2 Corintios 1:5

 

 

 

 

Saludo

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo:

A la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya:Gracia y paz a vosotros de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

 

 

El Dios de toda consolación

 

 

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios. Porque así como los sufrimientos de Cristo son nuestros en abundancia[a], así también abunda nuestro consuelo por medio de Cristo. Pero si somos atribulados, es para vuestro consuelo y salvación; o si somos consolados, es para vuestro consuelo, que obra al soportar las mismas aflicciones que nosotros también sufrimos. Y nuestra esperanza respecto de vosotros está firmemente establecida, sabiendo que como sois copartícipes de los sufrimientos, así también lo sois de la consolación. Porque no queremos que ignoréis, hermanos, acerca de nuestra aflicción sufrida[b] en Asia[c], porque fuimos abrumados sobremanera, más allá de nuestras fuerzas, de modo que hasta perdimos la esperanza de salir con vida. De hecho[d], dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos, 10 el cual nos libró de tan granpeligro de muerte y nos librará, y en quien hemos puesto nuestra esperanza de que El aún nos ha de librar, 11 cooperando también vosotros con nosotros con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don que nos ha sido impartido por medio de las oraciones de muchos.

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

 

Promesas – No tengas miedo de nada…

 



A veces los problemas son tantos que sentimos que no hay escapada, pero Dios ha prometido que:

Yo soy tu refugio y tu fuerza,
soy tu poderoso defensor en el peligro.
Por eso no temas aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar. Salmo 45

Salmos 3:3
Mas tú, oh SEÑOR, eres escudo en derredor mío, mi gloria, y el que levanta mi cabeza.

Salmos 18:2
El SEÑOR es mi roca, mi baluarte y mi libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable.

Salmos 28:7
El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en El confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico.

Salmos 119:114
Tú eres mi escondedero y mi escudo; en tu palabra espero.

Salmos 144:2
Misericordia mía y fortaleza mía, mi baluarte y mi libertador, escudo mío en quien me he refugiado, el que sujeta a mi pueblo debajo de mí.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

 

REFLEXION

La fórmula de la triple ‘A’
Publicado por Devocionales 

 

 

 



“…SI HAY… ALGO DIGNO DE ALABANZA, EN ESTO PENSAD” (Filipenses 4:8b)

Considerar lo que nos va bien en la vida es una buena forma de mantener una actitud de agradecimiento.

Cuando un accidente dejó a Will Mitchell con quemaduras que le desfiguraron, decidió centrarse en la vida, y no en las heridas.

Se embarcó en una carrera profesional exitosa, y aunque había perdido los dedos, completó el entrenamiento para pilotar una avioneta.

Luego, volando entre Colorado y California, el hielo en las alas hizo que se estrellara.

Paralizado de la cintura para abajo (¡y tú pensabas que tenías problemas!), Mitchell se deprimió por tener que pasar el resto de su vida en una silla de ruedas. 

Mientras estaba en rehabilitación, una amiga le llamó para animarle y le dio el mismo consejo que él le había dado a ella anteriormente:

No importa lo que te pase, ¡lo importante es lo que decides hacer con ello!

La Biblia dice: “…si hay… algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8b).

O bien puedes decidir quedarte estancado en el problema o considerar las posibilidades. Mitchell hizo lo último y adoptó la fórmula de la triple ‘A’:

(a) Adaptarte a lo que ha ocurrido;
(b) Apreciar lo que puedes aprender de ello;
(c) Aceptar las oportunidades que presenta.

Desde entonces, Will Mitchell se convirtió en político, encontró el amor y ha dado charlas de motivación en la radio y la televisión.

Dice: “Antes de estar paralizado había diez mil cosas que podía hacer; ahora hay nueve mil.

¿Tengo que concentrarme en las mil cosas que no puedo hacer o en las nueve mil formas en las que la vida es buena todavía? 

Alégrate; hay un propósito para tu problema, ¡y uno aun mayor más allá de él!