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Daniel 2:13  La Biblia de las Américas (LBLA)

El sueño del rey

En el año segundo del reinado de Nabucodonosor, éste tuvo sueños[a], y se turbó su espíritu y no podía dormir[b]. Mandó llamar el rey[c] a los magos[d], los encantadores, los hechiceros y a los caldeos[e], para que le explicaran al rey sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron ante el rey. Y el rey les dijo: He tenido un sueño[f], y mi espíritu se ha turbado por el deseo de entender[g] el sueño.

Y hablaron los caldeos al rey en arameo[h]: ¡Oh rey, vive para siempre! Cuenta el sueño a tus siervos, y nosotros te declararemos la interpretación. El rey respondió y dijo a los caldeos: Mis órdenes son firmes[i]: si no me dais a conocer el sueño y su interpretación, seréis descuartizados y vuestras casas serán reducidas a escombros[j]. Pero si me declaráis el sueño y su interpretación, recibiréis de mí regalos, recompensas y grandes honores; por tanto, declaradme el sueño y su interpretación. Respondieron ellos por segunda vez, y dijeron: Refiera el rey su sueño a sus siervos, y declararemos la interpretación.Respondió el rey, y dijo: Ciertamente sé que queréis ganar[k] tiempo, porque veis que mis órdenes son firmes, que si no me declaráis el sueño, hay una sola sentencia[l] para vosotros. Porque os habéis concertado para hablar delante de mí palabras falsas y perversas[m]hasta que cambie la situación[n]. Por tanto, decidme el sueño para que yo sepa que me podéis dar su interpretación. 10 Los caldeos respondieron al[o] rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto al[p] rey, puesto que ningún gran rey o gobernante jamás ha pedido cosa semejante a ningún mago[q], encantador o caldeo. 11 Lo que el rey demanda es difícil y no hay nadie que lo pueda declarar al[r] rey sino los dioses cuya morada no está entre los hombres[s]. 12 A causa de esto el rey se indignó y se enfureció en gran manera y mandó matar a todos los sabios de Babilonia. 13 Y se publicó el decreto[t] de que mataran a todos los sabios; buscaron también a Daniel y a sus amigos para matarlos.

14 Entonces Daniel habló con discreción y sensatez a Arioc, capitán de la guardia[u] del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia;15 habló y dijo a Arioc, capitán del rey: ¿Por qué es tan riguroso[v] el decreto[w] del rey? Entonces Arioc informó a Daniel sobre el asunto. 16 Y Daniel fue a pedirle al rey que le diera tiempo[x] para declarar la interpretación al rey.

17 Entonces Daniel fue a su casa e informó el asunto a sus amigos Ananías, Misael y Azarías, 18 para que pidieran misericordia del Dios del cielo acerca de este misterio, a fin de que no perecieran Daniel y sus amigos con el resto de los sabios de Babilonia. 19 Entonces el misterio fue revelado a Daniel en una visión de noche. Daniel entonces bendijo al Dios del cielo. 20 Daniel habló, y dijo:

Sea el nombre de Dios bendito por los siglos de los siglos,
porque la sabiduría y el poder son de El.
21 El es quien cambia los tiempos y las edades;
quita reyes y pone reyes;
da sabiduría a los sabios,
y conocimiento a los entendidos[y].
22 El es quien revela lo profundo y lo escondido;
conoce lo que está en tinieblas,
y la luz mora con El.
23 A ti, Dios de mis padres, doy yo gracias y alabo,
porque me has dado sabiduría y poder,
y ahora me has revelado lo que te habíamos pedido,
pues el asunto del rey nos has dado a conocer.

24 Después fue Daniel adonde estaba Arioc, a quien el rey había designado para dar muerte a los sabios de Babilonia. Fue y le habló así: No des muerte a los sabios de Babilonia; llévame ante el rey, y declararé al rey la interpretación.

25 Entonces Arioc se apresuró a llevar a Daniel ante el rey, y le dijo así: He hallado a un hombre entre los deportados[z] de Judá que dará a conocer al rey la interpretación. 26 El rey respondió, y dijo a Daniel, a quien llamaban Beltsasar: ¿Eres tú capaz de darme a conocer el sueño que he visto y su interpretación? 27 Respondió Daniel ante el rey, y dijo: En cuanto al misterio que el rey quiere saber, no hay sabios, encantadores, magos[aa] ni adivinos que puedan declararlo al rey. 28 Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios, y El ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que sucederá al fin de los días. Tu sueño y las visiones que has tenido[ab] en tu cama eran éstos: 29 A ti, oh rey, en tu cama te surgieron pensamientos sobre lo que habrá de suceder en el futuro[ac], y el que revela los misterios te ha dado a conocer lo que sucederá. 30 En cuanto a mí, me ha sido revelado este misterio, no porque yo tenga[ad] más sabiduría que cualquier otro viviente, sino con el fin de dar a conocer al rey la interpretación, y para que tú entiendas los pensamientos de tu corazón.

