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Colosenses 1: 24 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

Cristo en vosotros, la esperanza de gloria

 

 

24 Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros, y en mi carne, completando lo que falta de las aflicciones de Cristo, hago mi parte por su cuerpo, que es la iglesia, 25 de la cual fui hecho ministro conforme a la administración[w] de Dios que me fue dada para beneficio vuestro, a fin de llevar a cabo la predicación de la[x] palabra de Dios, 26 es decir, el misterio que ha estado oculto desde los siglos y generaciones pasadas, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, 27 a quienes Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria. 28 A El nosotros proclamamos, amonestando a todos los hombres, y enseñando a todos los hombres con[y] toda sabiduría, a fin de poder presentar a todo hombre perfecto en Cristo. 29 Y con este fin también trabajo, esforzándome según su poder[z] que obra poderosamente[aa]en mí.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

La Congración De Los Adulam – Lugar De Refugio
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0

 

 

“EN… ADULAM… SE LE UNIERON TODOS LOS AFLIGIDOS…” (1 Samuel 22:1-2)

David no eligió vivir en el desierto, pero no tuvo otro sitio a donde ir cuando Saúl le aisló de su familia, acabó con su carrera militar y le expulsó del palacio real. Una experiencia en el desierto empieza con sentimientos de desconexión y aislamiento y normalmente empeora antes de mejorar. Con la esperanza de aliarse con los filisteos en la ciudad natal de Goliat, David se dirigió a Gat. Después de todo, un enemigo mutuo tiende a crear amistades ¿verdad? Pero los filisteos no querían tener ningún trato con David. Así que, con otra puerta cerrada, escapó a la cueva de Adulam, donde se reconcilió con Dios. Allí se convirtió en un “imán” para “…todos los afligidos, todos los que estaban endeudados y todos los que se hallaban en amargura de espíritu…” (1 Samuel 22:2). La Biblia dice: “Cada día le llegaba ayuda a David, hasta que se formó un gran ejército, como un ejército de Dios” (1 Crónicas 12:22). ¡No era precisamente una congregación modelo! ¿Sabes lo que significa el nombre Adulam? Lugar de refugio. Jesús dijo: “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” (Lucas 5:31-32). Las congregaciones fuertes se construyen con “…afligidos,… endeudados y… en amargura de espíritu…”. ¿Recuerdas haber estado así? Pablo dijo: “…consideren su propio llamamiento: No muchos de ustedes son sabios… ni son muchos los poderosos ni muchos los de noble cuna. Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos” (1 Corintios 1:26-27 – Nueva Versión Internacional). Bienvenido a la “Congregación de Adulam”.

“EN… ADULAM… SE LE UNIERON TODOS LOS AFLIGIDOS…” (1 Samuel 22:1-2)

Aunque criado en un buen hogar, Whit Criswell se enganchó al juego y acabó malversando fondos del banco donde trabajaba. Cuando los contables lo descubrieron, decidió quitarse la vida; escribió una nota antes de suicidarse, condujo hacia las afueras de la ciudad, aparcó el coche y se puso una pistola en la cabeza diciendo: “Vamos, patán inútil, esto es lo que te mereces”. Pero no pudo hacerlo. Así que, de madrugada regresó a casa, donde la policía lo detuvo. Se encontró humillado viéndose esposado ante sus amigos y familia, pero, al mismo tiempo, se sintió liberado porque ya no tenía que vivir en la mentira por más tiempo. La celda de Whit se convirtió en su “cueva de Adulam”, el lugar donde se reconcilió con el Señor. Al salir de la prisión, se involucró en una iglesia haciendo trabajos ocasionales, y con el tiempo se convirtió en un miembro de la junta. En 1.998, otra congregación le pidió que fuera su pastor principal, la cual es ahora una de las congregaciones con mayor crecimiento de Kentucky. ¡Otro “morador de cuevas” redimido, sanado, restaurado y perdonado por la asombradora gracia de Dios!

La introducción del Salmo 57 lo describe como una canción de David, cuando huyó delante de Saúl a la cueva. En el primer versículo dice: “Ten misericordia de mí, Dios, ten misericordia de mí, porque en Ti ha confiado mi alma y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos”.

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

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REFLLEXION

Aprende a luchar

 

 

 

Una de las pandemias que más muertes ha causado en la historia de la humanidad es la viruela. Los estudiosos creen que su aparición data desde antes de la era cristiana, ya que se han encontrado escritos antiguos que describen a personas padeciendo los mismos síntomas que son propios de dicha enfermedad.

Básicamente, como todos sabemos, la viruela provoca la salida de numerosas manchas sobre la piel que en ocasiones suele dejar una marca indeleble sobre el contagiado, causando además fiebre, deshidratación, espasmos musculares, problemas respiratorios y posteriormente la muerte si no es tratada a tiempo.

Aunque hoy en día es casi rutinario que alguien se contagie de ese virus y los tratamientos están al alcance de toda mano, hubo un tiempo en el que no fue así. Al ser una enfermedad contagiosa, rápidamente se convertía en una pandemia que podía arrasar con un poblado entero.

Recién fue en el año 1796 cuando se creó la vacuna capaz de neutralizar la viruela. Sorprendentemente la vacuna para contrarrestarla consiste en una dosis mínima de la misma enfermedad; una jeringa vierte una pequeña porción en el torrente sanguíneo de la persona, su sistema inmunológico lo detecta y aprende a tratar con ella hasta eliminarla, preparándola para enfrentar al mismo virus en su magnitud real.

Nuestro cuerpo y su sistema inmunológico, es una sorprendente maquina creada por Dios con la capacidad de aprender a defenderse de todo virus, contagio o enfermedad que lo ataque. Pero no sólo nuestro sistema inmunológico tiene esa capacidad. En ocasiones, Dios tiene que ponernos en situaciones que en su momento parecen demasiado complicadas, pero la verdad es que solamente se trata de un entrenamiento para nuestros sentidos, nuestra mente y nuestro espíritu, preparándonos para que en un futuro podamos enfrentar retos muchos más grandes.

Es como una vacuna en nuestra vida, es una pequeña dosis de situaciones que nos convierten en mejores administradores de bendiciones, en mayordomos de nuestros dones, en verdaderos sacerdotes sobre el altar de Dios, en ciervos obedientes y en guerreros que no se dan por vencidos.
Salmos 37:23-24 “Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano.”

Continúa luchando contra la adversidad, sabiendo que es Dios enseñándote a pelear.



Héctor Colque
CVCLAVOZ