Mateo 1:24

La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

Nacimiento de Jesucristo

 

 

18 Y el nacimiento de Jesucristo fue como sigue. Estando su madre María desposada[i] con José, antes de que se consumara el matrimonio[j], se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo. 19 Y José su marido, siendo un hombre justo y no queriendo difamarla, quiso abandonarla[k] en secreto. 20 Pero mientras pensaba en esto, he aquí que se le apareció en sueños un ángel del Señor, diciendo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque el Niño[l] que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo. 21 Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados. 22 Todo esto sucedió[m] para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta, diciendo: 23 He aqui, la virgen concebira y dara a luz un hijo, y le pondran por nombre Emmanuel, que traducido significa: Dios con nosotros. 24 Y cuando despertó[n] José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer; 25 y la conservó virgen[o] hasta que dio a luz un hijo[p]; y le puso por nombre Jesús.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

Promesas – Amor Propio

El amor propio es vital para toda persona.

Propóngase en su corazón elevar el respeto y la autoestima
en otros.

¡Haciendo eso, logrará más respeto para usted mismo!

 

 



Eclesiastés 1:3-4
Una generación va y otra generación viene,
más la tierra permanece para siempre.

Eclesiastés 3:17
Yo dije en mi corazón: al justo como al impío juzgará Dios, porque hay un tiempo para cada cosa y para cada obra.

Eclesiastés 8:6
Porque para cada deleite hay un tiempo y un modo, aunque la aflicción del hombre sea mucha sobre él.

Eclesiastés 3:1
Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo:

Eclesiastés 8:6
Porque para cada deleite hay un tiempo y un modo, aunque la aflicción del hombre sea mucha sobre él.

 

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

REFLEXION

OBEDECIENDO POR AMOR

 

 

 

 




“Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos”. 1 juan 5:3

A veces escuchamos a los jóvenes decir que los mandamientos han pasado de moda.

Por el contrario Dios nos entregó sus estatutos, para que podamos vivir de manera fructífera, alcanzando verdadera realización en nuestra vida.

Estos mandatos implican límites para el ser humano, definiendo lo que le agrada y lo que no, cumpliéndolos podemos vivir una vida de acuerdo a su diseño.

A muchos jóvenes les cuesta cumplir con el mandamiento de no fornicar, pues muchos de ellos se dejan llevar por sus emociones, argumentando que es muy difícil obedecerlo, ya que reciben gran presión de parte de la sociedad, instándolos a hacer lo que todo el mundo hace.

Dios sabe lo que sus hijos necesitan. Los padres establecen normas para la crianza de sus hijos, según el caso, mas o menos estrictas, pero sabemos que aunque no siempre son simpáticas, ellas ayudan en el crecimiento.

Los padres terrenales saben dar buenas dadivas a sus hijos y las reglas que establecen son para establecer una sana convivencia en paz y armonía.

De tal manera se genera un ambiente en que cada miembro de la familia, desarrolla su máximo potencial.

Nuestro padre celestial, en su perfecta sabiduría, ha determinado reglas que deben ser respetadas en nuestra familia, ya que de ser así, resultaran en nuestro bienestar.

Quizás pienses que es muy difícil, seguir los mandatos que Dios nos ha dado, pero cuando realmente lo amas, obedecerle no resulta algo gravoso.

La obediencia a la Palabra de Dios, siempre traerá bendición a tu vida.

Pero esto implica renuncias y decisiones valientes.

¿Cómo quieres vivir tu vida, a tu manera o respetando los mandatos de Dios?

El nos hizo libres, con capacidad de tomar nuestras propias decisiones, pero al mismo tiempo, nos dio su diseño para que podamos vivir de tal manera que El se agrade de nosotros.