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Ezequiel 36:25 La Biblia de las Américas (LBLA)

Los montes de Israel bendecidos

36 Y tú, hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel, y di: “Montes de Israel, oíd la palabra del Señor. “Así dice el Señor Dios[a]: ‘Por cuanto el enemigo ha dicho contra vosotros: “¡Ajá!” y: “Las alturas[b]eternas han pasado a ser posesión nuestra,” por tanto, profetiza y di: “Así dice el Señor Dios: ‘Porque os han asolado y aplastado por todos lados, para que fuerais posesión de las demás naciones, os han hecho el blanco de la habladuría[c] y de la calumnia del pueblo.’”’ “Por tanto, montes de Israel, oíd la palabra del Señor Dios. Así dice el Señor Dios a los montes y a los collados, a las barrancas y a los valles, a las ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas, que han venido a ser presa y escarnio de las demás naciones alrededor; por eso, así dice el SeñorDios: ‘Ciertamente en el fuego de mi celo he hablado contra las demás naciones y contra todo Edom, que se han apropiado[d] para sí de mi tierra como posesión, con alegría, de todo corazón y con desprecio de alma, para dejarla[e] como presa.’ “Por tanto, profetiza acerca de la tierra de Israel, y di a los montes y a los collados, a las barrancas y a los valles: ‘Así dice el Señor Dios: “He aquí, yo he hablado en mi celo y en mi furor porque habéis soportado los insultos de las naciones.” ‘Por lo cual, así dice el Señor Dios: “Yo he jurado[f] que las naciones que os rodean, ellas mismas soportarán sus insultos. “Pero vosotros, montes de Israel, echaréis vuestras ramas y produciréis vuestro fruto para mi pueblo Israel; porque pronto vendrán. “Pues, he aquí, estoy por vosotros y me volveré a vosotros, y seréis labrados y sembrados.10 “Multiplicaré hombres en vosotros, toda la casa de Israel, toda ella; y las ciudades serán habitadas, y las ruinas reedificadas. 11 “Multiplicaré en vosotros hombres y animales, y se multiplicarán y serán fecundos. Haré que seáis habitados como lo fuisteis anteriormente y os trataré mejor[g]que al principio; y sabréis que yo soy el Señor. 12 “Sí, haré andar hombres sobre vosotros, a mi pueblo Israel. Ellos tomarán posesión de ti, y serás su heredad, y nunca más les privarás de sus hijos.” 13 ‘Así dice el Señor Dios: “Porque os dicen: ‘Eres devoradora de hombres y has privado de hijos a tu nación[h]’, 14 por tanto, ya no devorarás hombres y ya no privarás de hijos a tu nación” —declara el Señor Dios. 15 ‘Y nunca más te haré oír el ultraje de las naciones, ni soportarás más los insultos de los pueblos, ni harás que tu nación tropiece más’ —declara el SeñorDios.

16 Entonces vino a mí la palabra del Señor, diciendo: 17 Hijo de hombre, cuando la casa de Israel habitaba en su propia tierra, ellos mismos la contaminaron con su conducta y con sus obras; como la impureza de una mujer en su menstruación fue su conducta delante de mí. 18 Por tanto, derramé mi furor sobre ellos por la sangre que habían derramado sobre la tierra y por haberla contaminado con sus ídolos. 19 Los esparcí entre las naciones y fueron dispersados por las tierras. Conforme a sus caminos y a sus obras los juzgué. 20 Cuando llegaron a las naciones adonde fueron, profanaron mi santo nombre, porque de ellos se decía: Estos son el pueblo del Señor, y han salido de su tierra. 21 Pero yo he tenido compasión de mi santo nombre, que la casa de Israel había profanado entre las naciones adonde fueron.

