2 Tesalonicenses 2:9

La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

La venida del Señor y el hombre de pecado

 

 

Pero con respecto a la venida[a] de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con El, os rogamos, hermanos, que no seáis sacudidos fácilmente en vuestro modo de pensar[b], ni os alarméis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día del Señor ha llegado. Que nadie os engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado[c], el hijo de perdición, el cual se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o esobjeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios[d], presentándose como si fuera Dios. ¿No os acordáis de que cuando yo estaba todavía con vosotros os decía esto?Y vosotros sabéis lo que lo detiene por ahora, para ser revelado a su debido tiempo.Porque el misterio de la iniquidad[e] ya está en acción, sólo que aquel que por ahora lo detiene, lo hará hasta que él mismo sea quitado de en medio. Y entonces será revelado ese inicuo[f], a quien el Señor matará con el espíritu[g] de su boca, y destruirá con el resplandor[h] de su venida[i]inicuo cuya venida[j] es conforme a la actividad[k] de Satanás, con todo poder y señales[l] y prodigios mentirosos[m]10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, porque no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto Dios les enviará[n] un poder engañoso[o], para que crean en la mentira[p]12 a fin de que sean juzgados[q] todos los que no creyeron en la verdad sino que se complacieron en[r] la iniquidad.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

REFLEXION

DEVOCIONAL DIARIO – NO MIRE A LA TEMPESTAD
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Devocional Cristiano

 

 



Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? . Mateo 14:30-31

El diablo hará cualquier cosa para que usted quite sus ojos de la Palabra de Dios. 

Por ejemplo, causará problemas en su vida, agitará las cosas de tal manera que su situación sea como un bote de remos en una temepestad, hará lo que pueda para que usted ponga sus ojos en el mundo físico y en la situación que lo rodea y no en las promesas de Dios. 

Él sabe que si no logra ese cometido, usted podrá valerse de las promesas de Dios para derrotarlo.

Esa táctica fue la que Satanás utilizó contra Pedro. Cuando Pedro saltó de la barca en obediencia a la palabra de Jesús, ¿qué sucedió después?: él anduvo sobre las aguas sin ningún problema. 

Cuando Jesús le dijo “ven”, él se aferró a esa palabra y saltó al agua. Pero cuando quitó sus ojos de esa palabra y los volvió a la tempestad, se puso a pensar que lo que él estaba haciendo no podía ser posible; después de todo, él era pescador. 

Todos sus conocimientos y toda su experiencia le decían que cuando las olas y el viento eran tan fuertes, él sería arrastrado por ellas. 

Él empezó a fijarse en lo que sabía del mundo natural en lugar de lo que Jesús le había dicho, entonces su fe le faltó y él empezó a hundirse.

No permita que eso le suceda a usted. Una vez que reciba alguna revelación de la Palabra de Dios, aférrese a ella y no se fije en nada más porque el diablo hará cualquier cosa para que usted desista de ella: agitará las cosas a su alrededor, tratará de infundirle temor y traerá a su memoria cosas del pasado para hacerle pensar como lo hacía antes en la vida vieja.

Pero no ceda. 

Fije su mira en la Palabra de Dios hasta que sea más real que cualquier otra cosa, y podrá andar sobre las aguas sin ningún problema.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

Promesas – Domínese Usted mismo

en lugar de dominar al mundo.

¡El mundo interior es verdaderamente la frontera más dura!

 

 



Tito 2:6
Asimismo, exhorta a los jóvenes
a que sean prudentes.

1 Tesalonicenses 5:6
Por tanto, no durmamos como los demás, sino estemos alerta y seamos sobrios.

1 Timoteo 5:1
No reprendas con dureza al anciano, sino, más bien, exhórta lo como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos,