo. Los antepasados de Goliat habían sido enemigos de Israel y Josué había aniquilado a todos excepto a los habitantes de Gat, el lugar donde nació Goliat… ¿Por qué es tan importante fijarnos en esto? Porque si dejas a tu viejo enemigo sin ser derrotado del todo, se levantará contra ti de nuevo… Tal vez estés tratando con problemas que tus padres y abuelos ya tuvieron, como la adicción, el divorcio, la ira, la depresión, etc. Cuando los israelitas oyeron las “…palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron mucho miedo” (1 Samuel 17.11b). Si es así como te sientes, haz lo que hizo David: “…cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa y corrió a la línea de batalla contra el filisteo” (1 Samuel 17:48).
Max Lucado escribió: “Nos retiramos detrás de un escritorio o nos arrastramos hacia un club nocturno o nos metemos en una cama de ‘amor’ prohibido. Por un momento, nos sentimos seguros, protegidos y anestesiados, pero entonces, el trabajo se acaba, el licor deja de tener su efecto, el amante se va, y volvemos a escuchar a ‘Goliat’… Con un alma llena de Dios, encara rápidamente a tu ‘gigante’, y dile: ‘“Gigante”’ de divorcio, no vas a entrar en mi casa; depresión, no me vas a derrotar; alcohol, fanatismo, pederastia, inseguridad: vas a ser vencido/a’. ¿Cuándo fue la última vez que tomaste tu ‘honda’ y fuiste corriendo hacia el ‘rugido’? La Biblia dice: ‘…porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu del Señor levantará bandera contra él’ (Isaías 59:19b – Reina Valera Antigua). Dios te ha dado el poder para pelear esta batalla y ganarla; ¡úsalo!”.
“…DAVID… ESCOGIÓ CINCO PIEDRAS” (1 Samuel 17:39b,40b)

Así como “…David… escogió cinco piedras… del arroyo” (1 Samuel 17:39b,40b), aquí tienes cinco “piedras” que puedes utilizar para derrotar al enemigo:

(1) La “piedra” de los éxitos anteriores.
Recordando sus victorias pasadas, David declaró: “El Señor…, que me ha librado… del león y… del oso,… también me librará de manos de este filisteo” (1 Samuel 17:37). “Escribe tus derrotas en la arena, pero talla tus victorias en la piedra” para que recuerdes la fidelidad de Dios y “…las maravillas que ha hecho…” (1 Crónicas 16:12). ¿Te ha fallado alguna vez? No, ni tampoco lo hará ahora.


(2) La “piedra” de la oración.
“Orad…, y velad… con toda perseverancia…” (Efesios 6:18); no puedes ganar si no lo haces. “David halló fortaleza en el Señor…” (1 Samuel 30:6b). Cuando Saúl le persiguió, él clamó a Dios, su “…amparo y refugio…” (Salmo 59:16b).

(3) La “piedra” de la prioridad.
La prioridad del Señor es su reputación y el objetivo de David era defenderla, probando “…que hay Dios en Israel” (1 Samuel 17:46). Al involucrar al Señor en tu situación, le das la oportunidad de exhibir su gracia y poder.

(4) La “piedra” de la pasión.
No puedes quedarte mirando a tu “gigante” continuamente. Reviviendo tus heridas, no las vas a sanar, y clasificando tus problemas, no los vas a solucionar. Debes ir a enfrentar al enemigo, sabiendo que “…del Señor es la batalla…” (versículo 47b).

(5) La “piedra” de la perseverancia.
Salomón dijo: “…¡precioso bien del hombre es la diligencia!” (Proverbios 12:27b). David tomó cinco piedras porque no sabía cuántas iba a necesitar para terminar la tarea. Como dijo Yogi Berra: “No se ha acabado hasta que se acabe”, así que, prepárate para hacer todo lo que haga falta para terminar bien el trabajo. Quizás tardes más de un día, un mes o incluso un año en ver los resultados, pero con la ayuda de Dios ganarás.
“…DEL SEÑOR ES LA BATALLA…” (1 Samuel 17:47b)

Desde el momento en que David fue a luchar contra Goliat, él comenzó a declarar la victoria diciendo: “Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina; pero yo voy contra ti en el Nombre del Señor… El Señor te entregará hoy en mis manos… y sabrá toda la Tierra que hay Dios en Israel. …porque del Señor es la batalla y Él os entregará en nuestras manos” (1 Samuel 17:45-46,47b). En esta situación, parecía que nadie a su alrededor había pensado en Dios, pero David no hablaba de otra cosa. Él veía lo que ellos no podían ver y se negó a ver lo que ellos veían. ¿Que por qué? Porque sabía que el Señor al que servía era más grande que el gigante al que se enfrentaba. ¿Es tu Dios así de grande?

Si te encuentras en una situación sin esperanzas aparentemente, donde no parece haber salida, en vez de perder el tiempo y energía fijándote en tus debilidades y defectos, comienza a enfocarte en el poder del Señor. Cuando te centras en el enemigo, te tambaleas, pero cuando te centras en Dios, es el enemigo el que se tambalea. Nunca vas a triunfar si luchas sólo con tus propias fuerzas; así que, ¡ni siquiera te acerques! El Señor ya te ha dado potestad sobre toda fuerza del enemigo, y nada te dañará (cfr. Lucas 10:19). Pablo escribió: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo…” (Efesios 6:11), pero tu “armadura” no te va a proteger si la dejas “colgada en el armario”. ¡Debes ponértela! Hay tres cosas que Satanás no puede resistir: La Palabra de Dios, la sangre de Cristo y el Nombre de Jesús. Si los usas, le derrotarás siempre, ¡tal y como David derrotó a Goliat!

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

Huye para ganar la batalla

 

 

 

Recordemos que Jesús fue tentado por Satanás, no a los dos días de haber comenzado el ayuno si no a los cuarenta días, cuando era obvio que sentía hambre y su cuerpo necesitaba alimento. (Mateo 4). Y es que el enemigo ataca en el momento que más sensible podrías estar, ataca a veces con la debilidad que tienes o trata de que creas que puedes enfrentar la tentación.
Conocemos la historia de José quien se la pasaba escapando de la esposa de su jefe cuando ella lo acosaba, él podía haber caído en la red que se le lanzó o enfrentarla, pero actúo de la manera más sabia y huyó.Génesis 39:12 (RV-1960)

¿Cuántos de nosotros estamos en una situación así? Tal vez no en un tiempo de ayuno pero quizás con hambre de otras cosas, alguna debilidad, o en medio de las grandes tentaciones que el mundo ofrece.
Jesús tomó la posición de hombre y, como podemos observar en la palabra de Dios, él dormía, lloraba, comía, etc. Y al igual que nosotros también fue tentado, nosotros también somos hijos de Dios y somos capaces de huir de la tentación.

Dios no habla de enfrentar la tentación, Él no te dará la fuerza para pelear con ella sino para resistirla y huir de ella.

“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” 1 Corintios 10:13 (RVR-1960)

Tu eres capaz de escapar de ella con las fuerzas y sabiduría que Dios te dará, no juegues con fuego y creas que enfrentando tus debilidades podrás ganar, huye a los brazos del Padre que Él se encargará del resto.
Recuerda que la tentación no es pecado pero sí el caer en ella. Si quieres ganar ésta batalla, huye y escapa, eso te hará un vencedor.

 

 

 

 

Telma Céspedes
CVCLAVOZ