http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/
http://unencuentroconlapalbra.blogspot.com.co/
https://www.facebook.com/unencuentroconlapalbra
http://www.amigosporisrael.org/
7 ¿No
está el hombre obligado a trabajar[a] sobre la
tierra?
¿No son sus días como los días de un jornalero?
2 Como esclavo que
suspira por la sombra,
y como jornalero que espera con ansias su paga,
3 así me han dado en
herencia meses inútiles,
y noches de aflicción me han asignado.
4 Cuando me acuesto,
digo:
“¿Cuándo me levantaré?”
Pero la noche sigue,
y estoy dando[b] vueltas continuamente hasta el
amanecer.
5 Mi carne está cubierta
de gusanos y de una costra de tierra;
mi piel se endurece y supura.
6 Mis días pasan más
veloces que la lanzadera,
y llegan a su fin sin esperanza.
7 Recuerda, oh
Dios, que mi vida es un soplo,
mis ojos no volverán a ver el bien.
8 El ojo del que me ve
no me verá más;
tus ojos estarán sobre mí, pero yo no existiré.
9 Como una nube se
desvanece y pasa,
así el que desciende al Seol[c] no subirá;
10 no volverá más a su
casa,
ni su lugar lo verá más.
11 Por
tanto, no refrenaré mi boca,
hablaré en la angustia de mi espíritu,
me quejaré en la amargura de mi alma.
12 ¿Soy yo el mar, o un
monstruo marino,
para que me pongas guardia?
13 Si digo: “Mi cama me
consolará,
mi lecho atenuará[d] mi queja”,
14 entonces tú me asustas
con sueños
y me aterrorizas con visiones;
15 mi alma, pues, escoge
la asfixia,
la muerte, en lugar de mis dolores[e].
16 Languidezco[f]; no he de vivir para siempre.
Déjame solo, pues mis días son un soplo.
17 ¿Qué es el hombre para
que lo engrandezcas,
para que te preocupes por[g] él,
18 para que lo examines
cada mañana,
y a cada momento lo pongas a prueba?
19 ¿Nunca[h] apartarás de mí tu mirada,
ni me dejarás solo hasta que trague mi saliva?
20 ¿He pecado? ¿Qué te he
hecho a ti,
oh guardián de los hombres?
¿Por qué has hecho de mí tu blanco,
de modo que soy una carga para mí mismo?
21 Entonces, ¿por qué no
perdonas mi transgresión
y quitas mi iniquidad?
Porque ahora dormiré en el polvo;
y tú me buscarás, pero ya no existiré.
REFLEXION
El Devocional Diario – La mirada de Jesús.
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales, Devocionales Biblicos 0
Jesús, mirándole, le amó.Marcos 10:21.
Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro;y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho:
Antes que el gallo cante, me negarás tres veces.Lucas 22:61.
El Devocional Diario – La mirada de Jesús
Los evangelios nos hablan varias veces de la mirada de Jesús. Miraba a sus discípulos, asombrados por su enseñanza (Mateo 19:25-26); miraba con enojo y tristeza a los jefes religiosos carentes de compasión (Marcos 3:5); miraba con afecto a un joven que deseaba la vida eterna (Marcos 10:21); miraba a su discípulo Pedro que lo negó.
Por medio de su mirada, Jesús entraba en contacto con los que le rodeaban. Tocaba sus corazones y alcanzaba sus conciencias, porque los amaba y los respetaba. Los reconocía siempre como personas humanas, dignas y reponsables, a las cuales ofrecía su socorro.
A veces quisiéramos encontrar la mirada de Jesús. Pues bien, sepamos que Él quiere revelarse a nosotros de manera tan cercana como cuando estaba en la tierra. Mediante su Palabra manifiesta su poder para penetrar en nuestras conciencias y, a la vez, su amor para darnos confianza y esperanza.
¿Queremos encontrar su divina mirada? Leamos las Escrituras con una mente abierta y de oración. Así experimentaremos la presencia y la autoridad divinas. Entonces bajaremos humildemente la mirada y diremos sí al arrepentimiento y a la fe.
Nada es más poderoso que la presencia del Señor. La mirada de Jesús hizo llorar a Pedro, quien lo había negado, pero eran lágrimas saludables; manifestación de un verdadero arrepentimiento (Lucas 22:62). Al igual que Pedro, dejémonos sondear por su mirada.
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
¿Estás dispuesto a oír a Dios?
El joven Samuel servía en el templo ayudando al sacerdote Elí (1 Samuel 3) y una noche mientras dormía oyó una voz que lo llamaba. Rápidamente se levantó y fue ante Elí, para saber por qué lo estaba llamando, pero el sacerdote le dijo que no lo había hecho. Samuel nuevamente se fue a acostar y sucedió lo mismo, entonces Elí le dijo:
“… Ve y acuéstate de nuevo y, si alguien vuelve a llamarte, di: “Habla, SEÑOR, que tu siervo escucha”. Así que Samuel volvió a su cama.” 1 Samuel 3:9 (NTV)
A muchos nos encanta hablar, podríamos pasarnos largas horas haciéndolo y de seguro nos quedaríamos con la sensación de que no dijimos todo lo que queríamos. Hablar no es complicado, pero saber oír es una verdadera tarea para muchos de nosotros.
Samuel estaba dispuesto a oír a Dios, imagino que tenía muchas preguntas porque era el Padre mismo a quién se estaba dirigiendo pero decidió solamente oír y obedecer.
A veces cometemos el error de solamente hablar cuando nos dirigimos a Dios, le presentamos nuestras necesidades, problemas, anhelos y sueños; hacerlo no es malo pero no podemos cerrar los oídos a su voz, pues si queremos conocer sus planes para nuestra vida es necesario estar dispuesto a oírlo.
Quizás tengas muchas cosas que decirle a Dios, pero a veces es necesario solamente callar y oír, Él conoce tus anhelos y problemas, “tú conoces todas mis acciones; aun de lejos te das cuenta de lo que pienso” Salmos 139:2 (DHH) pero quiere que estés dispuesto a escucharlo, te costará callar pero si deseas conocer su voluntad, debes “oír”.
Procura pasar tiempo de calidad diariamente en oración, estudia la Biblia, mientras más tiempo pases en intimidad con Dios y Su Palabra, será más fácil para ti reconocer Su voz y Su guía en tu vida “Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen” Juan 10:27 (DHH)
Judith Quisbert
CVCLAVOZ