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Salmos 10:17 La Biblia de las Américas (LBLA)

Oración pidiendo la caída de los impíos

 

 

10 ¿Por qué, oh Señor, te mantienes alejado,
y te escondes[a] en tiempos de tribulación?
Con arrogancia el impío acosa[b] al afligido;
¡que sea[c] atrapado en las trampas que ha urdido!

Porque del deseo de su corazón[d] se jacta el impío,
y el codicioso maldice[e] y desprecia al Señor.
El impío, en la altivez de su rostro, no busca a Dios.
Todo su pensamiento es[f]: No hay Dios[g].

Sus caminos prosperan[h] en todo tiempo;
tus juicios, oh Dios, están en lo alto, lejos de su vista;
a todos sus adversarios los desprecia.
Dice en su corazón: No hay quien me mueva[i];
por todas las generaciones no sufriré adversidad.
Llena está su boca de blasfemia, engaño y opresión;
bajo su lengua hay malicia e iniquidad.
Se sienta al acecho en las aldeas,
en los escondrijos mata al inocente;
sus ojos espían[j] al desvalido[k].
Acecha en el escondrijo como león en su guarida;
acecha para atrapar al afligido,
y atrapa al afligido arrastrándolo a su red.
10 Se agazapa, se encoge,
y los desdichados[l] caen en sus garras.
11 Dice en su corazón: Dios se ha olvidado;
ha escondido su rostro; nunca verá nada.

12 Levántate, oh Señor; alza, oh Dios, tu mano.
No te olvides de los pobres.
13 ¿Por qué ha despreciado el impío a Dios?
Ha dicho en su corazón: Tú no lo requerirás.
14 Tú lo has visto, porque has contemplado la malicia y la vejación, para hacer justicia con[m] tu mano.
A ti se acoge el desvalido[n];
tú has sido amparo[o] del huérfano.
15 Quiebra tú el brazo del impío y del malvado;
persigue su maldad hasta que desaparezca[p].

16 El Señor es Rey eternamente y para siempre;
las naciones han perecido de su tierra.
17 Oh Señor, tú has oído el deseo de los humildes[q];
tú fortalecerás su corazón e inclinarás tu oído
18 para vindicar[r] al huérfano y al afligido;
para que no vuelva a causar terror el hombre de la tierra[s].

 

 

 

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

¿Cómo Usar El Don de Dios En Ti Según La Biblia?
El Don de Dios En Tu Vida ¿Cómo Usarlo?

“…EL QUE TIENE EL DON… ÚSELO…” (Romanos 12:6)

La Biblia dice: “Tenemos, pues, diferentes dones, según la gracia que nos es dada: el que tiene el don… úselo…” (Romanos 12:6).

Dios nos ha concedido la gracia de hacer bien ciertas cosas. Eso no significa que las puertas se vayan a abrir automáticamente y que vayamos a subir como la espuma en un abrir y cerrar de ojos. Lo que se consigue rápidamente, se pierde rápidamente.

Primero tienes que discernir tus dones y usar toda oportunidad para afinarlos, aprender de tus errores y ser constante en ocuparte de eso a lo que Dios te ha llamado.

En el instituto, “Sparky” reprobó Latín, Álgebra, Inglés y Física. Llegó a jugar en el equipo de golf pero enseguida perdió la competición más decisiva de la temporada, y luego también perdió el juego de consolación. Era bastante inadaptado socialmente, con una timidez extrema. Nunca pidió a ninguna chica que saliera con él mientras estaba en la secundaria. Pero había algo que sí le apasionaba: dibujar.

Estaba orgulloso de sus dibujos, aunque nadie parecía apreciarlos. Presentó unas historietas a los editores de la revista del instituto, pero fueron rechazadas.

A pesar de todo, seguía soñando con ser dibujante. Después de su bachillerato, envío muestras de su trabajo a los estudios de Walt Disney. Y otra vez éstas fueron rechazadas. ¡Pero no se dio por vencido!

Decidió escribir su autobiografía en viñetas. Se hicieron tan populares esos tebeos que más tarde se recogieron en libros y se hicieron programas televisivos al respecto. Porque Sparky no era otro que Charles Schulz, posiblemente el mejor humorista gráfico de todos los tiempos, el creador de los tebeos de Charlie Brown.

Al igual que su protagonista Charlie, Schulz parecía no tener éxito en muchas cosas, sin embargo, sacó el mayor provecho de su talento, no se dio por vencido y llegó muy arriba. Vamos, ¡Usa tu don!

¿Cómo Usar El Don Que Dios Te Ha Dado Según La Palabra de Dios?

