2 Samuel 14:2-7 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

Joab y la mujer de Tecoa

 

 

14 Joab, hijo de Sarvia, comprendió que el corazón del rey se inclinaba hacia Absalón. Y Joab envió a Tecoa a traer[a] a una mujer sabia de allí, y le dijo: Te ruego que finjas estar de duelo, te pongas ahora ropas de luto y no te unjas con óleo, sino pórtate como una mujer que por muchos días ha estado de duelo por un muerto; después ve al rey y háblale de esta manera. Y Joab puso las palabras en su boca.

Cuando la mujer de Tecoa habló[b] al rey, cayó sobre su rostro en tierra, y postrándose, dijo: ¡Socorro, oh rey! Y el rey le dijo: ¿Qué te sucede? Y ella respondió: Ciertamente soy viuda, pues mi marido ha muerto. Tu sierva tenía dos hijos; lucharon entre sí en el campo, y no habiendo quien los apartara[c], uno hirió al otro y lo mató. Y he aquí que toda la familia se ha levantado contra tu sierva, y dicen: “Entrega al que hirió a su hermano, para que le demos muerte por la vida de su hermano a quien mató, y destruyamos al heredero también.” Así extinguirán el ascua que me queda, no dejando[d] a mi marido nombre ni remanente sobre la faz de la tierra.

Respondió el rey a la mujer: Ve a tu casa, y daré órdenes respecto a ti. Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Oh rey mi señor, la iniquidad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre, pero el rey y su trono sean sin culpa. 10 Entonces el rey dijo: Cualquiera que te hable, tráemelo, y no te molestará más. 11 Y ella dijo: Te ruego, oh rey, que te acuerdes del Señor tu Dios, para que el vengador de sangre no aumente el daño, no sea que destruya a mi hijo. Y él dijo: Vive elSeñor, ni un pelo de tu hijo caerá a tierra.

12 Dijo entonces la mujer: Permite que tu sierva diga una palabra a mi señor el rey. Y él dijo: Habla. 13 Y la mujer dijo: ¿Por qué, pues, has pensado tal cosa contra el pueblo de Dios? Porque al decir esta palabra, el rey se hace como uno que es culpable, ya que el rey no hace volver a su desterrado. 14 Pues ciertamente moriremos; somos como el agua derramada en tierra que no se vuelve a recoger. Pero Dios no quita la vida, sino designa medios para que el desterrado no sea alejado de él. 15 Ahora, la razón por la cual[e] he venido a decir esta palabra a mi señor el rey, es porque el pueblo me ha atemorizado; por eso tu sierva se dijo: “Hablaré ahora al rey, tal vez el rey cumpla la petición[f] de su sierva. 16 “Pues el rey oirá y librará[g] a su sierva de mano[h] del hombre que destruiría a ambos[i], a mí y a mi hijo, de la heredad de Dios.”17 Se dijo además tu sierva: “Sea consuelo[j] la palabra de mi señor el rey, pues como el ángel de Dios, así es mi señor el rey para discernir el bien y el mal. ¡Que el Señor tu Dios sea contigo!”

18 Respondió el rey y dijo a la mujer: Te ruego que no me ocultes nada de lo que voy a preguntarte. Y la mujer dijo: Hable mi señor el rey. 19 Y el rey dijo: ¿Está contigo la mano de Joab en todo esto? Y la mujer respondió y dijo: Vive tu alma, mi señor el rey, nadie puede desviarse ni a la derecha ni a la izquierda de todo lo que mi señor el rey ha hablado. En verdad fue tu siervo Joab quien me mandó, y fue él quien puso todas estas palabras en boca de tu sierva; 20 tu siervo Joab ha hecho esto con el fin de cambiar el aspecto de las cosas. Pero mi señor es sabio, como con la sabiduría del ángel de Dios, para saber todo lo que hay en la tierra.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

 

Jovenes Cristianos – ESTOY DEPRIMIDO 3

Pasaje clave: Isaías 61:1

 

 

Te contamos algunas razones por las cuales te deprimís para que aprendás a entender qué es lo que te sucede y por qué.

1. Por los CAMBIOS de tu cuerpo.

2. Por aspectos relacionados con el SEXO y la SEXUALIDAD.

¿Cómo te sentís cuando el chico o la chica que te gusta te trata como si no existieras? ¿O te rechaza? ¿Qué haces, entonces?.

