http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/

http://unencuentroconlapalbra.blogspot.com.co/

https://www.facebook.com/unencuentroconlapalbra

http://www.amigosporisrael.org/

 

Salmos 23:3  La Biblia de las Américas (LBLA)

El Señor es mi pastor

Salmo de David.

23 El Señor es mi pastor,
nada me faltará[a].
En lugares de verdes pastos me hace descansar;
junto a aguas de reposo me conduce.
El restaura[b] mi alma;
me guía por senderos de justicia[c]
por amor de su nombre.

Aunque pase por el valle de sombra de muerte[d],
no temeré mal[e] alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento[f].
Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos;
has ungido[g] mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando.
Ciertamente[h] el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor moraré[i] por largos días.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

DE CONFUSIÓN A MILAGRO
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Cristianos, Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales, Dios 0


DE CONFUSIÓN A MILAGRO

La boca del necio es quebrantamiento para sí, y sus labios son lazos para su alma. Proverbios 18:7

Lo que decimos se convierte en realidad: esta es una verdad que vemos en la Biblia. La vemos en Marcos 11:23, Mateo 21:21, Santiago 3:2 y muchos versículos más. Pero a menudo se nos olvida eso porque hablamos como el mundo en lugar de hablar la Palabra, y con el tiempo recibimos lo que hemos estado articulando: una gran confusión.

Si ha tenido esa experiencia, recuerde que lo que tiene en su vida es producto de sus palabras. Para que pueda cambiar lo que tiene, deberá cambiar lo que sale de su boca. Para cambiar el rumbo de su vida – de la muerte a la vida, de la enfermedad a la salud, del fracaso al éxito – , tendrá que medir sus palabras. Eso es más fácil decirlo que hacerlo. Pero esa es la clave: tiene que decirlo para que sea hecho. ¿Cómo se empieza?

Tenga presente que este problema no se puede solucionar con lo natural, sino con poder espiritual, porque estamos hablando de una ley espiritual.

Santiago 3:7-8 dice que la lengua no puede ser domada con el mismo poder con que se doma a los animales; se necesita la sabiduría de Dios. La Palabra es la sabiduría de Dios (Proverbios 2:6). Jesús dijo que sus palabras son espíritu y son vida. Eso significa que se necesitan las palabras de Dios para domar nuestra lengua.

Segundo, arrepiéntase por haber permitido que otros, además del Espíritu Santo, usaran su lengua. Luego, entréguele su lengua a Jesús y decida que va a hablar palabras de amor, de fe, de gozo, de paz y de gracia. Las palabras de fe detienen los dardos de fuego del infierno.

Tercero, haga lo que Jesús dice en Marcos 4:24: “mirad lo que oís”. O sea, considere sus palabras: “¿quiero que lo que acabo de decir se haga realidad?” Si la respuesta es no, deténgase y corríjase en ese momento, y reemplace las palabras negativas con alabanzas (Efesios 5:4).

Si no ha medidio sus palabras, cámbielas para que pueda cambiar el rumbo de su vida. Pida al Señor que guarde su boca (Salmos 141:3). Ponga el poder de la lengua a trabajar a su favor; deje de usarla para causar confusión y empiece a usarla para hacer milagros. En su boca hay un milagro.

Escritura Devocional para leer:
Proverbios 18:7
La boca del necio es quebrantamiento para sí, y sus labios son lazos para su alma.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
 

REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


¿Algún problema en ser pasivo?

Es primordial aclarar la diferencia entre alguien pacífico y pasivo. La persona pacífica es partidaria de la paz, es decir, enemiga de los enfrentamientos; sin embargo, la pasiva, es conocida como aquella que no hace las cosas por sí misma, sino que espera que otros las hagan por ella, es una actitud opuesta al compromiso o la acción constante.

Por ejemplo, esta actitud se puede observar cuando se trabaja en equipo, algunos se comprometen con el trabajo y se esfuerzan para obtener buenos resultados, en cambio, el pasivo prefiere esperar a que alguien le diga lo que debe hacer, de lo contrario no hará nada.

Seguramente no te gustaría que esta persona esté en tu equipo, del mismo modo, nadie quiere tener una pareja pasiva; es decir, que no muestre compromiso en la relación, que espere que lo busques, que lo consientas y se olvide de los detalles o fechas importantes… eso tampoco le gusta a Dios.

“Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”. Jeremías 23:13

Si deseas encontrar al Señor entonces debe existir una acción constante de tu parte, en la que lo busques de todo corazón. Muchos no lo encuentran porque simplemente se entregan a medias, quieren seguirlo pero no asumen un compromiso y continúan sumergidos en su propia comodidad.

Ser alguien inactivo, en otras palabras, estar cómodos en la banca de la iglesia, no es algo que el Señor espera de nosotros. Así como nuestros padres quieren nuestro progreso para alcanzar un futuro exitoso ¡también Dios! Él desea que nuestro estado espiritual no se estanque, que seamos cristianos encendidos de oración, obedientes a su palabra y serviciales.

En esta oportunidad deseo animarte a ponerte de pie, decide aplastar el desgano, basta de esperar que otros te empujen a orar, a asistir a la iglesia ¡Muévete! Recuerda que Dios tiene un gran plan para tu vida y no lo cumplirás estando sentado, sal a predicar, ora por tu pastor, por los necesitados y apoya al que necesita una mano o consuelo.

¡Qué las personas conozcan un hijo de Dios activo!


Shirley Chambi
CVCLAVOZ