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Deuteronomio 14:26  La Biblia de las Américas (LBLA)

 

Leyes acerca del diezmo

22 Diezmarás fielmente todo el producto de tu sementera[k], lo que rinde tu campo cada año. 23 Y comerás en la presencia del Señor tu Dios, en el lugar que El escoja para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu mosto y de tu aceite, y los primogénitos de tus vacas y de tus ovejas, para que aprendas a temer siempre al Señor tu Dios. 24 Mas si el camino es tan largo para ti, que seas incapaz de llevar el diezmo por estar lejos el lugar donde el Señor tu Dios escoja para poner allí su nombre, cuando el Señor tu Dios te haya bendecido, 25 entonces lo cambiarás por dinero[l], y atarás el dinero en tu mano e irás al lugar que el Señor tu Dios escoja. 26 Y podrás gastar el dinero en todo lo que tu corazón apetezca: en vacas u ovejas, en vino o sidra, o en cualquier otra cosa que tu corazón[m] desee[n]; allí comerás en presencia del Señor tu Dios, y te alegrarás tú y tu casa. 27 Tampoco desampararás al levita que habite en tus ciudades, porque él no tiene parte ni heredad contigo.

28 Al fin de cada tercer año, sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año y lo depositarás en tus ciudades. 29 Y vendrá el levita, que no tiene parte ni herencia contigo, y el forastero, el huérfano y la viuda que habitan en tus ciudades, y comerán y se saciarán, para que el Señor tu Dios te bendiga en toda obra que tu mano haga.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

¿Cuál es la esperanza del impío cuando es cortado, cuando Dios reclama su alma? Job 27:8
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Devocional Diario 0


Job 27:8 ¿cuál es la esperanza del impío cuando es cortado, cuando Dios reclama su alma?
Menos gente tiene conciencia de su estado espiritual de depravación. Más niños cada día crecen en hogares donde ninguno de los padres tiene una proximidad a una iglesia.

Mucho otros, también crecen más expuestos a la inmoralidad sexual, la violencia y la autogratificación. Hay una generación entera que no sabe nada del significado de los creyentes reuniéndose los domingos para adorar a Dios. Una cultura sin valores espirituales con una conciencia atada a la falta de sentido en todas las cosas. El carácter sagrado de la vida, el matrimonio, la familia o el trabajo se envuelve cada vez más en la búsqueda vacía de ganancias egoístas.

En vez de quejarnos y quejarnos sobre el estado de nuestro mundo, tenemos la obligación como creyentes de ser la sal y la luz en nuestras comunidades. Somos el sabor de Jesucristo cuando traemos alegría en vez de tristeza a nuestras escuelas y lugares de trabajo. Somos la luz de Jesucristo cuando decimos la verdad en amor en vez de hablar hipócritamente. Nuestras palabras y acciones deben reflejar a Jesús como el verdadero Mesías y Salvador del mundo.

¿Cómo podemos vivir la vida espiritual en un mundo sin Dios?
Determina orar todos los días para tener la oportunidad de compartir a Jesucristo.

Decide que su respuesta a la controversia será con gracia y sabiduría de Dios.

Atrévete a vivir lo que confesamos y creemos cada día.

Haz lo que sabes que está bien, incluso si nos sentimos incómodos o tentados a hacer lo contrario.

Discipula a aquellos que Dios trae a tu vida con un compromiso consistente y como una inversión espiritual.

Profundiza en la Escritura para entender y aclarar lo que enseña en la Palabra de Dios.

Deja atrás el deseo de gratificación instantánea para dar paso a un tiempo de intercesión y ayuno.

Si nos decidimos a hacer estos pasos espirituales de adoración, Dios atraerá los corazones de hombres, mujeres y niños hacia Él mismo. Somos las manos y los pies de Jesús para aquellos que viven y son parte de esta generación sin Dios.

Oración
Amado Dios, te ruego que me ayudes a ser la sal y la luz necesarias en esta generación sin Dios. En el nombre de Jesús, amén.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


El kilómetro más veloz del mundo

Si piensas darte por vencido, sin importar cuáles son tus circunstancias actuales, deberías leer primero esta historia.

En una pequeña escuelita rural había una vieja estufa de carbón muy anticuada. Un pequeño niño era el responsable de llegar al colegio temprano todos los días para encender el fuego y calentar el aula antes de que llegaran su maestra y sus compañeros.

Una mañana, cuando todos llegaron, encontraron escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño inconsciente (más muerto que vivo) del edificio. Tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron de emergencia al hospital del condado.

En su cama, Glenn Cunningham, con quemaduras graves y semi inconsciente, escuchaba al médico que hablaba con su madre. El galeno, le decía que seguramente su hijo moriría y que era lo mejor que podía pasar, en realidad, pues el fuego había destruido la parte inferior de su cuerpo. Pero el valiente niño no quería morir.

De alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió. Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al doctor hablando despacito. Debido a que el fuego había dañado en gran manera las extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre, habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas. Pero nuevamente Glenn tomó una decisión: Caminaría.

Cuando le dieron el alta, de la cintura para abajo, no tenía capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida. Todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensación, ni control, simplemente no sentía nada. No obstante, su determinación de caminar era más fuerte que nunca.

Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco. Ese día en lugar de quedarse sentado, se lanzó de la silla. Se impulsó sobre el césped arrastrando las piernas. Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa y con gran esfuerzo, empezó a treparlo. Allí, poste por poste, empezó a avanzar decidido a caminar.

Empezó a hacer lo mismo todos los días hasta que hizo una pequeña huella junto al cerco. No había nada que quisiera más que darle vida a esas dos piernas.

Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus masajes diarios, su persistencia férrea y su determinación inquebrantable, desarrolló la capacidad, primero de pararse, luego caminar tambaleándose y finalmente caminar solo y después… ¡correr!

Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer de correr. Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera sobre pista.

Y aún después, en el Madison Square Garden, éste joven que no tenía esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibilidad de correr, Glenn Cunningham, llegó a ser el atleta estadounidense que ¡corrió el kilómetro más veloz del mundo!


¿Sabes cuál era su versículo favorito?
Los muchachos se fatigan y se cansan, 
y los jóvenes tropiezan y caen;
pero los que esperan en el Señor 
renovarán sus fuerzas.
Levantarán alas como las águilas;
correrán y no se cansarán, 
caminarán y no se cansarán. (Isaías 40, 30-31)

Tanto su mamá como él permanecieron con la esperanza firme, quizás algunos días se sentía más débiles que otros pero ellos sabían en quién confiaban y las circunstancias eran solamente eso, momentos pasajeros. 
No hay nada imposible si ponemos nuestra fe, nuestra confianza y damos todo lo mejor de nosotros. Aprópiate de esa hermosa promesa, tal como lo hizo Glenn, y permite que Dios renueve tus fuerzas.

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