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Génesis 2:7 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

El huerto del Edén

 

 

Estos son los orígenes[f] de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día en que el Señor Dios hizo la tierra y los cielos. Y aún no había ningún arbusto del campo en la tierra, ni había aún brotado ninguna planta[g] del campo, porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre para labrar[h] la tierra. Pero se levantaba de la tierra un vapor[i] que regaba toda la superficie[j] del suelo. Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser[k] viviente. Y plantó el Señor Dios un huerto hacia el oriente, en Edén; y puso allí al hombre que había formado. Y el Señor Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer; asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento[l] del bien y del mal.

10 Y del Edén salía un río para regar el huerto, y de allí se dividía y se convertía en otros cuatro ríos[m]11 El nombre del primero es Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro. 12 El oro de aquella tierra es bueno; allí hay bedelio y ónice. 13 Y el nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea la tierra de Cus. 14 Y el nombre del tercer río es Tigris[n]; éste es el que corre[o] al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates[p]15 Entonces el SeñorDios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. 16 Y ordenó el Señor Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, 17 pero del árbol del conocimiento[q] del bien y del mal no comerás[r], porque el día que de él comas, ciertamente morirás.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 


Así es como Nuestro Dios Trabaja

 

 

“…AHORA ES EL TIEMPO PROPICIO…” (2 Corintios 6:2 LBLA)

 

 

De la historia del hombre lisiado al que sanó Pedro se pueden extraer buenas enseñanzas. Las analizaremos en las próximos parrafos.

1) Estaba en un lugar hermoso pero no lo estaba disfrutando.
“Había un hombre, cojo de nacimiento, que era llevado y dejado cada día a la puerta del Templo que se llama la Hermosa, para que pidiera limosna…” (Hechos 3:2). Cuando tienes un problema pertinaz, aunque estés en un lugar hermoso no puedes disfrutarlo.

2) Estaba muy cerca de la respuesta pero al mismo tiempo fuera de su alcance.
Todos los días se sentaba a la puerta del templo viendo como otros entraban y eran bendecidos. Pero por culpa de su condición física, La ley de Moisés le impedía hacer lo mismo. ¿Es ahí donde estás tú hoy; en la iglesia, pero incapaz de recibir lo que Dios tiene para ti? Cantas, oras y escuchas los sermones, pero siempre estás con el mismo problema?

3) Cuando llegó el momento de su liberación necesitó ayuda para aprovecharlo.
“Pero Pedro dijo:-…En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Entonces lo tomó por la mano derecha y lo levantó…” (Hechos 3:6-7). Este hombre no tenía motivos para pensar que ese día iba ser distinto. No sabía que Dios lo había marcado en su calendario como el día de su liberación. ¡Y éste puede ser tu día! “En el tiempo propicio te escuche, y en el día de salvación te socorrí…” (2 Corintios 6:2).

El tiempo propicio para ti es ahora. Pero no sucederá nada a menos que reconoz cas tu necesidad de Dios y te predispongas a recibir su ayuda. Eso implica ser firme en tu fe, abrirle el corazón, y proclamar las promesas de Dios en la situación que vives.

El Obrar De Dios Y La Biblia

“HABÍA UN HOMBRE, COJO DE NACIMIENTO, QUE ERA LLEVADO… CADA DÍA A LA PUERTA DEL TEMPLO…” (Hechos 3:2)
La Biblia relata: “Éste, cuando vio a Pedro y a Juan… les rogaba que le dieran limosna. Pero Pedro dijo: -No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Entonces lo tomó por la mano derecha y lo levantó. Al instante se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo…” (Hechos 3:3-8).

Esta historia hace surgir tres preguntas:

1) ¿Cuál es tu área débil?

Es importante que lo sepas, porque la debilidad en un área puede incidir negativamente en otras. Este hombre no tenía fuerza en los tobillos, aunque el resto era normal. Sin embargo esa discapacidad le impedía vivir una vida feliz. Todos nos debatimos con algo. “Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan” (1 Corintios 10:13 NTV).

2) ¿Cómo estás manejando esa debilidad?

Este hombre estaba a la puerta del templo pidiendo limosna. ¿Porque estás ahí? Tienes que saberlo, antes de poder levantarte y moverte. No te quedes ahí; le vántate y di: ‘Así soy ahora, pero por la gracia de Dios llegaré a ser otro’.
3) ¿Qué estás esperando? ¿Una “muleta” que te ayude a vivir con tu problema? ¿Una forma de evitar hacer lo necesario para estar completo?
Este hombre esperaba limosnas, no sanidad. Pero las limosnas no te van a levantar, y lo que es peor, cuando sólo te centras en lo que otros pueden hacer por ti, te perderás lo que Dios quiere hacer. Por el poder de Dios, este hombre se levantó y caminó. Tú también haz lo mismo.