31 Tú, oh rey, tuviste una visión, y he aquí, había una gran estatua; esa estatua era enorme y su brillo extraordinario; estaba en pie delante de ti y su aspecto era terrible. 32 La cabeza de esta estatua era de oro puro, su pecho y sus brazos de plata, y su vientre y sus muslos de bronce,33 sus piernas de hierro, sus pies en parte de hierro y en parte de barro.34 Estuviste mirando hasta que una piedra fue cortada sin ayuda de manos, y golpeó la estatua en sus pies de hierro y de barro, y los desmenuzó. 35 Entonces fueron desmenuzados, todos a la vez[ae], el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro; quedaron como el tamo de las eras en verano, y el viento se los llevó sin que quedara rastro alguno de ellos. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra.

36 Este es el sueño; ahora diremos ante el rey su interpretación. 37 Tú, oh rey, eres rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el reino[af], el poder, la fuerza y la gloria; 38 y dondequiera que habiten los hijos de los hombres, las bestias del campo o las aves del cielo, El los ha entregado en tu mano y te ha hecho soberano de todos ellos; tú eres la cabeza de oro. 39 Después de ti se levantará otro reino, inferior a ti, y luego un tercer reino, de bronce, que gobernará sobre toda la tierra. 40 Y habrá un cuarto reino, tan fuerte como el hierro; y así como el hierro desmenuza y destroza todas las cosas, como el hierro que tritura, así él desmenuzará y triturará a todos éstos. 41 Y lo que viste, los pies y los dedos, parte de barro de alfarero y parte de hierro, será un reino dividido; pero tendrá la solidez del hierro, ya que viste el hierro mezclado con barro corriente[ag]. 42 Y así como los dedos de los pies eranparte de hierro y parte de barro cocido, así parte del reino será fuerte y parte será frágil. 43 En cuanto al hierro mezclado con barro corriente[ah]que has visto, se mezclarán mediante[ai] simiente humana; pero no se unirán el uno con el otro, como no se mezcla el hierro con el barro. 44 En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, y este reino no será entregado[aj] a otro pueblo; desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre, 45 tal como viste que una piedra fue cortada del monte sin ayuda de manos y que desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha hecho saber al rey lo que sucederá en el futuro[ak]. Así, pues, el sueño es verdadero y la interpretación fiel.

46 Entonces el rey Nabucodonosor cayó sobre su rostro, se postró ante Daniel, y ordenó que le ofrecieran presentes[al] e incienso[am]. 47 El rey habló a Daniel, y dijo: En verdad que vuestro Dios es Dios de dioses, Señor de reyes y revelador de misterios, ya que tú has podido revelar este misterio. 48 Entonces el rey engrandeció a Daniel y le dio muchos y espléndidos regalos, y le hizo gobernador sobre toda la provincia de Babilonia y jefe supremo[an] sobre todos los sabios de Babilonia. 49 Por solicitud de Daniel, el rey puso sobre la administración de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y a Abed-nego, mientras que Daniel quedó en la corte[ao] del rey.

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocional – FE NO ES DESEO
Por Edgardo Tosoni 1


Fe No es Deseo


Pasaje clave: Hebreos 11.

Todos deseamos cosas. Nadie puede decir que no desea nada, porque es natural querer tener o lograr cosas. Como seres humanos, buscamos permanentemente satisfacer nuestros deseos. Aunque muchas veces, no nos detenemos a pensar si son deseos que realmente buscamos alcanzar, verdaderos o genuinos.

Podemos desear cosas, pero nunca confundir deseos con fe.

Si hablamos de deseo no hablamos de fe y viceversa

Si alguien dice: “Vamos a brindar, pidamos tres deseos”. Esto no es fe.

Si alguien dice: “Tengo ganas de que mi hijo venga a la iglesia”. Esto no es fe.

Si alguien dice: “Te deseo lo mejor del mundo”. Esto no es fe.

El deseo, generalmente, muere en deseo. No hay quien lo sustente. Al deseo nadie lo acciona.

La palabra deseo no es una palabra del mundo de la fe, no es una palabra de acción. Porque la fe es lo certero y el deseo está librado al azar. Es como cuando, de repente, tenemos ganas de algo y… ¿qué hacemosí nada. Porque con las ganas no alcanza.

Tener “ganas” tampoco es fe.

Si deseaste algo en el mundo de la fe, ¡nada va a pasar! Porque lo que esperás no lo activa tu deseo, sino tu fe. Tener fe es te­ner certeza, seguridad, determinación, afirmación sobre lo que estás esperando; es la convicción de lo que no se ve. Fe es certeza y convicción. Por eso, necesitás moverte en lo que sabés que es así, que es lo que Dios dijo y nada más.

