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Éxodo 1:11 La Biblia de las Américas (LBLA)

Opresión de los israelitas en Egipto

 

 

 

Estos son los nombres de los hijos de Israel que fueron a Egipto con Jacob; cada uno fue con[a] su familia: Rubén, Simeón, Leví y Judá; Isacar, Zabulón y Benjamín; Dan, Neftalí, Gad y Aser. Todas las personas[b] que descendieron[c] de Jacob fueron setenta[d] almas. Pero José estaba ya en Egipto. Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación. Pero los hijos de Israel fueron fecundos y aumentaron mucho[e], y se multiplicaron y llegaron a ser poderosos[f] en gran manera, y la tierra se llenó de ellos.

Y se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no había conocido a José; y dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y más fuerte que nosotros. 10 Procedamos, pues, astutamente con él no sea que se multiplique, y en caso de guerra[g], se una también con los que nos odian y pelee contra nosotros y se vaya[h] de la tierra. 11 Entonces pusieron sobre ellos capataces[i] para oprimirlos con duros trabajos[j]. Y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramsés. 12 Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y más se extendían[k], de manera que los egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel. 13 Los egipcios, pues, obligaron a los hijos de Israel a trabajar duramente, 14 y les amargaron la vida con dura servidumbre enhacer barro[l] y ladrillos y en toda clase de trabajo del campo; todos sus trabajos se los imponían[m] con rigor.

15 Y el rey de Egipto habló a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y la otra Puá, 16 y les dijo: Cuando estéis asistiendo a las hebreas a dar a luz, y las veáis sobre el lecho del parto[n], si es un hijo, le daréis muerte, pero si es una hija, entonces vivirá. 17 Pero las parteras temían[o] a Dios, y no hicieron como el rey de Egipto les había mandado[p], sino que dejaron con vida a los niños. 18 El rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, y habéis dejado con vida a los niños?19 Respondieron las parteras a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias, pues son robustas y dan a luz antes que la partera llegue a ellas. 20 Y Dios favoreció a las parteras; y el pueblo se multiplicó y llegó a ser muy poderoso[q]. 21 Y sucedió que por haber las parteras temido[r] a Dios, El prosperó sus[s] familias[t]. 22 Entonces Faraón ordenó a todo su pueblo, diciendo: Todo hijo que nazca[u] lo echaréis al Nilo, y a toda hija la dejaréis con vida.

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

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REFLEXION

¿Cuál Es Tu Sueño?
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0

 

 

 

..LA FE SIN OBRAS ESTÁ MUERTA… (Santiago 2:20)

Cuando “sueñas”, te acercas a la forma que Dios tiene de ver las cosas, porque ves más allá de tus limitaciones; te mueves desde donde estás hacia donde Él quiere que estés; empiezas a ver tus objetivos en su estado final. No te pregunto si puedes “soñar”, pero ¿tienes el valor para actuar consecuentemente? Si tu “sueño” no te “estira” al punto de sentirte incómodo, probablemente no es del Señor.

Además, Él no te va a sacar de tu “sueño” milagrosamente para dejarte acto seguido en su cumplimiento. El pueblo de Israel soñaba con vivir en la Tierra Prometida. Pero la única manera para llegar allí era a través del desierto. Así aprendemos a (a) confiar diariamente en Dios para recibir el “maná” que necesitamos; (b) descubrir su poder en las “situaciones del Mar Rojo” de nuestras vidas (lee Éxodo 13,15); (c) ser guiados por Él cuando no haya señales claras; (d) levantarnos cada mañana con nuestros ojos fijados en el destino, moviéndonos continuamente hacia ese propósito; (e) negar ser como los que se quejan y nunca salen del “desierto”.

Ahora bien, recuerda esta advertencia: siempre habrá alguien que tratará de robar tu “sueño”, ¡siempre! A menudo será una persona que nunca ha tenido un solo “sueño”, o si lo tuvo, lo abandonó. Incluso podría ser un miembro de tu familia, que te recordará siempre de lo que el Señor no pudo o no quiso hacer en el pasado a través de alguien como tú. ¿Con qué “sueñas”? ¿Qué te ha mostrado Dios que aún no existe? Nunca vas a “soñar” más que lo que el Señor puede realizar, porque Él “…es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos…” (lee Efesios 3:20).


“TUVO JOSÉ UN SUEÑO…” (Génesis 37:5)

Persigue el “sueño” que Dios te ha dado, no importa lo exagerado que pueda parecer, ya que los “sueños” son como tus hijos: son tu “descendencia”. Son la alegría de tu presente y la esperanza de tu futuro. Protégelos. Aliméntalos.