Es muy probable que te deprimas:

Cuando quien te gusta del sexo opuesto, te rechaza.
Cuando, por tu edad, no te permiten ponerte de novio/a, y no entendés (o no querés entender) por qué, si todos lo hacen.
Cuando intentás atraer el amor del otro y fallas.
Cuando quien te gusta esta enamorado de otra persona.
Cuando buscás sentirte seguro/a con el chico o la chica de tus sueños… ¡hasta que aparecen los primeros problemas…! y perdés la seguridad.
Cuando buscás solucionar alguna de estas cosas a través de la masturbación o de los pensamientos impuros. Entonces, los sentimientos de culpa te llevan a deprimirte nuevamente.
Cuando suceden algunas de estas cosas te deprimís y te atrapa el temor de no sentirte amado y aceptado. Incluso algunos chicos/as llegan a lastimarse a sí mismos por lo mal que se sienten.
¿Qué podés hacer?

A. ¡Comunicate! Compartí tus sentimientos con otros: tus amigos, tus líderes, tus padres. Si permanecés callado difícilmente alguien podrá ayudarte en algo.

B. No esta todo perdido, ni es el fin del mundo. Aún cuando lo que te haya sucedido te parezca “terrible” ¡hay solución! si querés compartirlo con alguien que pueda comprenderte y ayudarte.

C. Aunque sea triste que alguien te rechace o te trate con indiferencia, hay ALGUIEN que esta a tu lado, que te comprende, te ama con un amor eterno y te acepta. Él jamás te rechazará. Buscá en la relación personal con Jesucristo esa intimidad verdadera que ningún chico/a puede darte.

D. Pensá en éstas palabras: Gálatas 6:2. Santiago 5:16. 1º Pedro 5:7.

(CONTINÚA…)

 

 

Extracto del libro: “Verdades Que Sanan”. (Editorial Logos).

Por Edgardo Tosoni

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Miotonía

 

 

Se trata de un trastorno neuromuscular caracterizado por la incapacidad para relajar los músculos después de hacer algún movimiento involuntario o cuando se usa la fuerza en algún trabajo. También se ha asociado este mismo malestar a individuos que están sometidos a demasiado estrés o que repentinamente sufren una alteración en su sistema nervioso.

La persona afectada de miotonía puede padecer a tal punto una parálisis muscular que pierde el equilibrio y cae al suelo, como si se hubiera desmayado repentinamente.

Aunque en principio se estudiaba este mal como un trastorno explícitamente humano, se ha visto que también que algunos animales pueden sufrir este mismo tipo de parálisis muscular.

Uno de los más claros ejemplos es el de la llamada cabra mitónica o cabra de Tennessee. Cuando este animalito experimenta miedo repentino, su sistema endocrino aumenta la segregación de ciertos tipos de hormonas como la adrenalina y el cortisol, causando tensión muscular en todo su cuerpo a tal grado que cae al suelo tumbado sin poder recuperar la movilidad en varios minutos.

Muchos videos en internet popularizaron a éste animalito por el trastorno muscular que padece, apareciendo en programas científicos y en otros más humorísticos. Sin embargo, en el ámbito espiritual muchos padecen el mismo síntoma.

No existe mayor paralizante para una persona que el miedo atacando su voluntad el cual es muchas veces provocado por el temor a repetir errores, a ser herido nuevamente, a ser avergonzado, a no conseguir la meta deseada, a fallar, o que las cosas no resulten como están planificadas, etc.

Son interminables las causas que lo provocan y no necesariamente está ligado a la falta de recursos. Uno podría tener todo el capital que necesita a la mano y toda la sabiduría para realizar cualquier trabajo, pero cuando el miedo es el que reina, el hombre más fuerte es similar a una de estas cabras de monte; el miedo lo mantiene paralizado y tumbado en el suelo.

“Porque Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2 Timoteo 1:7 (RVR 1960)

Este versículo explica que sobre el temor está el poder, el amor y el dominio propio, atributos dados por Dios. Pero no se reciben como algún objeto que uno obtiene simplemente extendiendo la mano, sino que son frutos que crecen dentro de la personalidad de un individuo como resultado de mantener una relación íntima con Dios.

El miedo es el sistema que usa nuestro adversario para mantenernos paralizados y tumbados en el suelo, y aunque siempre es más fácil poner alguna excusa que reconocerlo, Dios quiere que nos libremos de ese trastorno que afecta nuestra voluntad.

En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. 1 Juan 4:18 (RVR 1960)

Recuerda, permanecer en el amor de Dios alejará todos los temores que quieran paralizarte

 

 

 

Héctor Colque
CVCLAVOZ