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Lucas 1:68-75 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

Profecía de Zacarías

67 Y su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó diciendo:

68 Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque nos ha visitado y ha efectuado redención para su pueblo,
69 y nos ha levantado un cuerno de salvación
en la casa de David su siervo,
70 tal como lo anunció[an] por boca de sus santos profetas desde los tiempos antiguos,
71 salvación[ao] de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos aborrecen;
72 para mostrar misericordia a nuestros padres,
y para recordar su santo pacto,
73 el juramento que hizo[ap] a nuestro padre Abraham:
74 concedernos que, librados de la mano de nuestros enemigos,
le sirvamos sin temor
75 en santidad y justicia delante de El, todos nuestros días.
76 Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo;
porque irás delante del Señor para preparar sus caminos;
77 para dar a su pueblo el conocimiento de la salvación
por[aq] el perdón de sus pecados,
78 por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
con que la Aurora nos visitará desde lo alto,
79 para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pies en el camino de paz.

80 Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que apareció en público a Israel.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

¿Cómo Debe Ser La Charla De Padre a Hijo Según La Biblia?
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0


¿Cómo Debe Ser La Charla De Padre a Hijo Según La Biblia?
“ESCUCHA, HIJO MÍO, LA INSTRUCCIÓN DE TU PADRE” (Proverbios 1:8)

En Proverbios, aparece “hijo mío” veintiséis veces y “padre” diecinueve veces. Se trata de una carta de padre a hijo y de padre a padres sobre cómo ser buenos progenitores. No sólo son enseñanzas de cómo educar a los hijos, sino también de cómo serles de ejemplo. Resulta interesante que dicha carta contenga un montón de advertencias sobre el mal uso del sexo y los problemas que puede conllevar. Seguro que hemos oído el chiste del adolescente de doce años al que su padre le dijo: ‘Hijo, ¿no crees que ya es hora de que hablemos de sexo?’. El jovencito respondió:

‘Claro, papá. ¿Qué quieres saber?’. Es una pena que hoy nuestros hijos reciban su educación sexual en el colegio, de sus amigos, de Internet y de su propia experiencia, pero no en el hogar. Salomón escribió: “¿Por qué, hijo mío, dejarte cautivar por una adúltera…?” (Proverbios 5:20 CST).

La educación sexual es la respuesta, siempre y cuando el profesor, el aula y los contenidos sean los apropiados. El profesor idóneo eres tú, papá; el aula, tu hogar y el programa, la Biblia. Un estudio realizado en diez mil estudiantes de secundaria reveló que los valores morales de los padres y el seguimiento escolar de los hijos son lo que más influye en la actividad sexual de cualquier adolescente. Los padres con una estrecha relación con las hijas y que supervisaban sus deberes y actividades eran capaces de frenar en un 42% la probabilidad de que quedaran embarazadas antes de casarse. Por eso, papá (y mamá), hablen, involucrense. El tema es demasiado importante para quedarse de brazos cruzados.

“CON TANTA DULZURA LE HABLÓ, QUE LO HIZO CAER EN SUS REDES” (Proverbios 7:21 TLA)

El psicólogo Henry Brandt cuenta cómo se ofendió su hijo cuando no le dejó irse solo en coche al lago con una chica, de noche. ‘¿Qué hay de malo, papá?’, preguntó el hijo. ‘¿No te confías en mí?’.

Brandt le contestó: ‘¿En un coche, solo y de noche, frente a un lago y con una chica guapa? ¡No confiaría ni de mí!’. Salomón se implicó pronto y de lleno en la vida de sus hijos y les inculcó la perspectiva sexual de Dios. Los tres apartados más grandes de Proverbios que hablan de un mismo tema se encuentran entre el capítulo 5 y 7. En el 5 y 6, Salomón aborda exclusivamente las relaciones sexuales prematrimoniales, la fornicación. Dedicó casi todo el capítulo 7 a las relaciones extramatrimoniales, es decir, el adulterio. Y entremedias, expone con franqueza el sexo conforme a la voluntad de Dios.
Muchos pastores y padres han esquivado el trabajo durante demasiado tiempo esperando que el tema desapareciese sin más.

Pero es algo que no se puede evitar. El encuestador George Gallup declaró: “No cabe duda. Los asuntos derivados del sexo van a convertirse en los más importantes a los que se enfrenten las iglesias en un futuro no lejano. El aborto, el sida, el sexo prematrimonial, la homosexualidad … todos estos temas serán muy candentes y habrá que tratarlos”. Salomón previno a su hijo:

“Con tanta dulzura le habló, que lo hizo caer en sus redes” (Proverbios 7:21 TLA). Seas padre, madre, (casado o no), o incluso abuelo, tu hijo no dará el paso equivocado si no está en el lugar equivocado, con la persona equivocada y en el momento equivocado. Así que enséñale a no jugar con fuego para no quemarse.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

¡Mira arriba!

 

Cuenta una historia que, mientras visitaba a una vecina, una madre permitió que su hijo de seis años saliese a jugar a la calle. Después de un momento fue a ver lo que hacía el niño. Allí cerca se hallaba un pintor que trabajaba sobre elevados andamios y, aterrada, observó la señora que su hijo se había subido hasta el último peldaño de la escalera.

- ¡Bájate, Enrique! – gritó desaforadamente y su voz alarmó al niño, quien rápidamente miró hacia abajo, lleno de terror.El pintor, dándose cuenta de lo que acontecía, con voz reposada calmó a la madre exclamando:

- El pequeño está bien, yo me hago cargo de él.Al niño le dijo:
- Escúchame amiguito: mira hacia arriba y sube hasta donde estoy.El niño levantó los ojos, sonrió, y llegó sano y salvo con el pintor, quien tomándolo en brazos descendió con él cuidadosamente y lo entregó a la madre atribulada.

A todos nos pasa que cuando estamos en una situación complicada tendemos a mirar abajo, a las circunstancias, nuestros defectos y las todas las cosas adversas que nos rodean, cuando en realidad deberíamos levantar la vista y fijar la mirada en Dios.

Siempre que se va escalar o trabajar en altura, una de las recomendaciones que se da es la de no mirar hacia abajo, esto porque el vértigo, que es una sensación ficticia por una alteración en el oído o el sistema nervioso central, hace que sintamos que las cosas alrededor nuestro se están moviendo o, inclusive, podemos sentir que somos nosotros los que estamos dando vueltas o flotando; este desequilibrio puede hacer que caigamos si no cambiamos nuestra mirada.

Esa misma sensación experimentamos cuando estamos con problemas y nos sentimos agobiados, por eso mismo mirar hacia arriba siempre será lo mejor, el cambio de dirección de nuestra mirada nos mantendrá a salvo.

“Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra. No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida”. Salmos 121: 2,3 (NVI)

Dios no permitirá que nos lastimemos, sino que nos tomará entre sus brazos con amor y nos conducirá a un lugar seguro. ¡Mantén fija tu mirada en Dios, Él cuida de ti!


Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