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Lamentaciones 3:5,14  La Biblia de las Américas (LBLA)

Lamentación del afligido

Yo soy el hombre que ha visto la aflicción
bajo la vara de su furor.
El me ha llevado y me ha hecho andar
en tinieblas y no en luz.
Ciertamente contra mí ha vuelto y revuelto
su mano todo el día.
Ha hecho que se consuman mi carne y mi piel,
ha quebrado mis huesos.
Me ha sitiado[a] y rodeado
de amargura[b] y de fatiga.
En lugares tenebrosos me ha hecho morar,
como los que han muerto hace tiempo.
Con muro me ha cercado y no puedo salir,
ha hecho pesadas mis cadenas[c].
Aun cuando clamo y pido auxilio,
El cierra el paso a mi oración.
Ha cerrado[d] mis caminos con piedra labrada,
ha hecho tortuosos mis senderos.
10 El es para mí como oso en acecho,
como león en lugares ocultos.
11 Ha desviado mis caminos y me ha destrozado,
me ha dejado desolado.
12 Ha entesado su arco
y me ha puesto como blanco de la flecha.
13 Hizo que penetraran en mis entrañas[e]
las flechas[f] de su aljaba.
14 He venido a ser objeto de burla de todo mi pueblo,
su copla todo el día.
15 El me ha llenado de amargura,
me ha embriagado con ajenjo.
16 Ha quebrado con guijarro mis dientes,
ha hecho que me revuelque en el polvo.
17 Y mi alma ha sido privada[g] de la paz,
he olvidado la felicidad[h].
18 Digo, pues: Ha perecido mi vigor,
y mi esperanza que venía del Señor.

19 Acuérdate de mi aflicción y de mi vagar[i],
del ajenjo y de la amargura[j].
20 Ciertamente lo recuerda y se abate
mi alma dentro de mí.
21 Esto traigo a mi corazón,
por esto tengo esperanza:
22 Que las misericordias del Señor jamás terminan[k],
pues nunca fallan sus bondades;
23 son nuevas cada mañana;
¡grande es tu fidelidad!
24 El Señor es mi porción —dice mi alma—
por eso en El espero.
25 Bueno es el Señor para los que en El esperan,
para el alma que le busca.
26 Bueno es esperar en silencio
la salvación del Señor.
27 Bueno es para el hombre llevar
el yugo en su juventud.
28 Que se siente solo y en silencio
ya que El se lo ha impuesto;
29 que ponga su boca en el polvo,
quizá haya esperanza;
30 que dé la mejilla al que lo hiere;
que se sacie de oprobios.
31 Porque no rechaza para siempre el Señor,
32 antes bien, si aflige, también se compadecerá
según su gran misericordia.
33 Porque El no castiga por gusto[l],
ni aflige a los hijos de los hombres.
34 Aplastar bajo los[m] pies
a todos los prisioneros de un país,
35 privar del[n] derecho a un hombre
en presencia del Altísimo,
36 defraudar[o] a un hombre en su litigio:
estas cosas no aprueba[p] el Señor.
37 ¿Quién es aquel[q] que habla y así sucede,
a menos que el Señor lo haya ordenado?
38 ¿No salen de la boca del Altísimo
tanto el mal como el bien?

39 ¿Por qué ha de quejarse el ser viviente?
¡Sea valiente frente a sus pecados!
40 Examinemos nuestros caminos y escudriñémoslos,
y volvamos al Señor;
41 alcemos nuestro corazón en nuestras manos[r]
hacia Dios en los cielos.
42 Nosotros hemos transgredido y nos hemos rebelado;
tú no has perdonado.
43 Te has cubierto de ira y nos has perseguido;
has matado y no has perdonado.
44 Te has cubierto de una nube
para que no pase la oración.
45 Basura y escoria nos has hecho
en medio de los pueblos.
46 Han abierto su boca contra nosotros
todos nuestros enemigos.
47 Terror y foso nos han sobrevenido,
desolación y destrucción.
48 Arroyos de agua derraman mis ojos
a causa de la destrucción[s] de la hija de mi pueblo.
49 Mis ojos fluyen sin cesar,
ya que no hay descanso
50 hasta que mire y vea
el Señor desde los cielos.
51 Mis ojos causan dolor a mi alma
por todas las hijas de mi ciudad.
52 Constantemente me han dado caza como a un ave
mis enemigos, sin haber causa;
53 silenciaron mi vida en la fosa,
pusieron piedra[t] sobre mí.
54 Cubrieron las aguas mi cabeza,
dije: ¡Estoy perdido!
55 Invoqué tu nombre, oh Señor,
desde la fosa más profunda.
56 Tú oíste mi voz: No escondas
tu oído a mi clamor, a mi grito de auxilio.
57 Te acercaste el día que te invoqué,
dijiste: No temas.
58 Tú has defendido, oh Señor, la causa de mi alma,
tú has redimido mi vida.
59 Tú has visto, oh Señor, mi opresión,
juzga mi causa.
60 Has visto toda su venganza,
todas sus tramas contra mí.
61 Has oído sus oprobios, oh Señor,
todas sus tramas contra mí;
62 los labios de mis agresores y sus murmuraciones
están contra mí todo el día.
63 Se sienten o se levanten, míralos,
yo soy el objeto de su copla.
64 Tú les darás su pago, oh Señor,
conforme a la obra de sus manos.
65 Les darás dureza[u] de corazón,
tu maldición será sobre ellos.
66 Los perseguirás con ira y los destruirás
de debajo de los cielos del Señor.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Temas Cristianos – Déjale saber a Dios.

Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocional para Jovenes 6 Comentarios


Tema Cristiano – Déjale saber a Dios…

A través de los días pasamos por tantas situaciones, que hasta olvidamos acercarnos para tener un momento con Dios y contarle nuestros problemas y nuestro sentir. Es en este tiempo que El en realidad necesita y desea que simplemente le confiemos todo. El Señor anhela que vayas en oración a él.

Muchas veces he estado con personas que piensan que no saben orar, tal vez porque piensan que orar conlleva un método específico o se debe de hacer con muchas palabras hermosas que hemos escuchado hablar por otros labios, pero, en realidad la oración es la más íntima de las comunicaciones que cualquier ser humano pueda tener, es en esta privacidad que podemos desahogarnos de las necesidades más profundas que tenemos, de nuestros verdaderos sentimientos y nuestros deseos. Es en la oración que podemos tener una relación íntima con nuestro PAPA, que nos muestra todo su amor y nos provee de los recursos que necesitamos en este determinado momento.

Deseamos que Dios siempre cumpla con las oraciones que le hacemos a Él, que muchas de estas son realmente caprichos propios, pero créeme que debemos tener la certeza y confianza de que Dios responderá a nuestra suplica cuando nosotros en realidad nos sometamos a su voluntad para nuestra vida. Nuestra oración debe estar acompañada de tener el deseo sincero de obedecer a Dios con nuestros actos.

A veces nos sucede como le sucedió al apóstol Pablo, Dios no contesta con lo que deseábamos, pero si con algo mucho mejor. “Respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad…” 2Corintios 12:8-9 (RV 1960)

Déjale saber hoy a Dios lo que te preocupa y cuéntale todo a Él en oración, dile como te sientes, lo que piensas y pídele su dirección y su orientación. Solo a través de este hablar con Dios, es que El puede echar fuera toda la duda de tu vida. Solo El te podrá entender y no señalar.

Dios te bendiga,

Por Esmeralda Arroyo

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


¿Volver atrás?

Cuando oímos la historia de Sodoma y Gomorra, no podemos evitar recordar a la familia de Lot y en especial a su esposa, que si bien no se la llama por un nombre propio, sus acciones la llevaron a ser mencionada en la Biblia, Génesis 19:26 dice: “pero la esposa de Lot miró hacia atrás mientras lo seguía y quedó convertida en una estatua de sal.” (NTV)

Esta mujer recibió la misericordia de Dios porque salió a tiempo de la ciudad, antes de que fuera destruida, recibió una oportunidad de vida pero porque amaba lo que dejaba, perdió la vida.

Al igual que esta mujer, hoy muchos se encuentran mirando lo que dejaron atrás; es triste ver cómo aquellos que un día fueron limpiados y transformados en Cristo, vuelven a hacer lo mismo que hacían en el pasado.

El pueblo de Israel, cuando fue liberado de Egipto, mientras caminaba por el desierto comenzó a extrañar los alimentos y todo lo que tenían cuando eran esclavos y eso tuvo consecuencias, “Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.” Números 14:35 (NTV).

No mires lo que un día tuviste o fuiste, en Cristo tienes una nueva oportunidad para andar en lo correcto. Bien sabemos que el enemigo anda como león buscando su presa para devorar y en los momentos más complicados de tu vida tratará de susurrarte al oído esta palabra: “vuelve”; si lo haces será el principio de tu perdición.

Avanza y no te detengas en este camino de la fe, habrá obstáculos y razones para extrañar lo que dejaste, pero te animo a mantener tu mirada firme en Dios.


Judith Quisbert

CVCLAVOZ