22 Por tanto, di a la casa de Israel: “Así dice el Señor Dios: ‘No es por vosotros, casa de Israel, que voy a actuar, sino por mi santo nombre, que habéis profanado entre las naciones adonde fuisteis. 23 ‘Vindicaré la santidad de mi gran nombre profanado entre las naciones, el cual vosotros habéis profanado en medio de ellas. Entonces las naciones sabrán que yo soy el Señor’ —declara el Señor Dios— ‘cuando demuestre mi santidad entre vosotros a la vista de ellas. 24 ‘Porque os tomaré de las naciones, os recogeré de todas las tierras y os llevaré a vuestra propia tierra. 25 ‘Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26 ‘Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 27 ‘Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas. 28 ‘Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres; y seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. 29 ‘Os libraré de todas vuestras inmundicias; llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no traeré[i] hambre sobre vosotros. 30 ‘Y multiplicaré el fruto de los árboles y el producto del campo, para que no recibáis más el oprobio del hambre entre las naciones. 31 ‘Entonces os acordaréis de vuestros malos caminos y de vuestras obras que no eran buenas, y os aborreceréis a vosotros mismos[j] por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones. 32 ‘No hago esto por vosotros’ —declara el Señor Dios— ‘sabedlo bien. Avergonzaos y abochornaos de vuestra conducta, casa de Israel.’

33 “Así dice el Señor Dios: ‘En el día que yo os limpie de todas vuestras iniquidades, haré que las ciudades sean habitadas y las ruinas reedificadas. 34 ‘La tierra desolada será cultivada en vez de ser desolación a la vista de todo el que pasa. 35 ‘Y dirán: Esta tierra desolada se ha hecho como el huerto del Edén; y las ciudades desiertas, desoladas y arruinadas están fortificadas y habitadas. 36 ‘Y las naciones que quedan a vuestro alrededor sabrán que yo, el Señor, he reedificado los lugares en ruinas y plantado lo que estaba desolado; yo, el Señor, he hablado y lo haré.’

37 “Así dice el Señor Dios: ‘Aún permitiré a la casa de Israel que me pida hacer esto por ellos: Multiplicar sus hombres como un rebaño. 38 ‘Como el rebaño para los sacrificios[k], como el rebaño en Jerusalén en sus fiestas señaladas, así se llenarán las ciudades desiertas de rebaños de hombres. Entonces sabrán que yo soy el Señor.’”

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

La Enfermedad Cristiana Del Yo-itis
Publicado por: Devocionales en Articulos Cristianos 0

 

 


EXAMÍNAME, DIOS, Y CONOCE MI CORAZÓN (Salmo 139:23)
El Dr. David Jeremiah escribe lo siguiente: Cuando te enfermas, los síntomas físicos indican que algo no está bien. El virus de la “yo-itis” también muestra algunos síntomas, por ejemplo: “Espejitis”: estar obsesionado con tu apariencia. “Dineritis”: tacañería, pensar que tu valía depende de lo que tienes y gastar en exceso en ti mismo. “Controlitis”: procurar siempre que se hagan las cosas a tu manera. “Majestitis”: una opinión exagerada de tu importancia y de tus derechos. “Transformitis”: cambios externos encaminados a demostrar que vamos por delante de los demás. El salmista oró: “Examíname, Dios, y conoce mi corazón”. (Salmo 139:23).
KP Yohannan comenta: Cuando estás a solas con Dios, estás más dispuesto a reconocer tu orgullo y tus pecados. Con la gente, tratamos de evadir esas cosas, aparentar ser maravillosos y sonreír. Cuando estamos delante de Dios, nos encontramos con nosotros mismos, podemos ser limpiados y purificados y somos más transparentes. Para curar la “yo-itis”, tienes que:

1) Fortalecer tu sistema inmunológico espiritual con la Escritura: Preciosas y grandísimas promesas, para que lleguéis a [huir] de la corrupción (2 Pedro 1:4).

2) Orar: Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios con acción de gracias la paz de Dios guardará vuestros corazones… (Filipenses 4:6-7).

3) Tener una buena conciencia: “Mi pecado te declaré” tú perdonaste la maldad de mi pecado (Salmo 32:5)

4) Reunirte con otros creyentes: No dejando de congregarnos sino exhortándonos (Hebreos 10:25).

