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Jeremías 30:18-19 La Biblia de las Américas (LBLA)

Promesa de liberación

 

 

30 Palabra que vino a Jeremías de parte del Señor, diciendo: Así dice el Señor, Dios de Israel: “Escribe en un libro todas las palabras que te he hablado. “Porque, he aquí, vienen días”, —declara el Señor— “cuando restauraré el bienestar[a] de mi pueblo, Israel y Judá.” El Señor dice: “También los haré volver a la tierra que di a sus padres, y la poseerán.”

Estas son las palabras que el Señor habló acerca de Israel y de Judá:Porque así dice el Señor:

“He oído voces[b] de terror,
de pánico, y no de paz.
“Preguntad ahora, y ved
si da a luz el varón.
¿Por qué veo a todos los hombres
con las manos sobre sus lomos, como mujer de parto
y se han puesto pálidos todos los rostros?
“¡Ay! porque grande es aquel día,
no hay otro semejante a él;
es tiempo de angustia para Jacob,
mas de ella será librado.

“Y acontecerá en aquel día” —declara el Señor de los ejércitos— “que quebraré el yugo de su[c] cerviz y romperé sus[d] coyundas, y extraños no lo esclavizarán más, sino que servirán al Señor su Dios, y a David su rey, a quien yo levantaré para ellos.

10 “Así que tú no temas, siervo mío Jacob” —declara el Señor
“ni te atemorices, Israel;
porque he aquí, te salvaré de lugar remoto,
y a tu descendencia[e] de la tierra de su cautiverio.
Y volverá Jacob, y estará tranquilo
y seguro, y nadie lo atemorizará.
11 “Porque yo estoy contigo” —declara el Señor— “para salvarte;
pues acabaré con todas las naciones entre las que te he esparcido,
pero no acabaré contigo,
sino que te castigaré con justicia;
de ninguna manera te dejaré sin castigo.”

12 Porque así dice el Señor:

“Incurable es tu quebranto,
y grave tu herida.
13 No hay quien defienda tu causa;
para una llaga hay cura,
pero no hay mejoría para ti.
14 “Todos tus amantes te han olvidado,
ya no te buscan;
porque con herida de enemigo te han herido,
con castigo de hombre cruel,
por lo grande de tu iniquidad
y lo numeroso de tus pecados.
15 “¿Por qué gritas a causa de tu quebranto?
Tu dolor es incurable.
Por lo grande de tu iniquidad
y lo numeroso de tus pecados,
te he hecho esto.
16 “Por tanto, todos los que te devoran serán devorados,
y todos tus adversarios, todos ellos, irán al cautiverio;
todos los que te saquean serán saqueados,
y a todos los que te despojan los daré al despojo.
17 “Porque yo te devolveré la salud[f],
y te sanaré de tus heridas” —declara el Señor
“porque te han llamado desechada, diciendo:
‘Esta es Sion, nadie se preocupa por ella[g].’”

18 Así dice el Señor:

“He aquí, restauraré el bienestar[h] de las tiendas de Jacob,
y tendré misericordia de sus moradas;
será reedificada la ciudad sobre sus ruinas,
y el palacio se asentará como estaba.
19 “Saldrá de ellos canto de acción de gracias
y voz de los que se divierten;
los multiplicaré y no disminuirán,
los honraré y no serán menospreciados.
20 “Y serán sus hijos como antes,
su congregación delante de mí será confirmada,
y castigaré a todos sus opresores.
21 “Será su guía uno de ellos,
su gobernante de en medio de ellos[i] saldrá,
y lo haré acercarse y él se llegará a mí;
porque ¿quién se atrevería a arriesgar su vida[j] para llegarse a mí?” —declara el Señor.
22 “Y vosotros seréis mi pueblo,
y yo seré vuestro Dios.”

23 He aquí, la tempestad del Señor
con furor ha salido;
una tempestad devastadora[k]
descargará sobre la cabeza de los malvados.
24 La ardiente ira del Señor no se aplacará
hasta que haya hecho y cumplido
los propósitos de su corazón;
en los postreros días entenderéis esto.

