Hechos 23:28

La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

Carta de Claudio Lisias a Félix

 

 

 

25 Y el comandante escribió una carta en estos términos:

26 Claudio Lisias, al excelentísimo gobernador Félix: Salud.

27 Cuando este hombre fue arrestado por los judíos, y estaba a punto de ser muerto por ellos, al saber que era romano, fui con las tropas y lo rescaté. 28 Y queriendo cerciorarme de la causa por la cual lo acusaban, lo llevé a su concilio 29 y hallé que lo acusaban sobre cuestiones de su ley, pero no de ningún[s] cargo que mereciera muerte o prisión[t].

30 Cuando se me informó de que había una conjura en contra del hombre, te lo envié enseguida, instruyendo también a sus acusadores que presenten los cargos[u] contra él delante de ti[v].

31 Así que los soldados, de acuerdo con las órdenes que tenían, tomaron a Pablo y lo llevaron de noche a Antípatris. 32 Y al día siguiente regresaron al cuartel dejando que los de a caballo siguieran con él, 33 los cuales, después de llegar a Cesarea y de entregar la carta al gobernador, le presentaron también a Pablo. 34 Cuando el gobernador la leyó, preguntó de qué provincia era; y al enterarse de que era de Cilicia, 35 dijo: Te oiré cuando estén presentes también tus acusadores. Y mandó que lo guardaran en el Pretorio[w] de Herodes.

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

Promesas – Cómo ser exitoso?

El secreto del éxito está en ser como un pato,
suave e imperturbable por arriba,
pero nadando siempre con fuerza
por debajo.

¡A veces podemos dar lo mejor de nosotros bajo duras
e inusitadas circunstancias!

1 Corintios 15:10
Antes bien he trabajado mucho más que todos ellos,
aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

Hace 20 minutos

REFLEXION

EL CRISTIANO MOVIDO POR EL ESPIRITU SANTO
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Cristianos, Devocional Cristiano, 

“Movido por el Espíritu, fue al templo. Cuando al niño Jesús lo llevaron sus padres para cumplir con la costumbre establecida por la ley, Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios.” Lucas 2:27-28

Simeón ya estaba cansado y viejo. Había vivido mucho y bien, pero los años no vienen solos. Seguía esperando la redención de Israel, y lo hacia con esperanza; pero sabía que le quedaba poco tiempo. Sin embargo, seguía confiando en Dios, quien le había prometido que no moriría sin antes haber visto al Mesías.

No sabemos cuando recibió de Dios esa promesa, ni como fue. 

Solo sabemos que este hombre justo y devoto, llegó al final de sus días esperando ver la promesa.

Iba regularmente al templo a ofrecer sus holocaustos y ofrendas y seguramente, en cada visita buscaba descubrir lo que anhelaba su alma. 

Pero regresaba a casa siempre con la desilusión de no haberlo podido ver.

¿Cuántas veces habrá esperado un rato largo en la puerta del templo mirando a todos los que entraban para ver si era el Escogido?

No lo se, pero seguramente habrán sido muchas. Y siempre el final era el mismo. Nada.

Pero ese día algo diferente había. 

El Espíritu lo movió para ir al templo.

Fue un impulso.

Tal vez sintió algo similar antes, pero no estaba seguro.

¿Y si era solo su deseo de que la promesa se cumpla?

¿Y si iba nuevamente al templo para volver frustrado? 

¿Y si lo que había sentido era un error?

Estaba cansado, el viaje era largo y tenía que caminar mucho. 

Pero Simeón salió de su casa con paso firme y fue al templo.

Y como otras tantas veces, comenzó a buscar sin saber que estaba buscando.

Y cuando José y María aparecieron en el templo con el niño en brazos, Simeón los vio y supo. 

No le hacía falta preguntar nada, su corazón se acelero, la emoción casi le nublaba la vista.

Con rapidez se abrió paso entre los cientos de personas que ingresaban al templo y encaró directamente a los padres del pequeño. 

Sin pedir permiso tomó al niño y llorando de emoción, bendijo a Dios.

Si se hubiera quedado en casa se perdía de ver al Mesías. Dios quiere moverte hoy, quiere bendecirte en su Casa.

¿Vas a venir?

REFLEXIÓN — Movete al son de Dios.

 

 



Un gran abrazo y bendiciones

Dany