5) Servir: “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros” para que en todo sea Dios glorificado (1 Pedro 4:10-11).

6) Tener buenas amistades. Escoge tus amigos con cuidado y evita a los egoístas “no sea que aprendas sus costumbres (Proverbios 22:25).

7) Dar: “El alma generosa será prosperada: el que sacie a otros, también él será saciado” (Proverbios 11:25).

“…NUESTRA CAPACIDAD PROVIENE DE DIOS” (2 Corintios 3:5)
El propósito de Dios es que tú mermes y que crezca Cristo en ti. Y hará todo lo que sea necesario para que suceda. Cuando triunfas gracias a tus propios esfuerzos, tú te llevas la gloria. Pero cuando tienes que depender de Dios, Él se lleva la gloria: “…Nuestra capacidad proviene de Dios” (2 Corintios 3:5).

Las Enfermedades Espirituales
Esta afirmación no significa que tú valgas menos, sino que deja claro quién es la fuente de tu valía. Chuck Swindoll expone: “Las cosas que a todos nos horrorizan, en Pablo produjeron contentamiento. Nunca dijo a su carcelero: ‘La próxima vez que estés con el ayudante del emperador, dile que me saque. Al fin y al cabo yo no tendría que estar aquí.’

La actitud de Pablo no tomaba nota de todas las injusticias hechas contra él… se hallaba en la cárcel porque así Dios lo había dispuesto… Si quieres aprender conformidad, practica una actitud de humildad desinteresada… comienza con tus familiares y vecinos; sé ejemplo ante los empleados y clientes… no necesitas izar banderas ni repartir tratados… los resultados te sorprenderán.”
“Haced todo sin murmuraciones ni discusiones, para que seáis irreprochables… hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna… en medio de la cual resplandecéis como lumbreras en el mundo” (Filipenses 2:14-15).

“De buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo… me gozo… en insultos, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:9-10).

Si todavía no has alcanzado ese punto, haz lo siguiente:

1) Entrégate a Cristo diariamente;
2) Vacíate de todo lo que te impide hacer Su voluntad;
3) Eleva tu corazón a él,
4) Aliméntate de su Palabra.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

Estropeado.

 

 

Se cuenta de un escultor que empezó a trabajar una hermosa pieza de mármol, pero sólo la estropeó por su impericia y desalentado abandonó su trabajo. Finalmente el mutilado bloque de mármol quedó abandonado en el patio del escultor y allí permaneció por mucho tiempo expuesto a la intemperie y medio oculto por las hierbas que crecieron a su alrededor.

Pero un día el famoso Miguel Ángel observó este bloque de mármol y vio lo que valía. Después de adquirirlo del fracasado escultor, empezó a trabajar en él, transformándolo en la admirable estatua del joven David con su onda en la mano, en el momento previo de arrojar la piedra que abatió al gigante Goliat. Tal maravilla de arte fue conseguida de un pedazo de mármol estropeado.

Quizás has tenido una vida dura, experiencias que han marcado tu vida, palabras hirientes que te tienen atado a una existencia de tristeza, decepción, baja autoestima y frustración. Sin importar qué hiciste antes o qué dicen de ti, Dios siempre puede cambiar las circunstancias.

“Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!” 2 Corintios 5:17 (NTV)

Si Miguel Ángel pudo hacer esa obra maravillosa con un pedazo de mármol estropeado y abandonado, ¿cuánto más podrá hacer Dios con tu vida? Sólo debes depositar tus preocupaciones, el dolor, la frustración y la impotencia que sientes en Sus manos. Si le permites hacer su obra en ti sin poner objeciones y confiando plenamente en su magnificencia y su amor, el gran Artista del universo hará de ti una obra maestra; sanará tu corazón herido, restaurará tu vida, quitará cualquier dolor, rabia o amargura y llegarás a ser todo aquello que soñaste y aún más.

Permite que Dios haga de ti una obra maestra, no importa qué tan estropeada está tu vida, Él conoce tu valor y desea trabajar en ti.

 

 

 

 

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