“…EL ESPÍRITU SANTO NOS DA ALGUNA CAPACIDAD ESPECIAL…” (1 Corintios 12:7 Traducción en lenguaje actual)

Una de las grandes ventajas de averiguar cuál es el llamado de tu vida y de cumplirlo es que eso responde a la pregunta de qué significa el éxito.

Porque muchos tenemos una definición equivocada. Pensamos que el éxito se mide por cómo hacemos las cosas –comparado con cómo las hacen las demás. ¡Y eso no conlleva más que frustración!

Por muy bien que lo hagas, siempre habrá alguien que lo hace mejor que tú. Pero cuando defines el éxito en base al propósito de Dios para tu vida, entonces cambia la medida completamente.

El verdadero éxito no es lo que has conseguido, comparado con lo que otros han conseguido, sino lo que has hecho comparado con lo que Dios te pidió que hicieras:

“A cada persona se le ha dado algo para hacer que demuestra quién es Dios: Todos han recibido algo y es para beneficio de todos” (1 Corintios 12:4 Parafraseado).

Jesús afirmó que su éxito consistía en cumplir la obra que su Padre le había encomendado (véase Juan 17:4).

Pablo pudo decir al final de su vida: “…He acabado la carrera…” (2 Timoteo 4:7).

Con esa premisa en mente, el éxito en unos casos tal vez sea dejar un trabajo lucrativo para seguir el llamado de Dios. O usar tus talentos para su gloria, en lugar de perseguir la fama y la fortuna.

Sea lo que sea, cuando sabes que estás cumpliendo tu llamamiento, puedes dejar de compararte con otros o desear ser alguien diferente.

La Biblia dice que a todos se nos han dado diferentes dones “para el bien de todos” (1 Corintios 12:7)

 

 

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


¿Se rompió algo en tu vida?

 

 

Se cuenta que una vez iba un hombre en su auto por una larga y muy solitaria carretera cuando de pronto su carro comenzó a detenerse hasta quedar estático.

El hombre bajó, revisó el auto, trató de averiguar qué era lo que tenía. Pensaba que pronto podría encontrar el desperfecto, pues hacía muchos años que lo conducía. Sin embargo, después de mucho tiempo se dio cuenta de que no hallaba la falla del motor.

En ese momento apareció otro automóvil, del cual bajó un señor a ofrecerle ayuda. El dueño del primer carro le dijo: “Mira, este es mi auto de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que tú, sin ser el dueño, puedas o sepas hacer algo”.

El otro hombre insistió con una sonrisa, hasta que finalmente el primer hombre dijo: “Está bien, haz el intento, pero no creo que puedas, pues este es mi auto”.

El segundo hombre se puso manos a la obra y en pocos minutos encontró el daño que tenía el auto y lo pudo arrancar.

El dueño del carro quedó atónito y preguntó: “¿Cómo pudiste arreglar el fallo si es MI auto?”

El segundo hombre contestó: “Verás, mi nombre es Felix Wankel. Yo inventé el motor rotativo que usa tu auto”.

Muchas veces, al igual que el primer hombre, queremos solucionarlo todo por nuestra cuenta, creemos que porque es nuestra familia, nuestra casa, nuestra deuda, nuestro trabajo, nuestros hijos, nuestros corazones, etc. nosotros podremos reparar y solucionar todos los problemas que se presenten y olvidamos que es Dios quien nos creó, que fue Él quien nos dio las bendiciones que tenemos y creemos que nosotros podemos hacer un mejor trabajo que Él.

Pero lo cierto es que por más que luchemos y nos esforcemos en solucionar un problema, nadie lo hará mejor que Dios, porque Él nos conoce mejor de lo que nosotros mismos podremos conocernos un día, nos ama infinitamente y sabe qué es lo mejor para cada uno de nosotros.

Permite que Dios pueda sanar tu corazón, restaurar tu familia, hacerte soñar de nuevo, entrégale la vida de tus hijos, tu matrimonio y permítele que repare todo lo que está dañado.

Recuerda que la misericordia de Dios es para siempre y que Él cumplirá su propósito en nuestras vidas y ¿cómo no lo haría si somos creación especial suya, hechos a Su Imagen y Semejanza?

“Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos”. Salmos 138:8 (RVR1960)

¿Se rompió algo? Nadie mejor que Dios, tu creador, para ordenar tus caminos, sanar tu corazón herido, restaurar tu familia, cumplir tus sueños y darte aún mejores. Nunca olvides que Él lo sabe todo de ti, conoce cada detalle y tiene grandes planes para tu vida.

 

 

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