Cuando un hijo de Dios, un día cree y al otro día no, significa que no tiene certeza. Porque certeza es decir: “Yo sé que sé que sé, que Dios me va a bendecir abundantemente”.


Si una persona te pregunta: ¿cómo hacés vos para estar motiva­do siempre?, seguramente esa persona con la cual te encontras­te ha estado viviendo su vida en pos de deseos frustrados.

Y si le decís que siempre estás motivado, te puede llamar loco, pero a vos esas palabras no deben importarte. Sabés bien que motivos hay para estar en carrera.

El motivo es empujado por la misma fe, es el motor que te man­tiene en acción, y que te hace mantener seguro que el motivo que esperás te va alcanzar sí o sí:

“Mi familia estará toda en Cristo”. Esto es fe.

“Dios me dará prosperidad”. Esto es fe.

“Tendré mi casa propia”. Esto es fe.

“Tendré los mejores contactos para mi negocio”. Esto es fe.

El motivo es empujado por la misma fe.

Un motivo gigante es una automotivación gigante. Lo más po­deroso que puede tener un ser humano es un motivo, es decir, algo grande por lo cual esperar. “Yo estoy esperando cosas gran­des y sé que vienen en el Nombre del Señor, tengo la certeza y la con­vicción que será así en el nombre de Jesús”.

¿Cuál es tu motivo? ¿Qué estás esperando?

Como dijimos, el deseo no puede ser comparado con la fe. Nun­ca podrán caminar juntas. La fe resiste donde el deseo muere.

Hoy podés desear algo y al cabo de unos días, cambiar de de­seo, con esto te darás cuenta que no era algo realmente verda­dero aquello que deseabas.

Pero cuando descubrís algo por lo cual vivís o morís, encon­traste no un deseo sino una pasión, un motivo; entonces, llénalo de fe. No lo pierdas.

Cuando tenés motivos grandes, habrás puesto en tu futuro un imán poderoso que te absorberá. Es como levantarte cada ma­ñana sabiendo que hay un futuro que te está esperando, al cual le pusiste nombre.

Hay una fe que se mantiene en desarrollo por ese motivo que está delante tuyo. Es grande y poderoso y te mantiene vivo. Seguilo, no te detengas…

La fe resiste donde el deseo muere.

Extracto del libro “60 Principios de Fe”

Por Bernardo Stamateas

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


Fe activa

Marcos 2:4 NTV: “Como no podían llevarlo hasta Jesús debido a la multitud, abrieron un agujero en el techo, encima de donde estaba Jesús. Luego bajaron al hombre en la camilla, justo delante de Jesús.”

Seguramente escuchaste la frase “La fe mueve montañas”. La fe es confiar en que lo que esperas llegará, pero esta historia muestra la fe puesta en acción en favor de una persona.

¿Quién en su sano juicio conociendo la cura a alguna enfermedad no la compartiría?
Cuatro personas escucharon de Jesús, que Él sanaba enfermos y hacía muchos milagros. Seguramente entablaron una conversación al respecto y se acordaron de su amigo que estaba paralizado de medio cuerpo, sufriendo en una cama, esperando la misericordia de su familia; probablemente se encontraba aturdido, en una profunda depresión y con un semblante triste.

Pero una mañana, cuál sería su sorpresa al ver a sus cuatro amigos ingresar por la entrada de su habitación y decirle, “Vamos a dar un paseo” Seguramente exclamó: ¡¿A dónde me llevan?! ¿Qué hacen?, ¿Por qué no me dejan solo? Esa es la actitud de las personas que perdieron toda esperanza.

“Vamos a ver a Jesús”, le dijeron sus amigos y lo cargaron en una camilla. Caminando por las calles de la ciudad se dirigieron al lugar donde Jesús se hallaba predicando, era casi imposible llegar hasta Él a causa de la multitud que obstaculizaba el camino por querer escuchar al Nazareno, al Maestro.

Estos varones subieron por las escaleras externas de la casa donde se hallaba Jesús, abrieron una brecha en el techo con sus manos y bajaron con cuerdas la camilla donde se encontraba su amigo.

Jesús vio la fe en estos varones, esos ojos brillantes llenos de esperanza, el Señor se acercó a este paralítico y le dijo: “Hijo, tus pecados te son perdonados.” (Marcos 2.5b RV60)

No conocemos los pecados del paralítico, en ese estado algunas personas que no tienen una fe sólida son dominadas por la impotencia, la incredulidad, los pensamientos negativos, las palabras llenas de amargura; pero Jesús lo perdonó y sanó.

Marcos 2.11-12 RV60: “A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.”

Toda incredulidad desapareció, levantó su lecho y se marchó, la fe y la amistad lograron que el milagro se realizara ¿Hasta dónde llegarías por un amigo o un familiar que sufre?

Carlos E. Encinas
CVCLAVOZ