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Éxodo 4:19 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

Moisés regresa a Egipto

18 Moisés se fue y volvió a casa de su suegro Jetro[l], y le dijo: Te ruego que me dejes ir para volver a mis hermanos que están en Egipto, y ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz. 19 Y el Señor dijo a Moisés en Madián: Ve, vuelve a Egipto, porque han muerto todos los hombres que buscaban tu vida. 20 Moisés tomó su mujer y sus hijos, los montó sobre un asno y volvió a la tierra de Egipto. Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano. 21 Y el Señor dijo a Moisés: Cuando vuelvas[m]a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón de modo que no dejará ir al pueblo. 22 Entonces dirás a Faraón: “Así dice el Señor: ‘Israel es mi hijo, mi primogénito. 23 ‘Y te he dicho: “Deja ir a mi hijo para que me sirva”, pero te has negado a dejarlo ir. He aquí, mataré a tu hijo, a tu primogénito.’”

24 Y aconteció que en una posada en el camino, el Señor le salió al encuentro y quiso matarlo. 25 Entonces Séfora tomó un pedernal, cortó el prepucio de su hijo y lo echó a los pies de Moisés[n], y dijo: Tú eres, ciertamente, un esposo de sangre para mí. 26 Y Dios lo dejó[o]. Ella había dicho entonces: Eres esposo de sangre, a causa de[p] la circuncisión.

27 Y el Señor dijo a Aarón: Ve al encuentro de Moisés en el desierto. Y él fue y le salió al encuentro en el monte de Dios, y lo besó. 28 Y contó Moisés a Aarón todas las palabras del Señor con las cuales le enviaba, y todas las señales que le había mandado hacer. 29 Entonces fueron Moisés y Aarón y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel; 30 y Aarón habló todas las palabras que Dios había hablado a Moisés. Estehizo entonces las señales en presencia del pueblo, 31 y el pueblo creyó. Y al oír que el Señor había visitado a los hijos de Israel y había visto su aflicción, se postraron y adoraron.

 

 

LUN ENCUENTRO CON LA PALABRA
 

REFLEXION

LA FE VIENE POR VIVIR EN LA NORMALIDAD DE DIOS
Publicado por: Edgardo Tosoni en Cristianos, Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales 1 Comentario


La Fe Viene Por Vivir en la Normalidad de Dios


¿Hasta dónde es el límite de lo normal y lo anormal?

Esa es la gran pregunta de nuestra sociedad, porque lo que para una persona es normal para otra puede ser anormal, y lo que al­guien considera represivo, para otro puede ser liberal. Debe­mos tener en cuenta que el objetivo del enemigo siempre será confundirnos entre lo normal y anormal.

Nuestra normalidad se basa en lo que Dios dice en su Palabra, porque esa es nuestra fe. Todo lo que Dios promete es lo normal para nosotros y todo lo que condena es anormal.

Para los que creemos en Dios, la normalidad pasa por nuestra fe.

Por ejemplo, si venís de una familia donde todos eran alcohó­licos o pobres, ésta ya no será tu realidad, es decir “tu normali­dad”, porque para los que estamos en Dios, todas las cosas son hechas nuevas, toda nuestra vida es hecha nueva.

Dios te prometió:

“Si alguno está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron son todas hechas nuevas.”

El gran desafío de Jesús fue tomar a doce “cabezas duras” (como eran los apóstoles), modificar su normalidad cultural, familiar, moral, estadística y enseñarles la normalidad de Dios.

Muchos pastores creyendo enseñar esa normalidad, trasmitie­ron sus valores personales, mezclando la cultura con la fe, pero al leer la Biblia, nos damos cuenta cuándo se trata de un valor cultural o cuándo de un principio de fe.

La Biblia dice: “Todo lo que pidas, Dios te lo dará”.

Tu normalidad es que Dios responda a todas tus oraciones, que todo lo que hagas te salga bien y camines de gloria en gloria.

Sin embargo, es necesario que sepas que existen grupos de los que tenés que salir física, emocional y espiritualmente; amigos de los cuales tenés que separarte. El Salmo 1 dice: “Feliz el que no anduvo en consejos de malos, en camino de malvados”.

Es decir, feliz el que no hace conexión, que no se junta con cier­tos grupos, con los ex-amigos que te arrastraban a lo malo.

Debés salir de allí y juntarte con aquellos que añaden valor a tu vida. El libro de Proverbios cita: “No te juntes con la gente que habla de más”.

Ahora declará vos: “No tengo mentalidad de grupo para lo malo sino para lo bueno, y mi normalidad no es lo que hacen todos, Dios me cambió”.

Paráte firme, hacé valer tu derecho de fe, determiná sobre tu vida: “Ustedes hagan lo que quieran pero yo hago lo que dicta mi corazón, y esa decisión merece respeto”.

En ciertos grupos es necesario poner límites; pero de otros, es mucho mejor irse. Unite a grupos de fe, porque así como lo malo quiere enfermarte y contagiarte, también la fe se contagia, te libera y te sana.