Anímalos a crecer, porque mientras tengas un “sueño”, nunca envejecerás. A pesar de la traición de parte de sus hermanos (lee Génesis 37:18-32), el intento de seducción por la esposa de Potifar (lee Génesis 39:8b-9) y su encarcelamiento erróneo (versículo 20), el sueño de José (lee 37:5-8) lo llevó todo el camino hasta su destino como gobernador de Egipto (lee 41:33). Ahora bien, estamos hablando de los sueños dados por el Señor que condujeron a resultados que Le honraron a Él, y no de ambición egoísta. Pablo escribió: “En Él asimismo tuvimos herencia… a fin de que seamos para alabanza de su gloria…” (Efesios 1:11-12). Dios tiene un “sueño” para ti y si lo buscas, Él te lo revelará. Pero cuando lo hace, recuérdate de tres cosas:

(1) Los “sueños” son específicos, y no generales; son personales, y no públicos.

El Señor no dará tu “sueño” a otra persona, te lo dará a ti. Es posible que lo confirme mediante otros, pero te lo revelará a ti. Y cuando lo haga, no lo compartas con la gente errónea, o te harás daño. Como los hermanos de José, no serán capaces de manejarlo, sobre todo si no les incluye a ellos.

(2) Por lo general, los “sueños” están fuera de la “orbita” de lo esperado. A menudo, tu “sueño” causará que la gente “sensata” diga: ¡Estás bromeando!.

Recuerda, es sólo su opinión, y no la de Dios; con Él “todas las cosas son posible” (lee Mateo 19:26).

(3) Los “sueños” separan los ganadores de los perdedores.

Los “soñadores” siempre son una minoría. Los que “andan por vista” siempre serán más que los que “andan por fe”. Así que, sigue adelante con el “sueño” que el Señor te ha dado.

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

Chasquis

 

 

Es una palabra en quechua (idioma nativo de los pueblos que conformaban el imperio del Tahuantinsuyu) que significa correo o persona de relevo. Normalmente se trataba de un joven encargado de llevar diligencias, mensajes u objetos para el Inca (rey de todo el Imperio).

Estos jóvenes mensajeros eran personas diestras, atléticamente preparados desde que eran pequeños y normalmente hijos de las personas de confianza al emperador. No cualquiera podía tener el honor de ser nombrado para esa tarea.
Siempre llevaban un pututu (trompeta de caracol), para anunciar su llegada, una vara y un látigo hecho con cuero para defenderse en el camino. También llevaba un quipu (zarcillo de cuerdas donde se codificaba la información) y un gorro hecho con plumas como distintivo.

El imperio abarcaba una distancia de 5,424.2 Kilómetros, desde Quito Ecuador hasta Santiago de Chile. En tiempos de guerra el equipo de Chasquis debía entregar mensajes de extremo a extremo a pie debido a que en esa parte del mundo, los caballos no eran algo que se podían encontrar fácilmente.

Los viajes eran largos y extensos, muchas veces en solitario y cuando caía la noche, debían resguardarse en cuevas para dormir y descansar por el largo recorrido. Aunque el camino era pedregoso y podían toparse con varios peligros, el mensaje siempre llegaba a su destino.

El apóstol Pablo recorrió en sus viajes misioneros una distancia aproximada de 53.000 Kilómetros, para llevar un mensaje: “El sacrificio de Jesús y la salvación como regalo de Dios.”

Durante los tres viajes misioneros que están registrados históricamente a través de la biblia, podemos notar que el insigne Apóstol recorrió una cantidad impresionante de lugares: Roma, Chipre, Grecia, Antioquia, Éfeso, Fenice, etc. Durante estos viajes atravesó varias dificultades y contratiempos, algunos registrados en la biblia y otros mencionados quizás con menos detalle, pero ninguno de esos contratiempos era más grande que su pasión por llevar el evangelio y que su obediencia a Dios.

Hoy en día contamos con facilidades electrónicas y con medios para transportar mensajes de un lugar a otro en cuestión de segundos, pero aun así mucha gente no ha escuchado el mensaje de salvación.

Mateo 28:19-20 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”

La gran comisión nos convierte en mensajeros de Dios, en portadores de buenas noticias con la misión de llevar el regalo de salvación a todas las personas en el mundo.

Conviértete en el mensajero (Chasqui), para alguien que está al rededor tuyo y que no conoce a Dios como tú en este momento. Si eres portador de las buenas nuevas del evangelio, es porque también eres el indicado para llevar el mensaje de Salvación.

 

 

 

 

 

 

Héctor Colque
CVCLAVOZ