 

 

 


UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

¿Cómo Buscar La Reconciliación Según La Biblia?
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0

 

 

“SI UN CREYENTE PECA CONTRA TI, HÁBLALE EN PRIVADO Y HAZLE VER SU FALTA…” (Mateo 18:15 NTV)
Tras explicar el mandamiento que dice “Honra a tu padre y a tu madre…” (Éxodo 20:12), un maestro de escuela dominical preguntó a la clase de niños de seis años ‘¿Hay algún mandamiento que nos enseñe cómo tratar a nuestros hermanos?’ Sin titubear, un niñito respondió “No matarás” (Éxodo 20:13). En serio, ¿Por qué Jesús insistió tanto en que nos reconciliáramos con nuestros hermanos en la fe en lugar de dejar que las disputas sean como heridas infectadas? Lo consideró tan importante que nos dio un plan de tres partes para tratar esos asuntos:
Primero, ve a la persona en privado.
Segundo, toma contigo dos o tres testigos para que se confirme lo que se ha dicho.
Tercero, si esas dos acciones no consiguen la reconciliación en la relación, llévalo a los líderes de la iglesia.
Sin embargo si lees esos versículos sin tener en cuenta también los siguientes te perderás la esencia del mensaje de Jesús al respecto.
Él añadió: “ Otra vez os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos, porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:19-20). Cuando buscamos la reconciliación y vivimos en unidad ocurren dos cosas maravillosas:
a) Podemos orar con confianza y obtener las respuestas que necesitamos.
b) Experimentamos la presencia y la paz de Dios, algo imposible si hay asuntos pendientes.
Así que si quieres caminar en la bendición de Dios hoy busca la reconciliación.

“… RECONCÍLIATE PRIMERO CON TU HERMANO, Y ENTONCES … PRESENTA TU OFRENDA” (Mateo 5:24)
¿Estás a malas con alguien? ¿Es algo que te redarguye de continuo, te roba la paz y te afecta en el desempeño de tus funciones? Esto es lo que Jesús dijo que deberías hacer: “Si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23-24). A lo mejor dices ‘Estoy esperando que la persona venga a mí’. ¿Qué pasa si no viene? Jesús te pide hoy ‘Vete y reconcíliate’. Eso requiere humildad y es arriesgado, porque tal vez no recibas la respuesta esperada. ¿Por qué no dijo Jesús ‘Espera un poco hasta que cambie la situación’? Porque si dejas que las cosas se acumulen acabarás explotando y sacando toda la munición, todo lo que te molesta de la persona desde hace 10 años; o bien podrías decidir “aparcar el asunto” solo por un tiempo.
La Biblia nos amonesta: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo” (Efesios 4:26-27). El enemigo quiere heriros a los dos creando una brecha de separación entre vosotros; ¿le vas a dejar que lo haga? ¿Qué pasa si ganas el argumento pero la otra persona se va herida y molesta? ¿Qué es más importante, tener razón o preservar la relación? Por el amor de Dios, y por tu propio bien, perdona, pasa por alto la ofensa y sigue adelante con tu vida. Lo que aquí está en juego es tu don. Si quieres que Dios te use y te bendiga no esperes, busca la reconciliación.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

Jesús llora cuando lloras

 

 

“Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió.” Juan 11:33 (RVR1960)

Este versículo muestra que Jesús no es inmune al dolor de sus hijos. Cuando Jesús llegó a Betania su amigo Lázaro ya estaba muerto. Lo habían enterrado cuatro días antes. Y cuando la hermana del difunto salió al encuentro de Jesús se postró delante de Él. “Jesús entonces, al verla llorar, se estremeció en espíritu y se conmovió”

Jesús sabía que levantaría a Lázaro de entre los muertos; sin embargo, Él lloró junto con María y los demás. Así es el Señor, llora con todos aquellos que lloran, con cada madre o padre que derrama lágrimas en las noches por su hijo pródigo o su hija rebelde. Llora con cada pecador que se arrepiente, con cada hijo (a) que tiene el corazón dolido.

Si en este momento estás atravesando momentos difíciles en tu vida y hay un dolor profundo en tu corazón, quiero que sepas que no estás solo ni sola en esto, Jesús, nuestro Rey de reyes y Señor de señores está contigo y no te abandonará. Su presencia, el Espíritu Santo, está ahí para consolarte y fortalecerte.

La Biblia nos dice que: “Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran” Romanos 12:15. No podemos pensar que Jesús podía hacer menos de lo que nos manda hacer. ¡Qué maravilloso es saber que Jesús llora con nosotros en todos nuestros dolores!

Tenemos un Dios lleno de amor que no nos abandona en ningún momento. “Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados”. Mateo 5:5

 

 


Diego Jora
CVCLAVOZ