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Josué 7:18-25 La Biblia de las Américas

El pecado de Acán

16 Y Josué se levantó muy de mañana, e hizo acercar a Israel por[l] tribus, y fue designada la tribu de Judá. 17 Mandó acercar a las familias de Judá, y fue designada la familia de los de Zera; e hizo acercar a la familia de Zera, hombre por hombre, y Zabdi fue designado. 18 Mandó acercar su casa hombre por hombre; y fue designado Acán[m], hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá. 19 Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, te ruego, da gloria al Señor, Dios de Israel, y dale alabanza; y declárame ahora lo que has hecho. No me lo ocultes. 20 Y Acán respondió a Josué, y dijo: En verdad he pecado contra el Señor, Dios de Israel, y esto es lo que he hecho[n]: 21 cuando vi entre el botín un hermoso manto de Sinar y doscientos siclos[o] de plata y una barra de oro de cincuenta siclos de peso, los codicié y los tomé; y he aquí, están escondidos en la tierra dentro de mi tienda con la plata debajo.

22 Y Josué envió emisarios, que fueron corriendo a la tienda, y he aquí que el manto estaba escondido en su tienda con la plata debajo. 23 Y los sacaron de la tienda, los llevaron a Josué y a todos los hijos de Israel, y los pusieron delante del Señor. 24 Entonces Josué, y con él todo Israel, tomó a Acán, hijo de Zera, y la plata, el manto, la barra de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes[p], sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo lo que le pertenecía, y los llevaron al valle de Acor. 25 Y Josué dijo: ¿Por qué nos has turbado? El Señor te turbará hoy. Y todo Israel los apedreó[q] y los quemaron después de haberlos apedreado[r]. 26 Y levantaron sobre él un gran montón de piedras que permanece hasta hoy; y el Señor se volvió del furor de su ira. Por eso se ha llamado aquel lugar el valle de Acor[s] hasta el día de hoy.

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

Fe y gozo a pesar de las circunstancias

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

 

 

 

No es fácil tener fe y gozo a pesar de las circunstancias, sobre todo cuando las cosas van mal.

En el libro Cuatrocientas cincuenta historias para la vida, Gustavo Anderson cuenta acerca de su visita a una comunidad agrícola de Alberta Oriental, en Canadá, que había atravesado 8 años de sequía.

Los granjeros se hallaban muy endeudados y su situación económica parecía desesperada. Sin embargo, muchos de ellos seguían reuniéndose para alabar y adorar a Dios.

Anderson se vio muy impresionado por el testimonio de uno de aquellos granjeros que tuvo que asistir al culto vestido en un traje de labranza, viejo y remendado, quien, levantándose en oración repitió las palabras de Habacuc:

Aunque las higueras no florezcan y no haya uvas en las vides, aunque se pierda la cosecha de oliva y los campos queden vacíos y no den fruto, aunque los rebaños mueran en los campos y los establos estén vacíos, ¡aun así me alegraré en el Señor! ¡Me gozaré en el Dios de mi salvación!

Habacuc 3:17,18 (NTV)

¿Tienes fe y gozo a pesar de las circunstancias?

La fe y el gozo que tenemos no pueden ser dependientes de las circunstancias porque la vida no siempre será fácil, normalmente tenemos desafíos y problemas que enfrentar.

Sin embargo, una fe como la del granjero de la historia, es la que Dios desea ver en los corazones de sus hijos.

Por ejemplo, en el caso de los mártires esta fe se vio en su máximo esplendor, ya que no sólo perdieron, por amor a Dios, una parte de sus bienes, sino hasta sus vidas.

¿Y si las circunstancias son adversas?

En ese caso, con más motivo debemos creer en Dios y poner en práctica nuestra fe porque Dios no nos abandonará, por el contrario, nos mostrará su poder, fidelidad, amor y misericordia.

La fe y el gozo deben estar presentes en nuestra vida a pesar de las circunstancias, no deben sujetarse a ellas porque si no perderemos ambos.

No importa lo que estés atravesando, recuerda que Dios es tu ayudador y que aún en los tiempos difíciles podemos estar seguros.

Ana María Frege Issa

CVCLAVOZ

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

¿Quieres tener una relación con Dios como la de Moisés?

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

 

 

 

Cuando leemos la historia de Moisés, nos damos cuenta de que tenía una relación magnífica con Dios. Una relación en la que Dios le hablaba como su amigo y Moisés le respondía con esa misma confianza. Si queremos tener una relación con Dios como la de Moisés, tenemos que esforzarnos.

El esfuerzo que se requiere es, no sólo el de decidir dedicar tiempo de calidad para estar a solas con Dios cada vez posible, sino de consultarle cada vez que pensemos en tomar una decisión. Confesarnos con Él cada vez que nos sintamos tentados. Conversar con Él cada vez que nos sintamos solos o tengamos algo de angustia.

¿Qué hacía única la relación de Moisés con Dios?

Buscar la presencia del Señor era lo que hacía a la relación de Moisés con Dios única. Cuando leemos nos da la impresión de que Moisés no soportaba la idea de dar un solo paso sin la presencia de Dios. Él quería experimentar la cercanía palpable de Dios.

De hecho, cuando Dios le dijo que le enviaría un poderoso ángel para que fuera delante de él y su gente a la tierra prometida, Moisés se negó. Él necesitaba saber que Dios iba con ellos. Tener esa hambre de la presencia del Señor es algo que debemos buscar sentir a diario.

Enviaré un ángel delante de ti, y desalojaré a cananeos, amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos. Ve a la tierra donde abundan la leche y la miel. Yo no los acompañaré, porque ustedes son un pueblo terco…

Éxodo 33:2-3 (NTV)

¿Tendríamos nosotros esa fortaleza que tuvo Moisés de decirle a Dios, tal como si fuera su mejor amigo, que si no iba con ellos no irían? Para llegar a tener ese nivel de confianza con Dios realmente hay que tener una relación muy estrecha. Busquemos tener una relación de ese nivel con Dios como la de Moisés.

O vas con todos nosotros —replicó Moisés—, o mejor no nos hagas salir de aquí. Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor?

Éxodo 33:15-16 (NTV)

Elluz Peraza

CVCLAVOZ