Las bendiciones más grandes vendrán en grupo, y nos unimos en la iglesia para que pasen cosas grandes y dejemos huella en los próximos años.

Mateo 14:14-20. Felipe era el encargado de la logística de los doce, por eso, cuando iban a un lugar él se encargaba de repartir la comida. Tenía un nombre griego, y como tal era analítico, racional, me­dido, lógico; decía: “Si lo veo lo creo, si no lo puedo contar no existe”.

Sin embargo, cuando se convirtió lo primero que hizo Jesús fue enseñarle a salir de su mente analítica y entrar en la normali­dad de Dios, que es la fe.

Le dijo: “Felipe ¿cómo haremos para alimentar a estos diez mil?” Jesús sabía que lo haría, no le estaba pidiendo un plan, pensó en enseñarle y quiso saber si había entendido.

Felipe le dijo: “Despídelos porque es tarde” (¿Por qué le dijo eso, con todos los milagros que había visto? ¿Dónde estaba su fe?)

Hay gente que pudo haber visto muchos milagros y aún duda. Eso le pasaba a Felipe.

Felipe somos todos aquellos que experimentamos los milagros y sin embargo no creemos. Pero vos y yo, aún estamos a tiempo de revertir esta historia.

Jesús quería enseñar que la fe era como la comi­da, se da y se come; la fe viene por comer.

Un día le dijeron: “Señor auméntanos la fe”. Y Él les dijo: “para mover montañas tenés que sembrar fe, porque la fe es como una semilla y para sembrarla debemos hablarla”.

¿Qué haremos entonces para dar de comer a nuestra fe? ¡Ha­blar victoria!

Las palabras, cuando las sembramos, son vasos espirituales que contienen emociones: amor, odio, ira, mansedumbre, todo lo que declaro tiene valor.

Por eso, cuando tus palabras están acompañadas por fe, a tra­vés de esa fe todo lo que quieras será posible y real. ¡Hablá palabras de fe!

Extracto del libro “60 Principios de Fe”

Por Bernardo Stamateas

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


¡De Cristo soy!

 

 

En varios países con un nuevo año comienza una nueva gestión escolar. Mi sobrino comienza el kínder, jardín o pre-escolar como se dice en otros países, lo que llamó mi atención fueron las recomendaciones que se hicieron con respecto a los materiales; por ejemplo, cada lápiz debe tener el nombre completo del pequeño para así evitar confusiones y la pérdida de sus materiales. Cada objeto que mi sobrino llevará a su kínder tendrá sus datos personales, es decir que él es el propietario.

Como seres humanos no tenemos una etiqueta que diga “Propiedad de” pero cuando aceptamos a Dios en nuestro corazón pasamos a ser de Él “y ustedes pertenecen a Cristo, y Cristo pertenece a Dios” 1 Corintios 3:23 (NTV).

¿Qué implica pertenecer a Cristo?

Significa que no somos dueños de nosotros mismos y tampoco somos del mundo en el que vivimos, somos de Cristo “Si vivimos, es para honrar al Señor, y si morimos, es para honrar al Señor. Entonces, tanto si vivimos como si morimos, pertenecemos al Señor” Romanos 14:8 (NTV).

¡Qué increíble saber que tenemos un Señor tan Majestuoso, Poderoso y Amoroso! No somos dueños de nosotros mismos pero por su amor gozamos de libertad, pero tampoco nos deja desprotegidos sino que a través de su palabra nos instruye para tomar el camino que debemos seguir si deseamos vivir con gozo, paz y plenitud.

Como somos de su propiedad gozamos de muchos privilegios, por ejemplo:

Protección, quién ama cuida y Dios tiene ese mismo trato con cada uno de nosotros “Pero en aquel día venidero, ningún arma que te ataque triunfará. Silenciarás cuanta voz se levante para acusarte. Estos beneficios los disfrutan los siervos del Señor; yo seré quien los reivindique. ¡Yo, el Señor, he hablado!” Isaías 54:17 (NTV).

Tenemos su amor que sobrepasa todo sentimiento humano, nos ama a pesar de nuestras faltas “Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia” Jeremías 31:3 (RVR1960).

Un nuevo comienzo, ¿Cuántos deseamos volver al pasado para tomar mejores decisiones y así disminuir o evitar las consecuencias de nuestros errores? “Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!” 2 Corintios 5:17 (NTV) Quizás sea imposible borrar tu pasado pero si puede darte una nueva oportunidad para mejorar tu presente y tu futuro.

El enemigo tratará hacerte de su propiedad o quizás ya lo haya logrado y te hizo esclavo del pecado pero recuerda que Dios es tu dueño original, único y verdadero. ¡Vuelve! Porque te está esperando para quitarte las cadenas que te atan y te lastiman.

Que tu mente, corazón y tus labios proclamen ¡De Cristo soy!

 

Judith Quisbert
CVCLAVOZ