1 Samuel 17:20,52

La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

Desafío de Goliat

 

 

 

17 Los filisteos reunieron sus ejércitos para la guerra, y se concentraron en Soco, que pertenece a Judá; y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim[a]. Y Saúl y los hombres de Israel se reunieron y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla para enfrentarse a los filisteos. Los filisteos estaban a un lado del monte, e Israel estaba al otro lado del monte, y entre ellos, el valle. Entonces de los ejércitos de los filisteos salió un campeón llamado Goliat, de Gat, cuya altura era de seis codos[b] y un palmo. Tenía un yelmo de bronce sobre la cabeza y llevaba una cota de malla, y el peso de la cota era de cinco mil siclos de bronce. Tenía también grebas[c] de bronce en las piernas y una jabalina de bronce colgada entre los hombros. El asta de su lanza era como un rodillo de telar y la punta de su lanza pesaba seiscientos siclos de hierro; y su escudero iba delante de él. Y Goliat se paró y gritó a las filas de Israel, diciéndoles: ¿Para qué habéis salido a poneros en orden de batalla? ¿Acaso no soy yo filisteo y vosotros siervos de Saúl? Escogeos un hombre y que venga contra[d] mí. Si es capaz de pelear conmigo y matarme[e], entonces seremos vuestros siervos; pero si yo lo venzo y lo mato[f], entonces seréis nuestros siervos y nos serviréis. 10 De nuevo el filisteo dijo: Hoy desafío a las filas de Israel; dadme un hombre para que luchemos mano a mano[g]. 11 Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, se acobardaron y tuvieron gran temor.

12 David era hijo del[h] efrateo de Belén de Judá, llamado Isaí, y éste tenía ocho hijos. Isaí[i] en los días de Saúl era ya viejo, avanzado en años entre los hombres. 13 Y los tres hijos mayores de Isaí habían ido con[j] Saúl a la guerra. Los nombres de los tres hijos que fueron a la guerra eran: Eliab, el primogénito, Abinadab, el segundo, y Sama, el tercero. 14 David era el menor. Los tres mayores siguieron, pues, a Saúl, 15 pero David iba y venía de donde estaba Saúl a Belén para apacentar el rebaño de su padre. 16 Durante cuarenta días el filisteo vino mañana y tarde, presentándose en desafío.

17 Y dijo Isaí a su hijo David: Lleva ahora a tus hermanos un efa[k] de grano tostado y estos diez panes, y corre al campamento a donde están tus hermanos. 18 Lleva también estos diez quesos[l] al comandante de los mil, y mira a ver cómo están[m] tus hermanos y trae noticias[n] de ellos. 19 Pues Saúl y ellos y todos los hombres de Israel están en el valle de Ela, peleando contra los filisteos.

20 Y se levantó David muy de mañana, dejó el rebaño con un guarda, y tomando las provisiones, se fue como Isaí le había mandado. Llegó al perímetro del campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, lanzando el grito de guerra. 21 E Israel y los filisteos se pusieron en orden de batalla, ejército contra ejército. 22 Entonces David dejó su carga[o] al cuidado[p] del que guardaba el bagaje y corrió a la línea de combate y entró a saludar a[q] sus hermanos. 23 Mientras hablaba con ellos, he aquí, el campeón, el filisteo de Gat llamado Goliat, subió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y David las oyó. 24 Cuando todos los hombres de Israel vieron al hombre, huyeron de él, y tenían gran temor. 25 Y los hombres de Israel decían: ¿Habéis visto a ese hombre que sube? Ciertamente sube para desafiar a Israel. El[r] rey colmará[s] con grandes riquezas al que lo mate[t], le dará su hija y hará libre[u] en Israel a la casa de su padre.

26 Entonces David habló a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán por el hombre que mate a este filisteo y quite el oprobio de Israel? ¿Quién es este filisteo incircunciso para desafiar a los escuadrones del Dios viviente? 27 Y el pueblo le respondió según aquella palabra, diciendo: Así se hará al hombre que lo mate.

28 Y Eliab, su hermano mayor, oyó cuando él hablaba con los hombres; y se encendió la ira de Eliab contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la maldad de tu corazón, que has descendido para ver la batalla. 29 Pero David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No fue sólo una pregunta[v]? 30 Entonces se apartó de su lado hacia otro y preguntó lo mismo[w]; y el pueblo respondió lo mismo que antes[x].

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

Promesas – Amor Incondicional

Da a tus hijos el regalo del amor incondicional y la risa inesperada
¡Es una combinación sin igual!

 

 

 

 

 



Lucas 15:20

Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos,

lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.

1 Juan 3:1-2
Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a El.
Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como El es.…

 

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

REFLEXION

TRAMPA


 

 


En uno de los viajes misioneros que hizo John Wesley, se encontró con un hombre que hacía un caminito entre las rocas y la tierra, además de hacer otra cosa que le parecía muy extraña con las ramas de un árbol.

-¿Qué estás haciendo? - le preguntó el misionero.

-Una trampa para conejos- respondió el otro hombre.

-Pero, ¿dónde está la trampa?”- volvió a preguntar con una cara sonriente.
-“¡Ah!, la trampa no la pondré sino hasta dentro de dos semanas. Primero estoy arreglando el caminito de modo que los conejos se acostumbren a él.

Por ejemplo, hoy por la noche vendrán y tendrán temor de pasarlo; pero mañana se acercarán más y poco tiempo después, uno de ellos lo cruzará, después caminará por él.

Pocas noches después se familiarizarán y lo usarán frecuentemente sin ningún temor. Entonces pondré la trampa entre las ramas y después comeré conejo todos los días”.

-“Entendí”, contestó Wesley y agregó: -“Estás usando la misma táctica que Satanás usa con los cristianos.

Primero los atrae a algo que da la impresión de no hacer daño y cuando adquieren confianza, él los atrapa y termina destruyéndolos”.

En nuestro diario vivir una de las trampas más sutiles que él ha perpetrado en contra de los creyentes, es una constante invitación a entrar en un estado pacifista.

De repente uno comienza a practicar algunos pecados considerados pequeños y al ver que aparentemente no han causado ningún daño, uno los vuelve a cometer una y otra vez, y sin darnos cuenta, poco a poco caemos en una trampa mortal.

La verdad es que gran parte de la culpa la tenemos nosotros mismos, al olvidarnos que estamos en una lucha constante.

El infierno no descansa, pero en ocasiones los creyentes solemos disfrutar de muchos descansos espirituales.

La Biblia advierte: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. Marcos 14:38

Aún Jesús estando con sus discípulos, les pidió que no dejaran de orar y de estar atentos, porque el enemigo en tiempo de guerra, solo está esperando una oportunidad para atacar con toda su furia.

No bajes la guardia, no dejes de orar y escuchar la palabra de Dios, de esa manera siempre contarás con las fuerzas para decirle “NO” a cualquier tentación.

Pero si por un descuido de tu parte, tienes un resbalón o una caída, ten la seguridad que Dios con toda su fidelidad y misericordia, está dispuesto a ayudarte. Solo tienes que reconocerlo en tu vida.

Salmos 145:13-14: “Tu reino es reino de todos los siglos y tu señorío en todas las generaciones. Sostiene Jehová a todos los que caen y levanta a todos los oprimidos”.