“ENTONCES LO TOMÓ POR LA MANO DERECHA Y LO LEVANTÓ…” (Hechos 
3:7)

Unas observaciones importantes:

1) Pedro dejó que Dios le cambiará los planes.

“Pedro y Juan subían juntos al Templo a la hora novena, que era la de la oración” (Hechos 3:1). ¿Es importante la oración? ¡Por supuesto que es importante! Pero puedes estar tan inmerso en las actividades de la iglesia que pasas de largo de personas que están sufriendo sentadas a la puerta. Tienes que ser sensible a las necesidades de la gente, estar disponible para Dios y dispuesto a cambiar tus planes en el momento en que Dios te lo indique.

2) Pedro usó el Nombre que es mayor que cualquier problema.

“En el nombre de Jesucristo de Nazare t, levántate y anda” (Hechos 3:6). ¡Y anduvo! Pablo afirma: “…En el nombre de Jesús se doble toda rodilla… y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor…” (Filipenses 2:10-11). ¿Qué hay en un nombre? En este caso, ¡todo! En el Nombre de Jesús tiemblan los infiernos, el pecado es perdonado, la enfermedad sanada y los hábitos destructivos cambiados.

3) Pedro hizo algo más que orar; extendió una mano amiga.

“Entonces lo tomó por la mano derecha y lo levantó. Al instante se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo…” (Hechos 3:7-8).

Hoy estás rodeado de personas que necesitan ayuda para levantarse espiritual, emocional, física y económicamente. Alcánzalos en amor y levántalos. No tienes que pasar el resto de tu vida ayudándoles; nada más requieren una mano que les ayuden a dar los primeros pasos, y alguien que les presente a Aquél que todo lo puede y quiere satisfacer sus necesidades. Dios usó a Pedro para llevar liberación a este hombre, y te usará también a ti. Debes estar listo.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

En medio de la tormenta

 

 

 

La tormenta puede ser definida como un fenómeno meteorológico producido por vientos fuertes, como una tempestad de corta duración y especialmente violenta que en ocasiones y dependiendo de su magnitud, puede causar grandes desastres.
Hace más de dos mil años atrás, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: 
«Crucemos al otro lado del lago». Así que dejaron a las multitudes y salieron con Jesús en la barca. Pronto se desató una tormenta feroz y olas violentas entraban en la barca, la cual empezó a llenarse de agua. Jesús estaba dormido en la parte posterior de la barca, con la cabeza recostada en una almohada. Los discípulos lo despertaron diciendo: « ¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?». Cuando Jesús se despertó, reprendió al viento y dijo a las olas: «¡Silencio! ¡Cálmense!». De repente, el viento se detuvo y hubo una gran calma. Luego Él les preguntó: ¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía no tienen fe?. Marcos 4:35-40 (NTV)

Muchas veces hemos escuchado o leído: “Después de la tormenta viene la calma” Aunque no lo creas esta es una gran verdad extraída de la Biblia, las tormentas jamás permanecerán para siempre ni serán eternas.

Así como pasan tormentas en el mundo, Dios permite que pasemos tormentas en nuestra vida, cuando aceptaste a Jesús en tu corazón como tu único Señor y Salvador, Él te subió a la barca, en un viaje maravilloso. Eso no significa que ya no tendrás problemas o desafíos; sino que Jesús jamás te dejará solo o te abandonará en medio de una crisis.

Él siempre irá contigo en la misma barca, protegiéndote, ayudándote y escuchándote. Cuando pases un problema no pienses que Dios te ha abandonado o que está lejos de ti. Lo que sucede es que Él nos prueba para ver a quién vamos a recurrir o cómo vamos a reaccionar frente a determinadas situaciones.

“No temas ni te desalientes, porque el propio Señor irá delante de ti. Él estará contigo; no te fallará ni te abandonará.” Deuteronomio 31:8 (NTV)

Así como los discípulos buscaron a Jesús en medio de una tormenta, acude tú también a Él, creyendo que va a escucharte, a silenciar y calmar tus problemas. Por muy crítica que sea tu situación, recuerda que tienes un Dios todopoderoso que bendice a los que esperan en Él.

 

 

 

Diego Jora 
CVCLAVOZ