http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/

facebook un encuentro con la palabra

http://www.amigosporisrael.org/

 

Mateo 5:10-12 La Biblia de las Américas (LBLA)

Las bienaventuranzas

 

 

 

Bienaventurados[a] los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.

Bienaventurados los humildes[b], pues ellos heredarán la tierra.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia.

Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.

10 Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados seréis[c] cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. 12 Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros.

13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.

14 Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; 15 ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud[d], sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. 16 Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

¿Cómo Envejecer Bíblicamente?
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0

 

 

“…HE ACABADO LA CARRERA, HE GUARDADO LA FE. POR LO DEMÁS, ME ESTÁ RESERVADA LA CORONA DE JUSTICIA…” (2 Timoteo 4:7b-8)
Observando cómo envejecían sus padres, la autora Brenda Smith aprendió las siguientes lecciones:

(a) Envejecer no es opcional, pero ser “viejo” sí lo es. No dejes de hacer planes, pues de otra forma, inconscientemente estarás dándote permiso para morir. Mi padre creía que “debía un alquiler” por ocupar un espacio en la Tierra, y se lo “pagaba” a los demás;

(b) Dios es real. Mi madre sufría depresiones al avanzar el Parkinson que padecía. Sin embargo, buscaba la mano del Señor en todo, y una vida de fe la ayudó a ver aun más la suficiencia de Dios durante los últimos años de su vida;

(c) El tiempo es un regalo.
David dijo: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90:12). Mi padre le dijo a un amigo suyo: “Cuando te queda tan poco tiempo, no puedes gastarlo en estupideces, y aprendes a invertir en cosas importantes”;

(d) La enfermedad no produce santidad. Es una prueba de paciencia, de control emocional y de madurez. Cuando mi padre quedó incapacitado, descubrió que la enfermedad no te acerca más al Señor de forma automática. Todavía tuvo que disciplinar su mente para gozar en Él y encontrar verdadero gozo en Cristo;

(e) La risa reaviva el alma. Después de que su padre cayera enfermo, Brenda escribió sobre cómo este respetado escritor, conferenciante y consultor “acabó riéndose de que se le cayeran los pantalones cada vez que se levantaba de su silla de ruedas”.

Cuando la “madre naturaleza” y el “padre tiempo” lleguen para ponernos a prueba, nos miraremos al espejo y entonces, nos reiremos o lloraremos. Como el “…corazón alegre es una buena medicina…” (Proverbios 17:22), y como Dios nos ha preparado un nuevo y maravilloso cuerpo en el Cielo, ¡tómate la vida con alegría (lee Isaías 55:12)!


“…CUANDO ÉL SE MANIFIESTE, SEREMOS SEMEJANTES A ÉL…” (1 Juan 3:2b)

Si últimamente sientes que te estás haciendo viejo, no desesperes; todavía te quedan puntos a tu favor. Por ejemplo, no se te va a encoger el estómago, te encuentres con quien te encuentres… incluso te gusta oír hablar de las operaciones de los demás… has dejado de ver el límite de velocidad como un desafío… tus articulaciones te informan con más precisión que el Instituto Nacional de Meteorología… tus secretos están a salvo, porque tus amigos no pueden recordarlos… y todo el dinero que invertiste en la seguridad social por fin se está amortizando.
Ahora en serio. La Biblia dice: “…ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él…” (1 Juan 3:2.). Henri Nouwen escribió:

“Es inútil especular acerca de nuestros últimos días; no obstante, haciendo de cada día una celebración nos permite vivirlos como días que van naciendo uno tras otro. Los dolores de la muerte son como los dolores de parto. A través de ellos dejamos la ‘matriz’ de este mundo y nacemos a la plenitud de ser hijos de Dios… No hay nada morboso en ello… es una visión gozosa de la vida y la muerte. Mientras estemos viviendo en este cuerpo, cuidémoslo… Pero cuando llegue la hora… alegrémonos de que podemos volver a Casa y unirnos al que nos llama ‘amados’”. La Biblia dice: “Enjugará Dios toda lágrima…; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron” (Apocalipsis 21:4). ¡Tu futuro nunca ha sido mejor!

Un creyente muy mayor yacía moribundo. Su familia estaba al lado de su cama. Toda su vida, él había servido al Señor fielmente. “¿Tienes miedo?”, le preguntó alguien. “No”, respondió él, “mi Padre es el dueño de la tierra a ambos lados del ‘río’”. ¡Qué manera más gloriosa de irse!

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

Tú tienes autoridad

 

 

“Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.” Romanos 5:17 RVR-1960

Según este versículo, todos los que han recibido de la gracia de Dios y del don de la justicia, deben reinar en vida. Reinar significa dominar o ejercer autoridad. La autoridad y el dominio es lo que Dios entregó al primer hombre que era Adán.

El hombre recibió autoridad sobre la tierra y sobre todo lo que existía en ella, mientras el hombre caminaba con Dios en obediencia, su autoridad y dominio quedaban vigentes. Pero cuando Adán y Eva pecaron, perdieron la justicia y la autoridad recibida, en lugar de reinar quedo sujeto a servidumbre. Hebreos 2:15

Cuando Jesús vivía entre nosotros como hombre su justicia le mantuvo bajo la cobertura de Dios y así el tenía autoridad para deshacer las obras del maligno.

El enemigo sólo ganó acceso al mundo a través del pecado del hombre. Mientras el hombre mantenga su naturaleza pecaminosa, no tiene ningún derecho legal en contra de las obras del enemigo. Tiene que sufrir enfermedades, tragedias, escasez y el fracaso, porque es un pecador y el diablo viene para “robar, matar y destruir” (Juan 10:10). El hombre perdió la justicia por el pecado de Adán, pero el poder del pecado es destruido y el hombre recibe nuevamente esa autoridad perdida para reinar cuando nace de nuevo, permitiendo que surja ese nuevo hombre que Dios quiere usar.
“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.” Romanos 6:6-7 RVR-1960

No esperes más para comenzar a ejercer esa autoridad que Jesucristo te ha dado desde el momento que lo aceptaste en tu corazón. Tú puedes sacar de tu vida toda angustia, tristeza y todo aquello que te quita la paz, en el nombre de Jesús y con la autoridad que Dios te está brindando.

 

 

 

 

Telma Céspedes
CVCLAVOZ